Hace
solo cuatro semanas el número de casos de COVID 19 venían de un número bajo,
con pocos casos, que se sostenía desde hacía unos dos meses, de hecho, el
primero de diciembre no se registraron nuevos casos ni fallecimientos. Los
grupos scouts preparaban tranquilamente sus campamentos de verano calculando
que se manejarían en una situación controlada. La ciudadanía había recuperado
su vida social con la habilitación de distintos lugares donde concurrir con sus
amigos, siempre con la indicación de cuidados en los espacios cerrados o de
aforos para poder mantener la distancia social y para evitar la saturación del
aire de los lugares. Los chicos concurrían a las escuelas ya no la mitad por
aula (como cuando había muchos casos) sino todo el curso, con la ventilación a
full para evitar la saturación del aire de las aulas.
Todo
esto ocurría hace cuatro semanas, con una población vacunada en un porcentaje
elevado. Hoy, un mes después del “cero casos” nos hallamos rompiendo récords con
50.000 por día lo que implica una explosión de contagios que inicia con la
variante delta, pero que con el ingreso de la variante Ómicron - tan contagiosa
como el sarampión - la infección comenzó a correr muy rápidamente porque es altamente contagiosa (6 veces más
que la delta) sumado entre otras cosas, al relajamiento de las medidas
sanitarias por parte de la población en general.
Dentro
de las “entre otras cosas” uno de los problemas más importantes es el
negacionismo delirante de las derechas a nivel mundial que ha llevado a una
campaña antivacunas que ha sido efectiva (argentina hoy tiene el 70% de la
población vacunada con dos dosis y un 83% con una dosis que ya se sabe no
brinda protección suficiente). A esto debemos sumarle el “quitarle precio” al
nuevo brote (que como se dice, mas que ola es un Tsunami) porque el individualismo
neoliberal ha penetrado de forma tan profunda en la sociedad, que nadie acepta
renunciar a algunos goces en función del bien común, sin importar que por ese
modo de satisfacción se multiplique exponencialmente la enfermedad y con ello
las internaciones y muertes. Si a todo esto le sumamos la histórica sensación
de omnipotencia de los jóvenes (a nosotros no nos va a pasar) el cóctel es
realmente explosivo.
El campamento, responsabilidad de Grupos
y Asociaciones
Días
atrás y ante el comienzo de la subida de casos por la variante Ómicron, el
gobierno prorrogó la “Emergencia Sanitaria” hasta diciembre el 31 de Diciembre
de 2022. A su vez definió como actividad
de riesgo a “los
viajes grupales de egresados y egresadas, de estudiantes o similares”
donde quedaría encuadrado el campamento scout en tanto se trata de contingentes
de personas. ¿Qué establece la normativa de cumplimiento obligatorio?
·
Todos los integrantes del contingente deberán contar con una
prueba de antígeno negativo
·
Antes del regreso, deberán contar con una nueva prueba de
antígeno negativo.
·
En caso de dar
positivo alguno de las pruebas, se deberá coordinar con las autoridades locales
para el aislamiento de los casos positivos y contactos estrechos
·
Aquellos que no cuenten con esquema de vacunación completo
14 días antes al inicio del viaje, deberán realizar un aislamiento preventivo
de 7 días y por su cuenta, un nuevo testeo. El control de la realización del
testeo estará a cargo de la empresa de viajes (en nuestro caso de la Asociación
o el Grupo Scout)
Es
evidente que el cumplimiento de la normativa vigente es responsabilidad de las
Asociaciones y/o grupos scouts independientes. El campamento es una situación
excepcional donde una gran cantidad de chicos y chicas están las 24 horas bajo
responsabilidad de los dirigentes, por lo que se convierten en los principales
responsables a la hora del cumplimiento
de las normas establecidas por las autoridades sanitarias.
Párrafo
aparte es el tema del pernocte, en tanto que el uso de carpas supone que al
momento de dormir los chicos y chicas se encuentran en una situación de hacinamiento
(ocupación de un espacio mínimo por parte de varias personas)… basta que uno
sea covid positivo para que el contagio corra como reguero de pólvora… como
sabemos el test de Covid no detecta la positividad en el momento de contagio, por
eso normalmente se lo pide al quinto día de haber estado con un positivo ¿qué
implica esto?. Que aún con antígeno negativo previo al campamento, la persona
puede positivizarse y comenzar la cadena de contagios.
Acampar
en Pandemia
No
hay duda que la actividad scout en la naturaleza, con los debidos cuidados,
puede ser segura. El problema de cuando transitamos una pandemia cuyo contagio
es RESPIRATORIO es la noche... La Carpa se convierte en un espacio pequeño, con
escaso volumen de aire, donde duermen 6 niños o niñas durante al menos 8 horas
y por supuesto RESPIRAN.
El
volumen de aire que consume una persona en 8 horas es como mínimo 2000 litros.
Si eso lo multiplicamos por 6 (cantidad de niños/as que pernoctan en una carpa)
son 12.000 litros de aire por noche.
En
reposo el ser humano expele 140 grs de vapor de agua por hora, por lo que expele
1120 grs de vapor de agua durante la noche, y 6 personas 6720 grs de vapor de
agua durante toda la noche.
Un
espacio saturado de humedad, por más que las telas sean
"respirables", es el ambiente propicio para el contagio del COVID 19,
si a eso le sumamos la ausencia de distancia entre quienes duermen en ella, no
hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que es el peor de los
escenarios posibles.
NO
PODEMOS HACERNOS LOS TONTOS CON ELLO ni con el potencial riesgo de contagio del
pernocte en carpas, ya que los niños que comparten actividades scouts y
comparten carpa son de distintas familias, por lo que un solo contagio opera
como multiplicador y para cuando retornan de sus hogares al menos los 6
niños/as que compartieron la carpa son vectores de contagio hacia sus familias;
si la bioseguridad en las actividades
diurnas no fue manejada como corresponde, en pocos días tenemos a todos
contagiados... algo que se ha visto en viajes de egresados con una variante del
virus 6 veces menos contagiosa que la que comenzó a circular en la actualidad.
Planteado
el problema, queda en las Asociaciones y en los Grupos Independientes ser parte
de la solución del problema sanitario, o parte del problema, de igual manera es
responsabilidad de informarse de todas las cuestiones legales y de seguro que
se ponen en juego al no cumplirse con la normativa y en caso de producirse contagios
masivos.