sábado, noviembre 25, 2023

Valores de los jóvenes ¿Valores del escultismo?

 


            El escultismo inicia con un campamento en una pequeña Isla llamada Brownsea donde todos los chicos pagaron el campamento, pero los pobres sólo 1/3 del valor general. Baden Powell no dejó esa decisión a los niños o a sus familias; simplemente la tomó en un tiempo donde lo más sencillo hubiese sido hacer otra cosa: que cada cual pague la parte que le corresponde y si no puede, que no vaya. Desconozco si las familias pudientes se quejaron y dijeron algo así como “no con mi dinero”. Sin lugar a duda no se equivocó, los niños de una y otra clase social (casi no había intermedios) participaron en igualdad de condiciones y  equidad en una experiencia común que dio origen al Movimiento que muestra la integralidad inicial de los valores scouts, incluso en lo económico.

            Los valores no se encuentran en la naturaleza humana sino que son parte del proceso de humanización. Los mismos configuran mandatos a los cuales uno adhiere o no, de allí que el momento más importante en la vida de un scout es la formulación de su Promesa, donde adhiere de forma voluntaria al universo simbólico del que se le ofrece ser parte los cuales constituirán un “universal” donde poder orientarse y construir sentidos para su vida. Los valores son integrales constituyéndose en el nudo inicial de un trenzado o tejido social que conforma la comunidad scout en general cuyo objeto es la irradiación de estos en lo social, sino se trataría simplemente de un juego organizado o club, y no un “manual de ciudadanía” (subtítulo de EPM) o escuela de ciudadanía para la construcción de un mundo mejor para todos.

El modelo social de la práctica del escultismo



            Debemos tener en claro que no es lo mismo pensar que el escultismo se configura como un conjunto de valores que se ofrecen a los jóvenes, que afirmar que se configura a partir de los valores de los jóvenes. El escultismo no es “relativismo valoral”: no se constituye por modas, tendencias actuales, narcisismos de época… esto no quiere decir que los excluya, sino que los aloja dentro de su marco valoral sin perder el rumbo marcado por su “universal”.

            Sobre el aspecto o marco simbólico- imaginario hay mucho escrito, no voy a detenerme en ello, si lo voy a hacer sobre el escultismo concreto, o mejor dicho en su materialidad donde se expresan los valores.

            Las jerarquías existentes en la patrulla tienen por objeto que el “juego social” sea posible: vivir el escultismo articulando a cada uno de los miembros en la división del trabajo que se construye a partir de cargos y funciones donde todos y cada uno son necesarios e importantes. Las “jerarquías” no implican distintas valías, las decisiones que hacen a la Patrulla se toman de forma democrática sin importar el cargo que ocupe cada uno.

            Los bienes de la patrulla son de uso comunitario. Se obtienen por compra a partir del esfuerzo compartido o por aporte de los miembros de la patrulla (una olla vieja, una sartén, etc). Muchas veces ocurre que para determinadas actividades planificadas son necesarios elementos materiales que la patrulla no tiene pero facilita o presta uno de los miembros (por ejemplo kayak, futbol, juego de mesa para días de lluvia, etc); a partir de ese momento ese bien privado pasa a ser de uso comunitario, para luego de finalizada la actividad ser devuelto en las mismas condiciones.

            En la patrulla es claro que el aprendizaje y desarrollo de cada uno de sus miembros hace a la posibilidad de un mejor cumplimiento de sus funciones y con ello a que el objetivo común sea logrado. Roland Phillips afirmaba claramente que quien sabe enseña a quien no sabe para bien de todos, de allí que -por ejemplo- el cocinero transmite su arte a otros que lo reemplazarán cuando cambie de cargo o realice su pase a otra rama; si esto no sucede probablemente la patrulla pagará las consecuencias con alimentos mal cocidos o quemados.

            Las habilidades que cada uno tiene colaboran al bien común y son vividas naturalmente porque es claro que todos nos precisamos. Quien al ser muy buen pescador obtiene dos o tres piezas en la excursión al río las comparte con todos, de la misma manera que quien las cocina comparte su arte al hacerlas ricas y comibles, como quien construyó la cocina que permite hacer el fuego, o quien ha buscado la leña. La patrulla nos enseña que para que el juego social funcione debe ser como una orquesta sinfónica donde cada instrumento cumple una función distinta y en su buena articulación encontramos la armonía… no podemos pedirle a la trompeta que sea tambor, ni al violín que se convierta en piano, la articulación de las diferencias hace a la buena música, no su reducción a que todos toquen el mismo instrumento.

 ¿Qué valores político-sociales se desprenden del escultismo concreto?



            Releyendo el punto anterior podemos extraer lo siguiente

1)      En una sociedad todos somos necesarios: el agricultor, el obrero, el cartonero, el comerciante, quienes trabajan en el Estado a efectos de brindar algún servicio, etc. La división social del trabajo no implica que existe una valía mayor entre las personas, todos construimos un mejor presente y futuro para todos, en condiciones de igualdad por lo que es justo el disfrute de los bienes del conjunto social

2)      Que existan diferencias sociales con relación a lo económico no justifica ignorar que la producción de bienes tiene como primer destino su circulación por la comunidad, lo que no implica la inexistencia de la propiedad privada o bienes personales, pero de la misma manera que con un campamento no todos pueden pagar lo mismo en tanto el aporte debe ser progresivo respecto a las posibilidades económicas de las distintas pertenencias social para que la vida común sea posible. Ejemplo de ello es el sostenimiento de los sistemas de salud y educación pública donde en países como Canadá, Inglaterra, Francia, España, Italia, Alemania, etc. donde los impuestos progresivos implica que los que más tienen paguen mucho mas que quienes menos tienen para el sostenimiento de los sistemas que son públicos en su totalidad (por ejemplo Inglaterra) o mixtos (público privado) en el caso de algunos de ellos.

3)      En una sociedad todos somos necesarios y corresponsables de que cada persona pueda desarrollarse en su función de la mejor manera posible, por eso el principio de subsidariedad de las personas es fundamental y constitutivo para una buena vida social traduciéndose en el apoyo educativo, la capacitación y acompañamiento de quienes se incorporan a la vida comunitaria, valorando sus diferencias y potenciándolas para el bien común desde una perspectiva ecológica (de sistema, no de cada elemento sin relación a los otros como en el individualismo), en tanto cada uno es valioso para el objetivo común.

Los valores de los jóvenes y los valores del escultismo



            Formular una promesa implica un compromiso ante sí mismo y un grupo de testigos donde se renuncia al egoísmo para ser parte de una comunidad de sentido orientada por los valores que se concretizan en lo material y brindando orientación para la construcción de la propia vida y la participación de la vida social.

Mi esposa (perdiz apacible) siempre dice con relación a la Ley: “los valores morales a los que adheriste y prometiste cumplir u observar, deben prevalecer sobre tu egoísmo”. No se trata de un imperativo categórico Kantiano que se niega la existencia de pulsiones egoístas como la pasión por la ignorancia, la pasión por la indiferencia y el culto al Yo que inciden en la vida social; sino que ante ellas, el valor moral debe prevalecer. El ejemplo más sencillo en la vida familiar es la situación en la que un niño se enoja con su hermano, tiene ganas de pegarle o dañarlo, pero no lo hace porque prevalece el valor moral aprendido en su familia.

Lo mismo ocurre en la vida social donde los medios de comunicación continuamente degradan los valores ciudadanos y señalan falsos culpables del malestar social de nuestro país y la humanidad ocultando a los verdaderos y sus intereses en juego (quienes tienen el poder real). El apuntar al núcleo egoísta señalando a los supuestos culpables del malestar social e individual da pie a la configuración de la tensión agresiva y la conflictividad social creciente donde se trata de “o yo, o el otro”, declarando como “enemigo” al prójimo.

Cada vez que escucho que “el movimiento scout es un movimiento de valores” invito a preguntarse ¿cuáles?... El mundo esta lleno de “valores” contradictorios entre sí (relativismo valoral); si me preguntaran a mí diría sencillamente: los que se desprenden del escultismo material concreto y se trasladan al pensamiento como sentido y orientación de vida.

Cuando me dicen “el movimiento scout se funda en los valores de los jóvenes” siempre digo que NO, es un error, los Valores Scouts siempre se encuentran en tensión con los valores hegemónicos de los jóvenes sin importar época o cultura, y habría que preocuparse mucho cuando entran en sintonía porque si fuera así, el escultismo no sería necesario, bastaría con un club de acampe. Los Valores Scouts pueden alojarlos, e incluso pueden ayudar a descubrir que algunos de ellos para el escultismo son disvalores… Baden Powell no preguntó si estaba bien el cobro diferencial del primer campamento donde los que más podían pagar colaboraban con los que menos podían pagar… eso no estuvo en discusión, fue contra la cultura de la época e insertó en el corazón del movimiento el valor de la igualdad y equidad que son fundantes. Si alguien dijera “es injusto que yo pague más y el pibe de la villa pague menos” sencillamente no entendió los valores scouts… quizás se equivocó de lugar con la suerte que en la actualidad existen clubes de campismo donde se puede salir sin necesidad de comprometerse a un estilo de vida… hay que tener claro que el Gran Juego no es un juego como otros y su objetivo no es inflar el narcicismo de niños o dirigentes, ni que los valores egoístas primen sobre los valores sociales del estilo de vida CONCRETO del escultismo. Lo maravilloso de la Promesa Scout es que cuando alguien la formula, acepta orientar su vida en ESOS valores que prevalecen sobre otros. Prometer es elegir una forma de vida para renunciar a otras… ynadie obliga a hacerlo, por eso la formulación de la promesa no debiera ser algo “automático” en tanto es el acto más importante que da inicio a la vida de un scout.

Los valores del escultismo se TRADUCEN en las elecciones políticas de los jóvenes y los dirigentes… pero cuidado… no es una cuestión de “izquierda, derecha, centro” en tanto dichas categorías forman parte del aparato de colonización pedagógica. Tampoco se trata de la adhesión a un partido político determinado sino de la presencia de dichos Valores a los cuales libremente adherimos en las distintas opciones que se presentan a elecciones sino ¿Cómo se construye un mundo mejor? ¿solo en campamento? ¿el objetivo del escultismo dejaría de ser la ciudadanía activa que lleva a construir un mundo donde todos puedan ser felices? No tener esto como horizonte es ver el escultismo como un simple juego y no como un Gran Juego que tiene por objeto la formación de mejores ciudadanos, participantes activos en el logro de los objetivos de la Comunidad del país al que pertenecen. La metáfora del campamento permite encuadrar el modo de vida que se propone, generalmente invisibilizado para los propios participantes de la comunidad quienes no tienen autoconciencia de los valores que viven en el grupo scout y su real correspondencia con la construcción de un mejores mundos posible para todos a partir de los valores cívicos y comunitarios que se vivencian.

La incoherencia entre la vida de grupo y las elecciones políticas nos muestran cómo el escultismo fracasa en sus objetivos, cuando la enorme mayoría de jóvenes y dirigentes elige para presidir un país a un candidato de ultraderecha cuyas valores están en las antípodas del modelo social del escuiltismo. Cada uno es responsable de lo que vota, pero cuando existe tal incoherencia conviene preguntarse ¿qué responsabilidad tienen los adultos dirigentes y las instituciones que instrumentalizan el rol de los dirigentes y jóvenes en función de otro tipo de valores desplazando poco a poco los de Unidad (el universal) en función de otro tipo de intereses?  ¿Acaso no podría considerarse como una “estafa educativa” para quienes formulan su promesa eligiendo los Valores del Escultismo que los lineamientos del programa e desvíen de las omitiendo que el principal trabajo es generar autoconciencia y visibilización de los valores sociales que se viven y la posibilidad de su trasladado al tejido social? ¿La “pedagogización” ,  “ongeización” y degradación del servicio (que algunas veces ha pasado a pasa a ser rentado, se convierte “pasantía” o en una simple “obligación de la progresión” acrítica ) no constituye un impedimento para que se produzca el verdadero encuentro con el otro, y con ello la posibilidad de análisis crítico?

Los llamados valores de los jóvenes dependen de la cultura de masas, y actualmente se configuran como culto al narcicismo, enfrentamiento a muerte con quien no es semejante a mí o no piensa como yo, o cruel indiferencia respecto del otro. Cuando los valores del escultismo son los valores de los jóvenes, el escultismo ha muerto, la tensión educativa es cero. ¿Acaso no es tiempo de pensar seriamente qué aporta el escultismo a la construcción real de un mejor mundo para todos?


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