jueves, julio 14, 2022

Escultismo y adolescencia. ¿Piedra, Papel o Tijera?


 

La pregunta por el ser y el sentido de la vida comienza a tallar en nuestra historia cuando llegamos la pubertad, dando comienzo al proceso de las distintas adolescencias y juventudes. Las decimos en plural porque los contextos en los que se producen son distintos en tanto los marcos identificatorios divergen, aunque la Televisión y las Redes Sociales continuamente muestran ficciones supuestamente comunes de adolescentes y jóvenes.

Los medios y las redes alimentados por la incertidumbre del crecimiento, ofrecen “estilos de vida” cuyo trasfondo es orientar el deseo de “Ser” y de “Tener”, lo que deriva en la asunción de una ideología determinada (la de medios y redes). La invitación a vivir como otros, supuestamente felices en contraposición con la dificultad de ser, hace de adolescentes y jóvenes terreno fértil para que asuman las lecturas sobre la realidad y el sentido de la existencia, como formas de vida. En las series de TV, instagram, tik tok, los “influencers” el ¿Quién soy yo? - pregunta que en otro tiempo invitaba a una búsqueda personal que no era sin angustia – se cortocircuita con la rápida respuesta, pret a porter, de “debiera ser como…”,  ya que la demanda que viene del Otro de la red se trasmuta en “demando en mí, lo que las redes me demandan”.

En el año 2006 el famoso escritor de distopias James Ballard afirmaba que “el equilibrio entre realidad y ficción cambió radicalmente en la década del sesenta, y los papeles se están invirtiendo. Vivimos en un mundo gobernado por ficciones de toda índole: la producción en masa, la publicidad, la política conducida como una rama de la publicidad, la traducción instantánea de la ciencia y la tecnología en imaginería popular, la confusión y confrontación de identidades en el dominio de los bienes de consumo, la anulación anticipada, en la pantalla de TV, de toda reacción personal a alguna experiencia. Vivimos dentro de una enorme novela. Cada vez es menos necesario que el escritor invente un contenido ficticio. La ficción ya está ahí. La tarea del escritor es inventar la realidad”.

El escrito de Ballard es anterior a la existencia de las redes sociales. Hoy adolescentes y jóvenes (al menos quienes tienen acceso) encuentran las respuestas al “Ser” y al Sentido en ellas, rasgo de una época de sujetos sujetados a la pantalla, que licúa cualquier Ideal en función de la promoción de “estilos de vida” o “tribus” de cualquier modo de gozar, que los alejan de la posibilidad de pensar críticamente la sociedad en que viven, la real, porque la virtual solo es ficción. ¿Por qué esto es posible?

Una llegada prematura



            Podría decirse que los seres humanos nacemos “con falla”, somos prematuros porque el proceso de maduración y autonomía nos lleva años y es imposible sin los otros. Esta falla se traduce como “falta en ser”; falta – vacío que por un lado permite el proceso de humanización y por otro actúa como empuje vital, a condición de no confundir el deseo con un objeto determinado que supuestamente lo colma, sino como esa función que nos lanza a nuestro desarrollo. El deseo – función es nuestro motor, pero al no tener contenido (por su estructura de vacío) nos es necesario el Otro encarnado en la familia (en sentido amplio) para construir y conformar aquello que imprudentemente llamamos “Yo”

            En los primeros meses de vida nuestra imagen corporal se constituye de forma anticipatoria. El organismo es cubierto por su reflejo que lo contiene, enmascarando un cuerpo fragmentado y descoordinado; a partir de allí y durante toda nuestra vida la asunción de una imagen como cobertura de la angustia tendrá un papel determinante, siendo necesaria otra operación para correrse al menos un poco del espejismo. Nos convertimos en sujetos en tanto debemos sujetarnos al Otro simbólico, que no es imagen; necesitamos, sus palabras para apropiarnos de sentido en lo que sentimos. Nuestro “poco ser” y ese Otro, se articulan para producir un lugar de existencia y significación.

En un segundo momento y a partir de ese Otro se configura un “tú” con el que nos identificamos, nos signa como: “tú eres…”, podría decirse que es un mandato, pero nada es tan sencillo como algunos discursos pretenden. El lugar que señala ese “tú”, en tanto “falta en ser”, no tiene posibilidad de ser nombrado, solo se puede dar vueltas sobre él, y esos “Tú” funcionan como la masa de arcilla que construye y bordea el agujero que se convierte en ánfora.

Posteriormente por medio de un proceso de interiorización ese “tu” se afirma, para convertirse en un “Yo” no sin dificultad. A partir de allí se constituye la trama de nuestra novela personal que brinda una relativa consistencia anclándonos en el cuerpo y en distintos modos de gozar del mismo. Por otro lado desde el Ideal nos marca los modos de relación con los otros.

Al ser el cuerpo nuestra consistencia se genera la creencia de que lo poseemos, aunque no se cansa de “levantar campamento” de tanto en tanto mostrándonos que se trata de una posesión sin dominio. Las distintas formas de gozar del cuerpo (entendiendo al goce como un exceso que provoca bienestar, malestar) no se encuentran en la misma línea que el deseo, en tanto éste que se liga al Ideal motorizando el lazo social. Por un lado tenemos el deseo, por otro el goce.

El deseo como tal, se configura a partir de ese borde en dirección al Otro. Lacan dice “Me demando lo que tú deseas”, “Te demando lo que es yo”, configurándose la conocida sentencia de que “el deseo es el deseo del Otro”, vulgarmente entendida como “mandato”, aunque realmente se configura como enigma sin respuesta que podría pensarse de la siguiente manera “¿Qué quiere el Otro de mí?, porque el deseo – función, al ser un vacío, una falla, no puede ser dicho.

Es ese borde el lugar donde se articula el Ideal y posteriormente los Ideales, que es lo único que podemos saber del Otro y que, si bien no brindar respuestas últimas, obtenemos sentidos. Claro está que nuestra dirección puede ser hacia el cuerpo buscando algún sentido, pero irremediablemente allí lo que único que encontraremos es goce (bienestar, malestar) sin palabras que puedan decir de él por mas que tratemos de “clasificarlo”. En esa dirección estamos solos con nuestro goce.

Piedra, Papel o Tijera.



            Muchos de Uds. conocerán el juego “piedra, papel o tijera” donde la partida se realiza entre dos personas que se enfrentan con las manos en la espalda eligiendo cada una de ellas una de las tres opciones, para luego de contar hasta tres mostrar sus manos y de esta manera definir quien gana: La piedra rompe la tijera, la tijera corta el papel, el papel envuelve la piedra… este juego es un proceso circular, se continúa una y otra vez.

            En la adolescencia y juventud se juega una partida similar, con la diferencia de que las opciones del juego son el Sujeto, el Saber, el Sexo. En este caso los resultados podrían ser: el Sexo rompe el Saber, el Sujeto corta al Sexo y el Saber envuelve al Sujeto. ¿cómo sería esto?  

(1)  Si el sexo entendido como modo de goce siempre es singular, el saber constituido como espacio y lugar del Otro (Lenguaje, Ideales, Ciencia, Religión) está imposibilitado para nombrarlo “plenamente” en tanto lo singular está fuera de lo común; por eso tampoco puede constituirse como Ideal social y la ciencia no puede dar cuenta de ello. Sexo rompe a saber.

(2)   El sujeto es siempre un efecto significante, por lo tanto no puede representarse por su modalidad de goce sexual. Sujeto corta Sexo

(3)   El Saber (lenguaje, Ideales, Ciencia, Religión) envuelven al sujeto otorgándole entre otros, sentidos que orientan su deseo. Saber envuelve al sujeto.

            La adolescencia y parte de la juventud se constituyen como una partida permanente de “piedra, papel y tijera” hasta que el sujeto conforma ese “yo” acorde con la forma cultural en la que se vive. Dicha resolución puede ser breve o alargarse en el tiempo ¿de qué depende ello? de la posibilidad que el un Saber envuelva al sujeto en tanto su modalidad de goce sexual singular no puede ser contenida, ni representarlo. En las culturas “sólidas” esto es más sencillo, en las culturas “líquidas” que promociona al sujeto neoliberal puede llevar muchos años, algo que se observa en la actualidad en especial en los sectores burgueses donde lo que antes tomaba uno o dos años de la adolescencia (lo que podríamos llamar tiempo de la “definición sexual”) hoy puede necesitar una década o más.

            En un escrito anterior afirmaba que el “escultismo identitario” no hace movimiento en tanto esta perspectiva se constituye como un bucle (coincidente con los medios y las redes) donde la tijera rompe el papel, o sea la posibilidad de envolver la piedra. Lo singular no hace comunidad de Ideales. ¿Qué quiere decir esto?  El movimiento ofrece una posibilidad de “ser” (o “semblante de ser”) que implica un modo de lazo social integral con los otros y el mundo, buscando orientar el deseo en dicho Ideal.

Papel envuelve piedra

La participación en el movimiento se define por la formulación de la Promesa y la adhesión a la Ley (lo común), quedando la “modalidad sexual singular” como aquello que es propio del sujeto que debe ser alojado y respetado, de igual manera que las distintas particularidades y singularidades. El movimiento Scout al ser una comunidad de Ideales apunta a establecer una modalidad de Lazo Social comunitario en el “para todos”. De lo que se tratará es de que no exista discriminación sexo (modalidad de goce), raza, credo, clase social… condición de existencia para una salida por fuera del cuerpo, hacia a los otros distintos – de - mi.

            La propuesta está centrada en la lógica de los Grandes Relatos (tema trabajado en otro texto de “apuntad alto”, que sería interesante releas ). A partir de la experiencia concreta del encuentro con el otro y los otros es posible no centrarse en “pequeños relatos” que ofrece el “mercado”, sino en la construcción de una lectura de la realidad partiendo de nociones como pueblo y destino de la comunidad, determinantes socioeconómicos que no permiten la construcción de una sociedad  más justa donde todos tengan acceso a los bienes, el mundo como “casa común” que debemos cuidar.

Envoltorios e ideología



            Suponer que cualquier papel que envuelva la piedra es lo mismo es un error. El papel - envoltorio también es ideología, en tanto formatea el tipo de relaciones que establecemos con los otros y las lecturas que realizamos de la realidad.

La perspectiva del sujeto neoliberal no participa de la lógica de los “Grandes Relatos” sino que complemente un modelo socioeconómico específico. La paradoja del movimiento scout en nuestro tiempo es su gran colaboración para la construcción de un altruismo sin otro. Si las actividades de servicio no surgen de un verdadero encuentro se produce lo que el psicoanalista Jacques Alain Miller dice: “Aquel que da, afirma su poder y sobre todo su rango, lo que es una ficción evidente y engañosa respecto a su ser, encuentra así en el pobre un partenaire, que le refleja su potencia”

En algunos clanes es observable como en parte del Roverismo actual, lo que aparentemente es un trabajo en dirección al otro y los otros se constituye desde un paradigma de “escolarización” inserto en el escultismo, donde el Servicio Raider/Caminante – Rover es parte de una currícula, ergo no hay dirección real al otro ni posibilidad de sentirse interpelado por él. El servicio es considerado de de igual manera que la materia “construcción de ciudadanía”

Una práctica común en algunas instituciones es que los dirigentes provean a los adolescentes y jóvenes de una lista de ONGs donde prestar servicio, “ahorrando” la búsqueda y descubrimiento de la comunidad quedando la “actividad” reducida a una especie de “pasantía escolar” mediada por una ONG que en algunos es conformada por la misma organización, donde se “bajan” programas y actividades de Fundaciones y Organizaciones Nacionales y Multinacionales que persiguen intereses distintos al bien común. Un ejemplo sencillo es el Gran Supermercado que por ley no puede comercializar productos como latas golpeadas o envasados con rotura (son parte de las pérdidas económicas comunes de la actividad supermercadista), que en una brillante maniobra invita a los Scouts a realizar el “servicio” de clasificar el material (ahorro de salarios del personal) para destinar los productos que no están en condición de góndola como donaciones (lo que les permitirá deducir impuestos, convirtiendo la pérdida en ganancia)… claramente el “voluntariado” del supermercado se disfraza de interés por el otro para mejorar sus ganancias, convirtiendo a los voluntarios en parte de la maquinaria de conversión de las pérdidas en ganancia ¡y gratis!

Esto se agrava en tanto los Clanes tienen “cosas más importantes” para hablar, generalmente relacionadas a la agenda de debate que surge de los Medios y las Redes, o incluso de la Organización scout que conforma su agenda de acuerdo a … ¡los medios y las redes!.

De esta manera en los Clanes no hay lugar para conversar a partir de los Servicios, lo que imposibilita la construcción de lecturas de la realidad a partir de la experiencia, se es parte de la máquina neoliberal y los dirigentes instrumentalizados por las instituciones no se dan cuenta… porque eso es la Ideología neoliberal… hacer sin construcción de saber.

 Los que seguimos la filosofía y pedagogía del escultismo planteada por M.D Forestier en “Escultismo ruta de libertad”, sostenemos que no hay verdadero servicio sin encuentro real con el otro; que es necesario realizar experiencia de la alteridad como forma radical de la diferencia porque permite transformar la presencia inquietante del otro en inquietud por el otro, el rechazo del otro por el aprendizaje de su alteridad, en un encuentro gratuito entre un Yo y un Tu solo explicable por un término inasible como es el amor producido en el encuentro.

            El encuentro real con el otro nos brinda la oportunidad de poner a un lado la Ideología cargada de prejuicios con los que día a día los Medios y las Redes nos bombardean para que leamos la realidad de una manera determinada: “son vagos”, “no trabajan porque no quieren”, “viven de los planes mejor que nosotros que trabajamos”, “los llevan de las narices a las marchas”, “son todos drogadictos”, “son todos chorros”, “hay que matarlos a todos”, “no quieren estar mejor”, “son extranjeros que vienen al país a vivir de nosotros”, etc.

            El encuentro real con el otro y una escucha que posibilite liberarse de los prejuicios, permite suspender la Ideología de los Medios y las Redes que nos dicen cómo mirar la realidad, para construir junto con otros una lectura diferente.

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