lunes, septiembre 26, 2022

Escultismo en los bordes de la ciudad

 


            ¿Qué es un borde? Según el diccionario es algo que limita un exterior de un interior. Un borde puede ser una línea fija, o como en el caso de las mareas, un litoral donde la línea que divide el agua de la tierra se encuentra siempre en movimiento.

            En la ciudad hay distintos bordes, el más común y el que se ve en la escuela es aquel que limita la ciudad del campo. Pero dentro de la ciudad existen otros bordes más complejos, solo para nombrar algunos de ellos (1) el borde existente entre los que tienen empleo y no lo tienen (2) entre los que tienen las necesidades básicas satisfechas y quienes no la tienen (3) entre los que pueden escolarizarse, y los que no pueden (4) entre quienes viven en la legalidad y quienes no (5) entre quienes disponen de algún tipo de familia con posibilidad de contener y quienes no disponen (6) entre quienes disponen recursos simbólicos para enfrentar la vida, y quienes no.

            En los bordes, los discursos pedagógicos universitarios se “muerden la cola”, sencillamente porque su entramado simbólico (teoría o conjunto de formulaciones) está pensado para dar cuenta del “adentro”, no del borde o el exterior. En la Academia las teorías para pensar lo educativo se aprenden por un proceso de construcción que repite lo mismo una y otra vez, al derecho y al revés. De igual manera en cada curso de adiestramiento o como dicen ahora “experiencia de formación” la repetición no deja lugar a la novedad anestesiando su posibilidad en tanto todo encaja en el molde teórico – ideológico que reemplaza a la realidad misma con una interpretación direccionada sin lugar a otras, y lo que es peor sin espacio para la palabra del otro.

            La Policía Pedagógica dictamina como todas las formas de aprendizaje a lo largo de la breve historia de la humanidad son incorrectas o “superadas” por las actuales, o mejor dicho, por la teoría que detenta una determinada corriente, gobierno o institución. Lo mismo ocurre en el Escultismo donde las “renovaciones pedagógicas” han adaptado el método para beneficio de los que están “dentro” en prejuicio de las posibilidades de quienes están en los “bordes”.



La épica donde Ronald Phillips practicaba escultismo algunos días a la tarde/noche cuando los púberes podían irse de sus hogares ya que durante el día debían cuidar a sus hermanos mientras los padres trabajaban ya no existe. La consideración de los contenidos de programa como aquello que brinda una identidad permitiendo incorporar saberes que sirven para la vida cotidiana de los niños de vastos sectores de la población debajo de la línea de pobreza, deja lugar al “jueguismo scout”, donde los adultos intervienen sobre la realidad a través de la ficción, por medio de técnicas de “entretenimiento”.

A decir de Byun-Chul - Han en el juego se pone en marcha la construcción de la realidad, es allí donde “se decide qué es idóneo para formar parte del mundo y qué no, e incluso qué es en general”. El escultismo en sus inicios toma el deseo de aventura de los niños, le brinda un sustrato identificatorio y a partir de allí incorpora por medio del juego los distintos saberes de enorme utilidad para vivir la aventura y para la vida misma. Si cualquiera de los lectores se toma el trabajo de analizar los contenidos de los viejos programas desde una perspectiva de Seguridad (accidentes), autovalimiento (conocimientos que permiten autonomía) y salud (elementos básicos para un primeros auxilios) podrá darse cuenta del aporte extraordinario que se realiza para la vida cotidiana (y la futura) de gran parte de los niños y púberes que no forman parte de la clase media (la mayoría), observándose, por otro lado, que en la actualidad la práctica hegemónica del escultismo descarta lo importante en función del  “entretenimiento” y algunos gobiernos establecen espacios de juego como forma de colonizar la infancia. El juego construye la realidad y opera sobre ella. El juego es algo serio.



La pregunta que merece realizarse es si en este escultismo existe una relación directa entre este desajuste de “clase social” y la promoción a los cargos institucionales de los miembros de la clase media que tiene pleno acceso a la cultura y los estudios… después de todos desde estos “cargos” institucionales se elige desde dónde ver la realidad y se opera directamente sobre la capacitación de quienes quieren practicar el escultismo. El “jueguismo” es una estrategia de la clase media que no ha vivido carencias, por eso desestima los contenidos y aprendizajes clásicos del escultismo.

Hoy no comimos porque es sábado.

            Los análisis que repiten el discurso “clasemediero” mezclado con la mirada de ajenidad sobre la pobreza tienen respuestas preconcebidas, cargada de prejuicios, que ofrecen respuestas al dirigente que se encuentra un sábado con chicos que le dicen, por ejemplo,  “hoy no comimos porque es sábado”.

Si para entender la realidad y operar en ella tenemos que VER, JUZGAR (comprender) y ACTUAR (concluir), observamos como rápidamente se saltea el segundo paso… se ve la realidad (“no comimos porque es sábado”), se saltea el juzgar(comprender) y rápidamente se actúa (concluir) con dos posibilidades (1) la indiferencia – no es un problema de los scouts - (2) realizar las acciones más diversas desde una denuncia al Servicio Local de Protección a los Derechos de la infancia hasta la creación de un comedor infantil sabatino -una forma de “resolver” el problema desde los scouts -

Puede que si indagamos más en el “hoy no comimos porque es sábado”, más allá de la referencia a que en la semana se come en la escuela, nos encontremos que el papá / mamá estuvo “cartoneando” toda la noche o trabaja como “sereno” en una obra, o la mama cuida de noche a un adulto mayor/ enfermos, por lo que a la mañana duerme. Si seguimos conversando puede que también nos enteremos que no se trata de ausencia de provisión de alimentos, ya que la ayuda que reciben con el bolsón de alimentos de la escuela y otras por parte del Estado y Organizaciones de la comunidad les facilita los insumos básicos, pero que por algún motivo no saben cocinar y no se trata sólo de los sábados sino de cada feriado (sábado, domingo, feriados nacionales) donde ocurre lo mismo: al mediodía no se come.

El programa del escultismo ofrece a los niños y jóvenes la posibilidad de aprender a cocinar pero es algo que los grupos han descartado, lo vemos sábado a sábado donde en la gran mayoría de los grupos scouts la merienda la realizan los padres o algunos viejos dirigentes scouts / colaboradores para que los chicos puedan “jugar” todo el sábado.

Pareciera que se perdiera el tiempo si cada sábado una Rama o Patrulla distinta se ocupa de hacer el matecocido y cortar el pan para ponerle un poco de dulce. Si le sumamos que en los campamentos muchos grupos han abandonado la cocina por ramas arguyendo motivos económicos (que es más barato cocinar para todos y no por pequeños grupos) y de esa manera se dispone de más tiempo para jugar. Podremos darnos cuenta cómo el escultismo de una escuela de vida donde se articulaba juego, aprendizaje y trabajo (como el propio BP lo propone) ha pasado a ser un movimiento sólo de juego, del Gran Juego se pasó al “jueguismo” ¿Cómo podría responderse desde esta forma de ver el mundo al problema “hoy no comimos porque es sábado”? ¿Acaso la desestimación de este tipo de actividades no es un modo de construcción de la realidad?



Lo que parece una tontería para la clase media no lo es en el Borde… de la misma manera que en los barrios de Liverpool los hermanos mayores cuidaban a los menores cuando sus padres trabajaban, en la actualidad sucede lo mismo (de forma más compleja) en tanto que los trabajos de la economía popular no se rigen con los cánones del trabajo registrado. ¿De dónde suponen que sale esa persona que cuida a los adultos mayores durante 24 horas o en horarios nocturnos? ¿De dónde salen los trabajadores que limpian casas o cuidan niños de otros para llevar dinero a la economía familiar mientras que en el mismo horario sus hijos se la arreglan solos en la casa porque no tienen quien los cuide? ¿Quiénes trabajan por las noches cartoneando, cuidando obras en construcción, en las cocinas o atención de los bares y restaurantes? ¿Quiénes se encuentran como “puesteros” durante toda la semana y a veces todo el mes en el campo?

Sería bueno recordar que en el Gran Juego hacer fuego para quedarse alrededor conversando, preparara el matecocido que todos disfrutaran, realizar una comida sencilla con aquello que disponen en su casa (generalmente los bolsones alimentarios traen arroz y distintos tipos de fideos) es aquello que construye realidad y con ello autonomía, autosuficiencia, manejo seguro que evita accidente y además, en los bordes, solucionando al menos en parte el problema de que los adultos no estén para cocinar.

Los invito a seguir pensando estos temas. 

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