lunes, diciembre 21, 2020

La virilidad en el Escultismo de nuestro tiempo

 

Dibujo de Pierre Joubet

            Cuando Baden Powell en 1936 escribe “Aventura hacia la edad viril” lo introduce de la siguiente manera “¿Para qué es este libro? Para demostrar cómo hacer hombres de verdaderos gañanes; y cómo los gañanes pueden ser hombres si se lo propone. Te puedes preguntar qué es un gañan. Yo mismo no lo sé, la palabra no viene de ningún diccionario, que yo conozca, pero el sentido es que un gañán es un muchacho inclinado a observar, ya sean los juegos o el trabajo, más que a participar en ellos (siempre y cuando a alguien le pueda sacar dinero), que fuma y que espera verse viril cuando solamente aparece como un chiquillo tonto. Es un rebeldillo que lleva una vida miserable, que no es útil para sí ni para los demás; que podría, si se propone, ser un hombre útil, feliz, y una ayuda para el prójimo”

            Salvando las épocas, hoy la figura del “gañan” se multiplica en las distintas clases sociales. No se trata solo de los muchachos “Ni – Ni” (ni estudias ni trabajan), sino también de los “gamberros” (delincuencia juvenil) y los “Otakus” (término actual) que se encuentran conectados todo el día en juegos o redes sociales. Para BP es muy claro que lo viril existe y esto no se debe a una cuestión de “época”. Negarlo o reducirlo a un “constructo social” que lo desestima como forma primaria de goce y condición necesaria para el desarrollo del proceso de sexuación, puede ocasionar más dificultades que soluciones.

            Es interesante animarse a pensar qué ofrecen las sociedades a los muchachos para que lo viril encuentre un cauce que convenga sin que prime el potencial narcisista; lo que supone en primer lugar su reconocimiento, cuestión que está lejos de ocurrir cuando se supone que todos los determinantes de la conducta humana son sociales y educativos pensando que si al sujeto se le ofrecen “identificaciones abiertas”, lo Vir desaparecería de lo social.



La negación de lo viril

            En la actualidad se pretende negar la existencia de lo Vir mediante la feminización del mundo y por añadidura, del movimiento scout. Varios autores han advertido que mal que le pese a los Feminismos y los Estudios de género, la constitución de su aparataje teórico se ha convertido en la contracara ideológica de la subjetividad neoliberal construyendo un nuevo binarismo donde supuestamente de un lado están los heterosexuales y del otro el conjunto heterogéneo que se conforma a partir de los “no heterosexuales”, como si lo Vir se encontrara presente solamente en los primeros. Es importante separar el tema de los derechos y la igualdad ante la Ley, de los constructos teóricos que como tales obedecen a cuestiones ideológicas y muchas veces no se sostienen en tanto ponen énfasis en determinadas situaciones desestimando otras que no convienen a su teorización.

            A diferencia de las corrientes actuales que consideran que el Hombre por su condición de varón es responsable del sometimiento del conjunto de la sociedad y de las mujeres en particular, la realidad nos muestra que si en la época romana el “Pater Familias” se reducía a pocos miembros del imperio (los poderosos) en la actualidad no solo es inexistente sino que la mayoría de los hombres son oscuros trabajadores (si es que tienen empleo) en una posición de servidumbre y esclavitud que difícilmente tenga relación el Amo que supone el discurso feminista. A decir de Marcelo Barros[1] confundir la posición viril con el poder, o el “patriarcado” con el “capitalismo” es un error del neopuritanismo feminista progresista que actúa negando el funcionamiento del mundo resumido en la clásica historia del Titanic donde los primeros que se salvan son los Ricos, luego mujeres y niños, finalmente los hombres, que no se victimizan por ello en función de la Virtud que convierte el sacrificio en un acto social de valor… la renuncia de la propia vida en función de los otros.

            En esta nueva interpretación de lo social que se encuentra en boga y prescinde de una lectura crítica por lo que es asumida por el discurso liberal y el de la autodenominada “izquierda” (desorientada luego de la caída del muro), tanto el “Lobo de Wall Street” como el Aymará desterritorializado que vive en los suburbios de Buenos Aires y es explotado en el circuito de producción de frutas y verduras se igualan como despreciables Victimarios de mujeres y colectivos sexuales en tanto comparten el ser parte del “club de los hombres”, velando detrás de un discurso “políticamente correcto” (impuesto por los medios) aquello que no se enuncia en tanto indecible: La llamada “inclusión” se sostiene con la expulsión de lo Vir que ocuparía el lugar de “lo demoníaco”, dichos movimientos se forman y se consisten a partir de la exclusión de lo Vir masculino con la pretensión neoliberal de una humanidad liberada de lo “demoníaco” presente en la sexualidad humana e innecesario para la pretensión de “un mundo feliz” donde no exista ningún tipo de resistencia lugar donde cada uno solitariamente se encierre en su mundo (o en su goce) para producir y consumir.

            En el año 1968 el psicoanalista Jacques Lacan realizaba el siguiente comentario a la audiencia de su Seminario: “Resulta divertido que después de setenta años de psicoanálisis aún no se haya formulado nada sobre lo que es el hombre. Hablo de lo vir, del sexo masculino.”  siendo una clara referencia a los seres humanos con pene, más allá que los avatares de la sexuación lo conduzcan a una condición heterosexual u homosexual. No va a nombrar en este caso al sexo femenino, porque si bien como lo expresara Freud una de sus direcciones es la Virilidad, no es exclusiva en tanto cuenta con el suplemento del goce femenino que no es fálico y que está presente en las mujeres heterosexuales como las homosexuales.

            Si bien la violencia masculina que lesiona físicamente o lleva a la muerte es “registrada” (En los últimos años se presta mucha atención y se hace estadística en función de requerimientos ideológicos) también es una característica de las mujeres pero con relación a los hijos, adultos mayores y personas que se encuentran en una situación disimétrica. Pocos países realizan estadísticas o estudios sobre la violencia femenina (un ejemplo es el Depto Nacional de Salud y Servicios Sociales de EU), los que lo hacen muestran que los valores de maltrato y muerte que ejercen los hombres a las mujeres es similar a la maltrato y muerte que las mujeres ejercen sobre hijos, adultos mayores, o personas en estado de indefensión con las que se tiene una relación laboral de cuidado… pero de eso no se habla, quizás porque en la construcción neoliberal feminista importa la acusación al conjunto de los hombres, primando la visión de que las mujeres son “Almas Bellas”, víctimas de la violencia que los hombres ejercen sobre ellas, nunca victimarias y los crímenes que cometen no serían por propia responsabilidad sino producto del “patriarcado”, término comodín para dar respuestas a todo, sin formularse pregunta alguna.

            Sin entrar en detalles complejos que desvíen el objetivo del artículo que es plantear el lugar de lo viril en el movimiento scout de nuestra época, abordaremos algunas características de este tipo de satisfacción primaria que posibilita los actos más altruistas como los más idiotas, siendo a veces difícil diferenciar unos de otros.

            Un punto importante es que, si el goce femenino tiende a lo ilimitado o a un más allá de la Ley, en el goce viril se pone en juego la satisfacción de la transgresión a la Ley, un ejemplo sencillo lo encontramos cuando San Agustín en sus “confesiones” relata que el robarle peras al vecino era mucho más satisfactorio que el gusto de las peras en sí.  Es interesante observar como el “No es No” aparece en un momento donde la sociedad neoliberal (por derecha e izquierda) propone el sin límites del “nothing is impossible” (slogan de una propaganda de calzado) articulado con la caída de los Ideales reguladores y las funciones de tope (el No) encarnadas históricamente en figuras familiares e instituciones. ¿Cómo se hace para aceptar el No, si lo Vir no puede transmudarse en Virtud que por definición lo incluye?

            La Transgresión, el Desafío y la Desmentida de la muerte (no voy a morir) ubican lo Vir en un arco de situaciones que van desde el Heroísmo a la imprudencia y de allí pueden llegarse a lo más despreciable. En esta línea nos encontramos diariamente acciones de salvataje hacia los otros que analizadas dan muestra clara de desafío a la muerte, como noticias luctuosas donde en un acto de Idiotez, por un Selfie o un tik tok, muchos terminan en la casa funeraria. Menor prensa tiene la diferencia entre las tasas de accidentes con lesiones graves y mortalidad laboral relacionadas con lo Vir que tan bien saben aprovechar las distintas empresas agrícolo-ganaderas, las grandes empresas constructoras, la minería y la industria, pero de esto no se habla, en tanto no conviene al capitalismo en su mutación neoliberal que es ilimitado como el goce femenino, de allí que Marcelo Barros afirme que “hay que estar muy perdido para confundir patriarcado con capitalismo”[2]

            Otra característica del Vir es la violencia, incluso de forma lúdica. Es el goce que se juega en el choque, el impacto, aquello que busca dejar marca, siendo el origen de esa corporalidad que se pone en juego en la gran cantidad de deportes y actividades (se incluyen algunas artísticas como la música y lo artesanal) que surgen a partir de este modo particular de goce. Ninguna “deconstrucción” puede desmontar una modalidad de goce primaria, a lo sumo con suerte algo de eso se puede sustituir corriendo el riesgo de intentar domesticar un caballo usando cartas del Tarot. Aún el hombre más “deconstruido” pone en juego su Virilidad cuando el semáforo está cambiando de amarillo a rojo lo que podría llevarlo a la muerte propia o ajena. Lo Vir de la buena manera construye mundo, sin ello el mamífero más débil del planeta nunca podría haberlo dominado.

            El “juego libre” (base del movimiento) nos muestra que en la infancia las decisiones sobre a qué jugar son distintas en niños y niñas - a excepción de que el adulto intervenga institucionalmente proponiendo otro tipo de juegos o forzando la elección de los mismos a partir de la obligatoriedad de participación de todos –  Llegada la pubertad con la emergencia de lo Vir de forma diferencial en varones y mujeres (recordemos que las mujeres participan de lo Vir pero poseen otra forma de satisfacción suplementaria que se denomina “goce femenino”, en cambio los varones solo disponen de esa modalidad de goce) caemos en la cuenta que la llamada “edad del pavo” debe su nombre a la actitud y tipo de juegos de los varones, que gustan más de actuar que de hablar en tanto los aburre.

            La vida en “departamento” de las grandes urbes y la anestesiada percepción de los Educadores hacen suponer que no existen diferencias en la pubertad de varones y mujeres, percepción desde la “cárcel” donde se habita para circular por otras “cárceles” institucionales como la escuela, lugar colonizado por la ideología educativa que no es más ni menos que la del Estado y el poder. El juego libre con amigos y el club son unos de los pocos lugares donde lo Vir puede ponerse a trabajar, en los Scouts no es seguro que algo de eso suceda en tanto muchas organizaciones han asumido los paradigmas educacionales neoliberales-progresistas en boga, provocando una escolarización del movimiento con un “para todos” que no contempla el “Boy” que diera origen al movimiento, por lo que la no canalización de ello no deja espacio a su elaboración y con ello se colabora a lo que más se teme: la irrupción de lo Vir  como trasngresión, golpe, corte… resistiendo cualquier “deconstrucción” que no considera su existencia Real y la reduce a un conjunto roles y costumbres sociales manipulables.

            Aquellos que se han animado a observar a sus propios hijos púberes en la pandemia, o quienes por trabajo hemos sido testigos privilegiados de los relatos de las vicisitudes de la vida familiar, notamos la diferencia sexual aún en las “cárceles” que se convirtieron los departamentos. El goce del choque se observa el tipo de juegos online, en las películas y series violentas, en la música que se escucha o ejecuta mostrando otras características de lo Vir que son lo disruptivo, el corte, lo separador… un golpe, otro, otro, otro… sea en el tambor, con la guitarra, en el videojuego o la película de acción, el rostro adquiere otro semblante cuando aparece el golpe. Mientras tanto en otro lugar del departamento la condición de la serie es su narrativa, su historia, no tanto golpe, aunque a veces juegue un poco al fortnite lo que convierte a la púber ignorada casi en un amigo más, al menos por ese rato… ventaja de las mujeres de participar también en el goce de lo Vir pero con una intensidad distinta… a decir de Marcelo Barros “al lado de ellas los varones aparecen como niños. Y niños que no se contentan fácilmente dibujando o escuchando un cuento. Parecen requerir una descarga física. Pegarle a la pelota. Pegarle a algo. O que algo les “pegue”, los sacuda. Están más inclinados a la contundencia. Lo viril parece entusiasmarse más con los efectos especiales que con los diálogos”[3] algo que debiera ser tenido en cuenta a la hora de los “parlamentarismos”.

            La respuesta al desarrollo puberal se la conoce como adolescencia, por lo que el abordaje y las propuestas para este momento de la vida en particular no son sin tener en cuenta lo Viril. La pretensión de sofocarlo y no valerse de ello a partir de la lógica propia de esta modalidad de goce es un error, tanto como pensar que una marcha “feminista” no es una muestra de la Virilidad que habita a las mujeres, especialmente cuando la vemos en su potencial de desafio, transgresión, disrupcion, choque y liberación del potencial destructor especialmente con los grupos o comunidades que no acuerdan con sus planteos.

 

La propuesta de BP… de lo Vir a la Virtud

Dibujo de Pierre Joubert


            “Mas allá del necesario reconocimiento de los derechos de la mujer,

el no es esencial a la condición viril. La hombría del hombre,

del vir, se juega en su posibilidad de acceder o no a la virtud;

 y esto significa poder decir no a esas cosas que, justamente,

tientan de manera especial a los varones”

Marcelo Barros.

            El planteo de Baden Powell no por ser sencillo carece de genialidad y su efectividad se la ha visto a lo largo de las distintas épocas, quizás porque su propia inquietud lo llamó a buscar aquello que es constante en las diferentes culturas con las que tuvo contacto. A diferencia de quienes en la actualidad apuntan a la sofocación de lo Vir en una discusión de usos, costumbres y roles, el escultismo desde sus inicios hace mas de 100 años incluía lo que aún hoy discuten ciertos sectores del feminismo: los scouts cocinan, lavan, planchan, barren y hacen todo tipo de tareas sin considerar que esto corresponda a las mujeres. Para muchos jóvenes la práctica del centenario escultismo es lo que les ha permitido salirse de los roles tradicionales en los tiempos donde la división capitalista del trabajo remitía a los hombres a la fábrica y a las mujeres a las tareas domésticas.

            Si nos centramos en su libro “Aventura hacia la edad viril” BP propone cuatro ejes de trabajo que corresponden al tratamiento de lo viril en el movimiento scouts (1) Hombres Valientes (2) Cuerpo (3) Mente (4) Espíritu. Veremos qué propone en cada uno de ellos.

Hombres Valientes: El heroísmo orienta lo Vir de una buena manera. Se encuentra orientado por un sentido y a su vez posee una significación social diferenciándose claramente de una virilidad sinsentido siendo este un punto por demás importante, ya que desde las ciencias sociales se busca interpretar aún el sinsentido. Por más esfuerzo explicativo que se realice en las escuelas y en la calle nos encontramos situaciones tan fuera del sentido como cuando uno o dos muchachos entran armados y dispararan contra sus compañeros de colegio solo para divertirse, o cuando alguien es asesinado en la calle por una bicicleta o un celular.

Cuerpo:  Realmente es interesante el lugar que Baden Powell le da al entrenamiento del cuerpo como forma de dar cauce a la virilidad, lo que permite preparar al joven para los rituales de pasaje (pieles rojas, zulúes, maoríes) y la asunción de otros roles en la sociedad. De una manera realmente brillante y advertido de que dichos rituales ya no tenían peso social en su época (menos en la nuestra) define como actividades de entrenamiento (o pruebas de los púberes y jóvenes) la realización de las siguientes acciones en la misma línea que lo anterior… convertir la virilidad en virtud; de allí el acampar y excursionar, la práctica de distintos deportes y el autocontrol respecto de los tóxicos. Sin saberlo BP se daba cuenta que dentro de los destinos de una virilidad no encauzada se encuentra el abuso de tóxicos que opera como rechazo de lo Vir, de allí que todos los esquemas actuales de abordaje de las adicciones que tienen mas o menos éxito no son sin lo Vir puesto en el trabajo, como formas de lograr una regulación posible.

Mente: Impresiona la orientación de BP cuando afirma que no todo lo Vir pasa por dar sentido a las acciones (Servicio) y ocuparse del cuerpo como forma saludable que ayuda a la autoregulación  (pensemos en los deportistas argentinos que de vez en cuando aparecen en los diarios por lastimar a otros). La otra vertiente de lo Vir que no deja de lado es la que podríamos llamar “sublimada” operando como desplazamiento a lo intelectual y artístico. La observación y análisis importa, pero no solo eso, si se presta atención a los lineamientos de BP no le deja poco lugar a la invención, el desarrollo artístico-artesanal, la música, el dibujo… en síntesis todo lo que su maestro Ruskin le enseñara desde la perspectiva de art & crafts. El Programa Badenpoweliano que ha sido dejado de lado por algunas organizaciones que nombramos como “escultismo parlamentario” (Forestier) y que hemos renombrado como “escultismo comercial”, es de una complejidad que se encuentra disimulada en la sencillez de sus planteos.

Espíritu: Nuevamente el NO como tratamiento de lo Viril en dirección de la Virtud vuelve a aparecer en lo que se refiere al Espíritu Scout. Primeramente la Ley implica un sentido y significación de los actos del scout destacando además algunas actitudes. El “Dar alegría” implica que el ser feliz no es sin hacer felices a los demás. La Buena acción, la cortesía y la caballerosidad no son lo que se interpreta desde algunas corrientes ideológicas que afirman que estos actos ponen en una relación de menor valía a las mujeres, todo lo contrario, apuntan directamente a tratar lo Vir con relación al otro sexo (hoy podríamos agregar género) como modo de regular lo pulsional antisocial que se pone en juego en la virilidad. El No es No es un acto que se articula a partir de tener en cuenta que la virilidad escapa a la domesticación espontánea siendo un trabajo que las familias e instituciones deben realizar a partir de la lógica de la virilidad y no desde otro tipo de lógicas. Finalmente el tema del Espíritu Baden Powell lo cierra con la camaradería y los deberes para con Dios: amar a Dios y amar al Prójimo.

            Sería interesante que revisemos nuestras propuestas a los púberes y jóvenes para pensar a qué distancia nos encontramos de la propuesta Badenpowelliana. Este esquema escrito hace casi un siglo, es adecuado y viable para el trabajo con los niños y jóvenes, en más, si las tomamos de a una la podremos encontrar en cualquier organización que con distintos fines buscan realizar un abordaje en distintas situaciones sociales y sanitarias; todas juntas tienen una potencia que cualquiera que las haya utilizado de la buena manera, puede dar cuenta de su eficacia para que una vida pueda construir algún destino.



[1] Marcelo Barros. “La condición perversa” Ed. Grama, 2020

[2] Marcelo Barros. “La condición perversa” Ed. Grama, 2020

[3] Marcelo Barros. “La condición perversa” Ed. Grama, 2020



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