domingo, junio 01, 2025

La progresión scout ¿tiene como función el apoyo a la construcción de valores o la propagación de los valores morales de la época?

 


               Te invito a volver unos minutos a tu infancia. Imaginate que el sábado tus padres trabajan por la mañana, pero vos -que no tenes que ir a la escuela- podés levantarte un poco más tarde.

A eso de las 9 AM te despertás, vas a la cocina a hacer tu desayuno y cuando te dirigís a la heladera encontras pegado con un imán el siguiente cartelito:

 

Mirás a tu  hermano mayor y él te dice “es lo que hay que hacer… fíjate como te la arreglas con eso, hace un rato compre pasta dental que no había y la deje en el baño”. 

Mirando un poco más allá

-            Pareciera que los padres están ausentes, aunque es claro que su presencia real se encuentra en el papel que dejaron en la heladera, que no está para ser debatido ni cambiado por nadie...por eso son MANDATOS. Como dice el Hermano Mayor… “es lo que hay que hacer”

-         El Hermano Mayor está presente, pero lo que pueda pensar del papelito no importa, es responsable de que el orden de los padres se cumpla, por eso compra y le facilita la pasta dental.


La metáfora de la Heladera

               Ahora imagínate un pibe en edad scout con una heladera gigante y 52 “cartelitos” divididos en 4 áreas, la gran mayoría de ellos no se refieren a los conocimientos que exigen la práctica del Escultismo, sino determinados a atributos morales particulares (no universales) que se denominan “competencias educativas” y que él, simplemente debe "desarrollar" . Siguiendo la lógica anterior, cada uno de ellos es un MANDATO en tanto debe cumplirse en tres etapas (las de progresión) hasta  lograr el 100% (el orden de los papelitos no altera el “producto” final)



               Hace varios años atrás explicaba lo que implica la utilización de protocolos comportamentales en el Escultismo. Revisemos alguno de los conceptos con relación a la “Heladera Gigante”.

1)       Si cada papelito en la heladera es un Mandato, el Hermano Mayor no tiene como función acompañar al menor en los avatares de su vida, sino que se convierte en Instrumento de “los padres” para que el “papelito en la heladera” sea lo que “hay que hacer”.

2)       Para los “padres” ausentes pero muy presentes en el papelito, es impensable que el niño no cumpla con sus requerimientos morales (ya que los “papelitos técnicos” son muy poquitos y sin la especificidad de los primeros)... después de todo ¿Quién mejor que sus padres para saber lo que es mejor para ellos?.

3)       El Hermano Mayor debe intervenir dialogando con su hermano menor para que trabaje en relación a los Papelitos de la Heladera, en vinculo claramente asimétrico.

4)      Es un engaño pensar que la posición del niño es “activa” a la hora de definir sus necesidades e intereses, en tanto se trata de cumplir con el Mandato del papelito de la heladera que viene “de los padres”, que previamente han definido cuáles serían las necesidades del niño y qué debería interesarle, lo que en la práctica implica someterse al protocolo y adaptarse a lo que se le pide desde el mismo.

Baden Powell había dicho que proponer a los jóvenes ser exploradores e identificarse con ellos era distinto a proponer una “Sociedad para la Propagación de los Atributos Morales” aunque de alguna manera también se trataba de eso… La propuesta de Progresión donde los conocimientos de exploración son lo que menos cuenta, lo ha logrado: la mayoría de los objetivos en este sistema son Propagación de Atributos Morales previamente definidos desde la ideología

y        Hay que diferenciar CLARAMENTE los VALORES UNIVERSALES (comunes a la mayoría de las culturas) de los valores PERSONALES. Si para el Movimiento Scout los Principios, Virtudes y la Ley Scout constituyen el Universal que se propone, el cómo cada persona los internaliza y se apropia -o no- de ellos siempre es UNO POR UNO, y para ello no hay Protocolo que no sea manipulación ideológico-moral en tanto la pretensión básica es la homogenización de determinadas conductas.

A diferencia de querer moldear la vida de los niños y jóvenes, Baden Powell propone la “exploración”, el “servicio al prójimo” y la construcción de una “ciudadanía activa” no desde la escolarización como si fueran materias del secundario como “construcción de la ciudadanía”, “salud y adolescencia” y otras… ¡para eso está la escuela! La propuesta en GJT es sencilla… “fortalecer cualidades mediante la práctica de”… las actividades que realizan los scouts utilizando el sistema de patrullas en las distintas ramas, siendo claro el lugar de los otros y del dirigente scout como agentes de desarrollos diferenciados y con distintas responsabilidades. Hoy está de moda afirmar “nadie se salva solo”… bien, en escultismo “nadie se educa solo” sino en “patrulla”.

La progresión no debería estar invadida por contenidos escolares en desmedro de los contenidos propios de la práctica del escultismo que hacen posible el Gran Juego. ¿esto quiere decir que no son importantes? No, simplemente que no es el ámbito de aprendizaje, salvo cuando las situaciones vividas por los chicos lo  requieren. El Universal de los Principios y la Ley se ponen en juego en cada una de las actividades, los juegos,  narraciones, ceremonias, aventuras, y como producto del encuentro con el otro y los otros a través del Servicio que lleva no solo a conocer realidades distintas, sino a preguntarnos e indagar sobre la causa, construyendo posiciones éticas. La “oportunidades de aprendizaje” la brindan aquello que se hace, cada una abre un abanico de posibilidades y son  los participantes los que deben elegir cuáles de ellas exploraran.

Desde este punto vista los sistemas de contenidos mínimos para todos, clásicos en los usos del escultismo, son mucho más transparentes. Todos conocen lo que deben  saber para jugar juntos, existiendo los espacios para desarrollos personales en cada etapa. ¿Los valores personales? Son producto de la orientación que brinda la Ley en la intersección del convivir con otros y el trabajo que se realiza sobre ello, no de una enorme heladera llena de papelitos que cargan sobre los hombros de niños y jóvenes el peso de una moral que  ellos no eligen, sino que deben aceptar pasivamente para adaptar su "yo" activamente, si es que se quiere ser parte.

Por supuesto que esto no agota el tema en lo más minimo, pero sí brinda un apoyo para comenzar a repensar.









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