El sol no
deja ver bien la cumbre del Fitz Roy. Sacha aún no decide si tomar un descanso
o realizar el trecho que le permitiría hacer cumbre. El frío cala los huesos y sus
manos resbalan sobre la roca húmeda… es ahora o nunca, no quiere fracasar y volver
en otro momento es un lujo que no puede darse.
En un breve
descanso para tomar unas bocanadas de aire, aprovecha el tiempo observando las
majestuosas cumbres de los Andes. La fotografía 3D a 360 grados se impone como
trofeo para mostrar a sus amigos de la patrulla Huemules… quiere ser el primero
del grupo que finaliza la aventura y obtiene la Insignia de “montañista”.
Luego de un
suave ascenso se erige una pared de 15 metros que no puede ser rodeada. Se
ajusta el arnés y comienza a clavar las estacas colocando también los
mosquetones; no quiere correr el riesgo de caerse al abismo, es algo que no se
perdonaría. Se da cuenta que queda una explanada y solo subir unos 30 metros
para poder clavar su bandera en la cumbre. Sabe que son los más peligrosos
entre otras cosas porque la niebla se entremezcla con la nieve y la
desorientación puede jugar una muy mala pasada.
Siente el
viento helado golpear fuertemente su cara, la dificultad es cada vez mayor pero
a esta altura no está dispuesto a rendirse. Comienza a nevar haciendo más
dificultoso el avance. Siente pinchazos en sus manos y pies entumecidos. Para
darse fuerza imagina el chocolate caliente que lo espera al terminar, el abrazo
de su novia y el merecido descanso que todo héroe necesita.
Sonríe… está
a 4 metros de la cumbre. Se apoya en una piedra para darse empuje y al zafarse
queda suspendido en el aire sostenido por su arnés. No puede aferrarse a nada,
se bambolea de un lado a otro sin llegar a ninguna de las paredes que lo
rodean. Luego de 15 minutos de meditarlo, frustrado por un nuevo fracaso, decide
cortar su cuerda. Siente todo su cuerpo caer, cada centímetro parece
independiente de otro generando una sensación indescriptible… debajo el vacío… Miles
de imágenes pasan por su cabeza, ya no será el primero de su patrulla en hacer
cumbre, solo queda un chocolate con sabor a fracaso esperando.
Se quita el
casco neural e inmediatamente la habitación vuelve a tomar forma. El mensaje
sobre la Pantalla en una de las paredes le recuerda “La especialidad de
montañismo ha fracasado, pero un Scout jamás se rinde. Para volver a intentarlo
inserte su tarjeta de crédito y presione ‘recomenzar’. Recuerde que con el pago
que Ud. realizan la Organización Scout le otorga 20 créditos de Buena Acción
por participar en la donación a la República del Congo de semillas hortícolas TOMONSAN
y herbicida DAPROUND, que permite el exterminio de las hierbas autóctonas
inservibles”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario