domingo, mayo 15, 2016

Cuando el temor incide en los fines del método scout: ¡Salvemos los scouts del Bolcheviquismo!





            En el artículo anterior afirmaba que si en los primeros tiempos del Escultismo la religión y la participación política correspondían a la esfera privada del dirigente y ambas eran alentadas y compatibles con la práctica scout, con los procesos de institucionalización se mantuvo – a regañadientes de algunos sectores- que la religión era esperable pero no sucedió lo mismo con la participación política del dirigente scout, que poco a poco fue siendo censurada con la suposición de “influencia negativa sobre los muchachos”. Esto que parece lógico en una primera lectura, se muestra falaz en la realidad donde algunas organizaciones scouts se posicionan claramente en una línea política, cuestión que discutiremos más adelante.

            Dos situaciones de contexto no pueden dejarse de lado a la hora de analizar qué es lo que pasó para que se censurara explícita o implícitamente la participación política del dirigente scout (1) La compleja realidad en el “entre guerras” sumada a lo que es vivido como amenaza soviética para toda Europa[1] que unifica los países capitalistas bajo la consigna “salvar al mundo del Bolcheviquismo”, sumado al intento de cooptación del movimiento por los regímenes fascistas (2) la realidad en América latina donde el escultismo es coaptado por las clases alta – media  y por la religión, sumado a los mismos temores Europeos con referencia a la revolución Rusa . Es en este contexto que de  buenas a primeras las Organizaciones Scouts sostendrán el discurso de “más scouts, mejores ciudadanos” pero impulsaran un paradigma de dirigente scout  basado en la “ciudadanía pasiva”¿qué es esto?.  Para Baden Powell (GJT) el ciudadano pasivo era quien trabajaba, cumplía las leyes y expresaba opiniones tanto de política como de deportes y cuestiones generales, pero dejaba que otros se ocupen del bienestar general… en esta visión el ciudadano es dócil al Amo de turno.

            Podemos ubicar como problema general, que si bien nos cansamos de decir que el escultismo es de los niños y los jóvenes no pareciera políticamente correcto afirmar lo que es una verdad a voces:  es un juego que está a cargo de los adultos quienes entre otras cosas son aquellos que definen lo que ofrece el escultismo, su programa y los perfiles de sus cuadros dirigenciales. Si para quienes están a cargo se trata de “ciudadanía pasiva” la labor social del escultismo se reduciría a recolectar víveres en caso de catástrofes o ser la “guardia pretoriana de la Iglesia Católica” en peregrinaciones, mientras se enseña a los muchachos a cumplir las leyes (aunque sean insensatas) aceptando incluso la pérdida de derechos porque esas son cuestiones políticas que poco tienen que ver con los scouts. Los dirigentes que asumen compromiso político con el correr de las historias institucionales son desestimados y muchos de ellos terminan siendo excluidos  o autoexcluyéndose por motu propio, sintiéndose estafados por las instituciones en los Ideales a los que se comprometieron.

La ciudadanía es un estado de derechos

            Es necesario entender que los ciudadanos no son solo los habitantes de la ciudad, sino conforman una categoría política surgida a mediados del siglo XVIII a partir de la caída del poder monárquico y el surgimiento de los Estados – Nación y el republicanismo como paradigma. La ciudadanía es un punto de llegada (no el último) de un proceso histórico que Georg Hegel denomina la dialéctica del Amo y el Esclavo y sus sucesivas transformaciones. ¿Cómo es esto? : En la antigüedad el Amo tenía poder de vida y muerte sobre todos los demás, y los esclavos eran carentes de libertad y derechos en forma absoluta, como decía Aristóteles en la antigua Grecia… el esclavo es un buey que piensa y nada tiene que ver con la producción de riqueza.

            Si el Amo se transforma en Noble, el esclavo pasará a ser siervo consagrado a su servicio, gozando de un poco mas de libertad y autonomía pero sin derechos. Con el advenimiento de la democracia aparece la abolición de la esclavitud y la servidumbre cambiándose la lealtad al Rey o al Noble por la Lealtad a la Patria… el proceso no fue (ni es) para nada sencillo pero se caracterizó por una progresiva adquisición de derechos.

             El Amo mutará al capitalista y el siervo al trabajador/ciudadano. La lucha ya no es a muerte y el Estado pasa a cumplir la función intervenir en una puja desigual entre los dueños de los medios de producción y los trabajadores, consagrando derechos y permitiendo que cada vez más personas sean felices. Lo de la felicidad no es un chiste… Jeremy Bentham, padre del utilitarismo inglés y asesor de algunas constituciones incipientes (como en el caso de Argentina bajo el mandato de Rivadavia) planteaba que para que el mayor número de personas sean felices es necesario que la legislación y los gobernantes en sus decisiones políticas, beneficien al mayor número de personas posible. Sea que se entienda a la comunidad en un sentido republicano clásico o en un sentido utilitarista, la idea de felicidad no es ajena a la política, pero no nos confundamos… se trata de una felicidad producto de la justicia social y no de la aceptación pasiva del lugar que alguien define para los demás dentro de un sistema político - social de explotación.

            Podemos encontrar claramente que Baden Powell en el reino de los fines del escultismo  articula la Felicidad activa y la ciudadanía activa … Veamos…

·        “La felicidad me parece en parte pasiva, pero principalmente activa. Es la actividad de hacer el bien lo que cuenta”

·         “Si logras hacer felices a otros, serás feliz tú también.”

·        Si queremos que nuestros muchachos sean felices en la vida, debemos imbuirles la costumbre de hacer el bien al prójimo, además de enseñarles a apreciar las bellezas de la Naturaleza”.

·         "lealtad activa a la comunidad

·      “La ciudadanía pasiva no es suficiente para mantener en alto, en el mundo, las virtudes de libertad, justicia y honor. Unicamente la ciudadanía activa puede conseguirlo.

De la ciudadanía a la servidumbre

            Hoy no me voy a detener en la historia (lo dejo para próximos artículos) sino simplemente en este tema: Si el escultismo busca mejorar la calidad del ciudadano y sus fines son su formación ¿qué ocurre  cuando en un país (la patria como diría BP) la ciudadanía comienza a retroceder en camino hacia la servidumbre? ¿qué ocurre cuando quienes tenían derechos a la educación dejan de tenerlos, cuando muchos no acceden a los derechos del ciudadano porque ya son parte de la servidumbre? ¿qué ocurre cuando el trabajo esclavo de algunas “empresas” pasan a ser el paradigma del trabajo? ¿qué ocurre cuando  el propio gobierno –aquel que debe garantizar libertad, justicia y honor- deja de cumplir con su rol de regular las relaciones disimétricas entre los dueños de los medios de producción  y los trabajadores estableciendo convenios que inclinan la balanza hacia quienes ocupan el lugar del Amo  reduciendo el salario de los jóvenes a valores inferiores al salario mínimo? ¿Y cuando les quiere quitar la posibilidad de formarse en la Universidad? ¿Qué ocurre cuando los que acudían a la escuela primaria o secundaria para progresar, participando en planes especiales ya no pueden hacerlo y quedan reducidos al trabajo servil? ¿acaso el grupo scout puede actuar como si nada pasara? ¿acaso las organizaciones scouts deben seguir funcionando como si nada pasara? ¿acaso nada pasa?

            Si el escultismo entre sus fines propone que los scouts sean buenos ciudadanos, estas situaciones –actuales en muchos países - nos ubican en ese terreno que BP define como lo “no fácil” donde  la “ciudadanía activa” deja de ser algo sencillo. Se desprende de sus escritos que en los casos donde la libertad de las personas está en juego, las leyes perjudican a la mayoría, el trabajo se reduce a la servidumbre o al desempleo, el derecho a la opinión sobre política –o a la afiliación política- es motivo de persecución y el bienestar de la mayoría de la gente peligra o sencillamente se desbarranca los scouts tienen algo para hacer.

            ¿Qué sería entonces la “Lealtad activa a la comunidad”? Dos cosas son seguras (1) No se trata de que el grupo scout o las organizaciones scouts actúen desde lo político partidario, porque esa es una cuestión que queda bajo la libre elección de cada una de las personas. (2) Se trata seguramente de un hacer hacia la comunidad que no se reduce a una juntada de alimentos o ser la guardia pretoriana de la Iglesia en una peregrinación.

            Un hacer que tiene los tiempos de la urgencia como cuando los Rovers en Francia (en una de las vueltas de la acción cívica al seno del escultismo) en función de los planteos del Abate Pierre comenzaron un plan habitacional para los sin-techo que fue exitoso en tanto no se constituyó como única actividad de los clanes… lo llamaban empresas, nosotros les decimos proyectos… allí el otro importaba pero no como fenómeno discursivo (como podría ser en un foro donde se opina y se concluye en recomendar cosas) sino en lo concreto de su existencia. La condición de éxito de este tipo de acciones es que en primer lugar los dirigentes sean testimonio de “ciudadanía activa”. El tema (que da vueltas en este escrito) es ¿Qué pasa cuando las organizaciones proponen como paradigma del dirigente al “ciudadano pasivo”? ¿es posible realizar un escultismo con Mayúsculas como en algun momento planteara Eduardo Missoni? ¡es posible que el escultismo se plantee como resistencia a los intereses corporativos como planteara Klaus Tegeder? ¿o solo queda espacio para formar parte del sistema político imperante - el capitalismo liberal en su tendencia actual a la conformacion de gobiernos corporocráticos - donde solo importa cada uno y los scouts pasan a ser una actividad extraescolar que no tiene posibilidad de cuestionar lo instituido, donde el paradigma institucional pasa a ser la ONG que obedece a intereses  de control social y disciplinamiento?
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            No tengo respuestas para estos temas, pero considero que merecen seguir siendo pensados. Cuando mas pasa el tiempo más me doy cuenta que si algo me identifica es el escultismo tradicional ¿por qué? Como ustedes sabrán un taburete puede tener varias patas pero nunca menos de tres… en el caso del escultismo son: el método scout y sus prácticas, lo político y lo religioso (espiritual)… si una de las tres patas falta… se cae. Con la mano en el corazón creo que en la actualidad algunas organizaciones tratan de hacer equilibrio en taburetes de dos patas (cuando no en una) y el destino de ello es la caída… un escultismo que ya no es escultismo, que deja de ser un Gran Juego para convertirse en un juego.



[1] Eric Hosbawm. Historia del siglo XX. Ed. Crítica 2011

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