A veces la
palabra inclusión genera cierto resquemor… a las Asociaciones Scouts y los
grupos les es mucho más fácil pensar en incluir a las personas con
“discapacidad motora” en tanto más semejantes a “nosotros” que a niños y
jóvenes con la llamada “discapacidad mental”, con excepción en algunas
ocasiones de niños y jóvenes con síndrome de Down (trisomía).
La suposición
de “peligrosidad” más el desconocimiento de cómo abordar a quienes no están
dentro de la “norma” es causa de exclusión. Estamos más tranquilos con aquellos
que tienen un desarrollo promedio y creemos que quienes no se encuentran dentro
del mismo se quedaron atascados en alguna “etapa”, desconociendo que dichos
conceptos que circulan como si fueran verdades se construyeron sobre una base
discriminatoria que supone etapas de desarrollo iguales para todos lo que nos
lleva a “estandarizar” lo que “debiera ser”, sosteniendo en la práctica una “teoría del
déficit” que ignora que cada persona tiene una manera distinta de transitar por
el mundo y que la diferencia no implica una negatividad.
En la serie de artículos titulados
“Educación por indicios: una nueva manera de entender la educación” damos
cuenta que se trata de llegar al “detalle” y construir a partir de allí un
punto de encuentro. En el artículo “el teatro de siluetas como organizador de
actividades inclusivas” planteábamos al cuento como organizador de actividades.
En este texto que consta de diversas entregas trabajaremos sobre cómo sacar
mayor provecho del “Libro de la Selva” con distintas actividades, para que
podamos ser verdaderos facilitadores de la inclusión social. Cuando en los
cursos y como fundamento del valor del movimiento scout se hace referencia al
reconocimiento que María Montessori realiza con relación al método scout, habría
que agregar siempre que ella trabajó básicamente con “discapacidad”… algo habrá
visto en el escultismo para apoyarlo.
Estamos hechos de
palabras…
El lenguaje
nos atraviesa a todos desde el momento en el que nacemos. Que estemos habitados
por él no quiere decir estrictamente que hablemos, o que lo hagamos según las
pautas. Quienes trabajamos con patologías graves de la subjetivación podemos
dar cuenta de que existe comprensión de lo que se escucha, más allá de si se
puede hablar o no, o si se da lugar a lo que se solicita. En la mayoría de las
problemáticas no hay ningún estudio serio que demuestre cierto “daño” en el
cerebro relacionado con la realidad de que algunos chicos no hablan, y otros lo
hacen con gran dificultad. Incluso en el caso de lesiones localizadas nos
encontramos con afasias de expresión (dificultad o imposibilidad de hablar)
pero que no implica necesariamente una falla de comprensión. No ahondaremos en
esta temática compleja porque no es el objetivo del artículo, pero si puedo asegurar
que existe una base cierta para dichas afirmaciones.
Como punto de partida de las
actividades trabajaremos sobre la Imagen del cuerpo en tanto que de su construcción
depende que cada uno de los niños y jóvenes puedan constituir un adentro y
afuera estable, subjetivarse. Pero ¿cómo
es esto de un adentro y un afuera?; si están leyendo este artículo ven las
letras “fuera” de Uds, exteriores a su cuerpo, pero en realidad las imágenes se
forman dentro de sus ojos y debe suceder alguna otra cosa para que puedan
hacerlas “externas”. Lo mismo sucede con la voz, cuando Uds hablan todo su
cuerpo vibra de una manera que podría calificarse de horrorosa, algo así como
el ronroneo del gato, algo debe suceder para que Uds no sientan toda esa
vibración corporal cuando hablan. Cuando Uds se angustian mucho sienten
“palpitaciones” y el médico les dirá que es stress, pero se asustan mucho
porque se sienten morir “¡siento como mi corazón late, debe ser un paro
cardíaco!”… cuando en realidad en ese momento de angustia lo que se desvanece
un poco es aquello que les permite construir su interior y exterior porque en
realidad el corazón late como todos los días. La constitución de la Imagen
Corporal como centro de la activad inclusiva, algo que sirve a unos y otros de
diferente forma, apropiarse del cuerpo a través de la
imagen, la voz, el movimiento y los objetos.
Más que contar
historias…
Pocas veces se explota el potencial de las narraciones como posibilidad
de articular una serie de actividades. Como decía en otros escritos, esto es
algo que BP tenía claro desde un principio y puede verse tranquilamente en
“Escultismo para muchachos” donde la narración de una historia precedía al
desarrollo de actividades. Desde la perspectiva de la inclusión, el cuento es
una herramienta importantísima porque nos permite:
·
Realizar
una programación ordenada y secuenciada de distintas actividades que se
articulan al cuento, donde la palabra es amplificada por juegos, producciones
artísticas y todo aquello que se nos ocurra conviene al programa educativo
general y del uno por uno.
·
Desarrollar
en el marco de las actividades una lógica de tres tiempos que son ver,
comprender y concluir siendo esta última siempre algo del orden de lo propio,
lo singular.
· Generar
espacios de producción y exposición que alojen de la buena manera aquello que
realizan los niños y jóvenes.
El rol del dirigente puede deducirse
de un viejo cuento… aquí un video del mismo, que conviene ver y conversar con
los compañeros dirigentes
En el próximo escrito comenzaremos
con el primer capítulo del libro de la selva… a prepararse!
(Fuente de la imagen: http://periodiconmx.com/espectaculos/inarritu-podria-dirigir-la-nueva-version-de-el-libro-de-la-selva/attachment/libro-de-la-selva /)
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