Escultismo y
discapacidad o el escultismo al revés
En
los textos anteriores trabajamos sobre la “metáfora del cazador” ubicando al
indicio como punto de orientación para llegar a la presa, que puede ser leída
como meta. Luego de ubicar la importancia del indicio hicimos un breve análisis
del escultismo a partir de entenderlo como una comunidad de ser y de haceres
que se ofrece para que un niño o joven al participar del Gran Juego vaya
orientándose de lo general a lo más propio que se cristaliza en las
especialidades como el punto personal que lo liga a la comunidad estableciendo
un lazo social inédito que potencia su propio rasgo y le permite, a veces,
construir una vida.
En
la discapacidad mental, sea del tipo que fuere, el niño y el joven tienen
afectada entre otras cosas: Su relación con el Otro y los otros. Esto implica
una dificultad para la integración social (de allí que muchas veces son objeto
de Bulliyng). A diferencia de los llamados “normales” (criterio puramente
estadístico) el Gran Juego se les dificulta por los inconvenientes de
participar en el marco común. Si entendemos la palabra o el lenguaje como
maderitas de distintos tamaños, quienes no tienen dificultades disponen de una
gran cantidad de ellas para hacer la construcción que quieran, mientras que
quien tiene una discapacidad la cantidad de maderas se reduce en algunos casos mucho,
lo que impacta directamente sobre la construcción a realizar. No está mal
recordar que con poco a veces se pueden
hacer construcciones maravillosas, y que toda construcción implica el uso del
cuerpo y del lenguaje en tanto posibilidad de simbolización.
La
presencia de pocas maderas implica dificultades en la comunicación con los demás
y como toda manifestación de lo que llamamos conducta depende del capital
simbólico, generalmente encontraremos un repertorio acotado de las mismas,
algunas veces repetitivo especialmente con relación al lenguaje, uso del cuerpo
y modo de relación con distintos los
objetos. A veces la literalidad del lenguaje es fuente de dificultades en la
relación interpersonal. El dispositivo educativo del escultismo funcionará al
revés. Si en la “normalidad” partimos de la comunidad para dirigirnos a lo más
propio, en discapacidad lo haremos desde el indicio hacia la comunidad… veremos
como.
Haciendo mapas
Cuando
los padres de Juan solicitaron su inscripción en la comunidad scout,
preguntaron a los dirigentes si se aceptaban “chicos especiales” ya que su hijo
era “autista” pero estaba incluido en una escuela común en la que participaba
bajo supervisión, pero sin necesidad de acompañamiento terapéutico. Juan
presentaba dificultades en la comunicación verbal y cierta torpeza motora que
no era grave, pero que merecía se le prestara atención especialmente por los
riesgos que implican algunas de las actividades scouts. No era necesario un
tratamiento farmacológico y nunca había tenido conductas agresivas para con
otros chicos, sino más bien había sufrido de este tipo de conductas por parte
de compañeros de la escuela. La idea de inscribirlo en los scouts había surgido
a partir de un amigo de la familia que era dirigente. Se decide incluirlo “a
prueba” en las actividades generales y evaluar si podría participar en
campamentos por cuestiones de seguridad.
Juan
ingresa a una de las patrullas del grupo. Se notaba cierto torpor corporal, hablaba poco y era
evidente cierta desconexión con las actividades en general lo que hizo pensar
al equipo de educadores si se podría beneficiar o no de la práctica del
escultismo especialmente porque comenzaba a tener problemas con su patrulla la
que si bien lo aceptaba, por momentos lo consideraba un lastre ya que no sumaba
en las actividades. Cuando hablaba utilizaba ejemplos de su serie que favorita,
“Prision break”, en la que uno de sus protagonistas (Michael Scofield) tenía
una capacidad especial para ubicarse en el espacio pudiendo memoriza los planos
de la cárcel y a partir de allí podría realizar toda una serie de cálculos.
Juan
no prestaba gran atención a las cosas que para los demás eran importantes, como
el marco simbólico, las competencias, en síntesis lo que hace a la conformación
de una comunidad de valores y de haceres. Un hecho contingente permitió
encontrar el indicio que iba a permitir que Juan se encontrara con sus
compañeros a partir de un detalle propio, particular. Al culminar las
actividades comúnmente se dirigía a su casa en colectivo, un sábado no llega a
tomarlo y en vez de esperar el próximo se dirige a su casa caminando. Al sábado
siguiente los padres comentan que van a empezarlo a ir a buscar por lo que
había pasado y cuando el dirigente conversa con Juan sobre lo sucedido, éste
comienza a relatarle –a la manera del protagonista de su serie favorita- el
cómo había llegado a su casa, describiendo no solo el recorrido sino calle por
calle sin errores… Juan tenía una excelente memoria para los mapas, dato que
fue una sorpresa y permitió.
Pasaron
dos sábados para que los dirigentes sean sorprendidos por segunda vez con este “detalle”
de Juan, ya que al realizar un juego de pistas en la ciudad pudo conectarse de
otra manera con sus compañeros porque el ¡conocía todas las calles y caminos
del barrio!. Ese día la patrulla estuvo feliz, y Juan también porque su
conocimiento le aportó al grupo la posibilidad de ganar el juego. A partir de
esto Juan comenzó a desarrollar una especialidad en “mapas” encontrando un
punto de encuentro con los otros y un punto de partida para aprender distintas
cosas que le interesaban, a partir de los mapas
No
es que Juan dejara de ser quien es, simplemente comenzó a jugar el juego scout
aportando algo propio al conjunto… ya los mapas no eran algo que nacía y
quedaba en el sino la posibilidad de establecer un lazo con los demás
compañeros, demás está decir que los dirigentes en las actividades tenían en
cuenta esta característica singular de Juan para la hora de elegir algunas
actividades.
En
discapacidad el escultismo funciona al revés, ya que lo propio de cada uno no
está velado por tantas identificaciones grupales, solo hay que tener las ganas
y la suerte de poder cazar el detalle para que él alguien pueda hacer lazo con
otros y desarrolle sus potencialidades. Es la comunidad la que aporta el marco
para que esto sea posible.
Seguiremos
en esta línea, pensando en cómo construir actividades inclusivas.
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