¿Qué es un
borde? Según el diccionario es algo que limita un exterior de un interior. Un
borde puede ser una línea fija, o como en el caso de las mareas, un litoral
donde la línea que divide el agua de la tierra se encuentra siempre en
movimiento.
En la ciudad
hay distintos bordes, el más común y el que se ve en la escuela es aquel que
limita la ciudad del campo. Pero dentro de la ciudad existen otros bordes más
complejos, solo para nombrar algunos de ellos (1) el borde existente entre los
que tienen empleo y no lo tienen (2) entre los que tienen las necesidades
básicas satisfechas y quienes no la tienen (3) entre los que pueden
escolarizarse, y los que no pueden (4) entre quienes viven en la legalidad y quienes
no (5) entre quienes disponen de algún tipo de familia con posibilidad de
contener y quienes no disponen (6) entre quienes disponen recursos simbólicos
para enfrentar la vida, y quienes no.
En los
bordes, los discursos pedagógicos universitarios se “muerden la cola”,
sencillamente porque su entramado simbólico (teoría o conjunto de
formulaciones) está pensado para dar cuenta del “adentro”, no del borde o el
exterior. En la Academia las teorías para pensar lo educativo se aprenden por
un proceso de construcción que repite lo mismo una y otra vez, al derecho y al
revés. De igual manera en cada curso de adiestramiento o como dicen ahora
“experiencia de formación” la repetición no deja lugar a la novedad anestesiando
su posibilidad en tanto todo encaja en el molde teórico – ideológico que reemplaza
a la realidad misma con una interpretación direccionada sin lugar a otras, y lo
que es peor sin espacio para la palabra del otro.
La Policía
Pedagógica dictamina como todas las formas de aprendizaje a lo largo de la
breve historia de la humanidad son incorrectas o “superadas” por las actuales,
o mejor dicho, por la teoría que detenta una determinada corriente, gobierno o
institución. Lo mismo ocurre en el Escultismo donde las “renovaciones
pedagógicas” han adaptado el método para beneficio de los que están “dentro” en
prejuicio de las posibilidades de quienes están en los “bordes”.
La épica donde Ronald Phillips
practicaba escultismo algunos días a la tarde/noche cuando los púberes podían
irse de sus hogares ya que durante el día debían cuidar a sus hermanos mientras
los padres trabajaban ya no existe. La consideración de los contenidos de
programa como aquello que brinda una identidad permitiendo incorporar saberes
que sirven para la vida cotidiana de los niños de vastos sectores de la
población debajo de la línea de pobreza, deja lugar al “jueguismo scout”, donde
los adultos intervienen sobre la realidad a través de la ficción, por medio de
técnicas de “entretenimiento”.
A decir de Byun-Chul - Han en el juego
se pone en marcha la construcción de la realidad, es allí donde “se decide qué
es idóneo para formar parte del mundo y qué no, e incluso qué es en general”.
El escultismo en sus inicios toma el deseo de aventura de los niños, le brinda
un sustrato identificatorio y a partir de allí incorpora por medio del juego
los distintos saberes de enorme utilidad para vivir la aventura y para la vida
misma. Si cualquiera de los lectores se toma el trabajo de analizar los
contenidos de los viejos programas desde una perspectiva de Seguridad
(accidentes), autovalimiento (conocimientos que permiten autonomía) y salud
(elementos básicos para un primeros auxilios) podrá darse cuenta del aporte
extraordinario que se realiza para la vida cotidiana (y la futura) de gran
parte de los niños y púberes que no forman parte de la clase media (la mayoría),
observándose, por otro lado, que en la actualidad la práctica hegemónica del
escultismo descarta lo importante en función del “entretenimiento” y algunos gobiernos establecen espacios de juego como forma de colonizar la infancia. El juego construye la
realidad y opera sobre ella. El juego es algo serio.
La pregunta que merece realizarse es
si en este escultismo existe una relación directa entre este desajuste de
“clase social” y la promoción a los cargos institucionales de los miembros de
la clase media que tiene pleno acceso a la cultura y los estudios… después de
todos desde estos “cargos” institucionales se elige desde dónde ver la realidad
y se opera directamente sobre la capacitación de quienes quieren practicar el
escultismo. El “jueguismo” es una estrategia de la clase media que no ha vivido
carencias, por eso desestima los contenidos y aprendizajes clásicos del
escultismo.
Hoy no comimos porque es sábado.
Los análisis
que repiten el discurso “clasemediero” mezclado con la mirada de ajenidad sobre
la pobreza tienen respuestas preconcebidas, cargada de prejuicios, que ofrecen respuestas
al dirigente que se encuentra un sábado con chicos que le dicen, por ejemplo, “hoy no comimos porque es sábado”.
Si para entender la realidad y operar
en ella tenemos que VER, JUZGAR (comprender) y ACTUAR (concluir), observamos
como rápidamente se saltea el segundo paso… se ve la realidad (“no comimos
porque es sábado”), se saltea el juzgar(comprender) y rápidamente se actúa (concluir)
con dos posibilidades (1) la indiferencia – no es un problema de los scouts - (2)
realizar las acciones más diversas desde una denuncia al Servicio Local de
Protección a los Derechos de la infancia hasta la creación de un comedor infantil
sabatino -una forma de “resolver” el problema desde los scouts -
Puede que si indagamos más en el “hoy
no comimos porque es sábado”, más allá de la referencia a que en la semana se
come en la escuela, nos encontremos que el papá / mamá estuvo “cartoneando”
toda la noche o trabaja como “sereno” en una obra, o la mama cuida de noche a
un adulto mayor/ enfermos, por lo que a la mañana duerme. Si seguimos
conversando puede que también nos enteremos que no se trata de ausencia de provisión
de alimentos, ya que la ayuda que reciben con el bolsón de alimentos de la
escuela y otras por parte del Estado y Organizaciones de la comunidad les
facilita los insumos básicos, pero que por algún motivo no saben cocinar y no se
trata sólo de los sábados sino de cada feriado (sábado, domingo, feriados
nacionales) donde ocurre lo mismo: al mediodía no se come.
El programa del escultismo ofrece a
los niños y jóvenes la posibilidad de aprender a cocinar pero es algo que los
grupos han descartado, lo vemos sábado a sábado donde en la gran mayoría de los
grupos scouts la merienda la realizan los padres o algunos viejos dirigentes
scouts / colaboradores para que los chicos puedan “jugar” todo el sábado.
Pareciera que se perdiera el tiempo si
cada sábado una Rama o Patrulla distinta se ocupa de hacer el matecocido y
cortar el pan para ponerle un poco de dulce. Si le sumamos que en los
campamentos muchos grupos han abandonado la cocina por ramas arguyendo motivos
económicos (que es más barato cocinar para todos y no por pequeños grupos) y de
esa manera se dispone de más tiempo para jugar. Podremos darnos cuenta cómo el
escultismo de una escuela de vida donde se articulaba juego, aprendizaje y
trabajo (como el propio BP lo propone) ha pasado a ser un movimiento sólo de
juego, del Gran Juego se pasó al “jueguismo” ¿Cómo podría responderse desde
esta forma de ver el mundo al problema “hoy no comimos porque es sábado”? ¿Acaso
la desestimación de este tipo de actividades no es un modo de construcción de
la realidad?
Lo que parece una tontería para la
clase media no lo es en el Borde… de la misma manera que en los barrios de
Liverpool los hermanos mayores cuidaban a los menores cuando sus padres
trabajaban, en la actualidad sucede lo mismo (de forma más compleja) en tanto
que los trabajos de la economía popular no se rigen con los cánones del trabajo
registrado. ¿De dónde suponen que sale esa persona que cuida a los adultos
mayores durante 24 horas o en horarios nocturnos? ¿De dónde salen los
trabajadores que limpian casas o cuidan niños de otros para llevar dinero a la
economía familiar mientras que en el mismo horario sus hijos se la arreglan
solos en la casa porque no tienen quien los cuide? ¿Quiénes trabajan por las
noches cartoneando, cuidando obras en construcción, en las cocinas o atención
de los bares y restaurantes? ¿Quiénes se encuentran como “puesteros” durante
toda la semana y a veces todo el mes en el campo?
Sería bueno recordar que en el Gran
Juego hacer fuego para quedarse alrededor conversando, preparara el matecocido que
todos disfrutaran, realizar una comida sencilla con aquello que disponen en su
casa (generalmente los bolsones alimentarios traen arroz y distintos tipos de
fideos) es aquello que construye realidad y con ello autonomía,
autosuficiencia, manejo seguro que evita accidente y además, en los bordes,
solucionando al menos en parte el problema de que los adultos no estén para
cocinar.
Los invito a seguir pensando estos temas.