Pocas
figuras históricas encarnan la idea de Travesía y compromiso con el otro como
Pablo de Tarso, quien durante 14 años recorrió distintos lugares del imperio
romano en cumplimiento de su misión; Arabia, Cilicia, Siria, Turquía,
Macedonia, Grecia. El Filósofo Alain Badiou lo considera padre del universalismo y el político Lenín llegó a decir que con dos o tres como Pablo de Tarso no
hubiese sido necesaria la revolución.
Mas allá de
la teología, muchos filósofos se han ocupado de Pablo y la noción de Universalismo,
que en el caso del movimiento Scout pone en juego en la construcción de una Ley
común a todos cuando el movimiento estalla por fuera de las
comunidades en las que funcionaba como plataforma. El pasaje de los valores de
las organizaciones de base del primer momento del escultismo a un decálogo que
forma parte de un Universal mayor, se constituye como elemento
del método en tanto es instituyente de una comunidad universal y su
adhesión voluntaria, expresión de la pertenencia.
¿Qué encontraremos
útil para el Roverismo en las cartas de Pablo? En primer lugar sus textos
pueden ser leídos en cualquier tiempo con un efecto de reactualización de
acuerdo a la época en la que se vive; el maravilloso cineasta Pier Pasolini afirmaba que en los tiempos actuales
Pablo tiene vigencia como pocos; planteando que su figura puede ser imaginada
en nuestra época dirigiéndose a la sociedad por la que llora, amenaza y
perdona. Pablo es actual porque la universalidad -que no es homogeneización
globalizadora- se convierte en nuestra misión como humanidad. Pasolini
no se va en chiquitas cuando afirma que “si se traspone a Pablo y a todos
sus enunciados a nuestro siglo, se verá que ahí encuentran una sociedad tan
criminal y corrupta como el Imperio Romano, pero infinitamente más resistente y
flexible”[1]
y no hay duda de ello. Engañados por las tecnociencias se pretende que
creamos que la condición humana ha cambiado cuando es la misma con la
desventaja de que los distintos poderes han perfeccionado sus crímenes.
La lógica identitaria y la universalidad vacía del
neoliberalismo
Vivimos un
tiempo donde la invasión de las particularidades se
vuelve clasificación de identidades y afianzamiento de cada una de ellas
a partir de los enfrentamientos con otras; esto ocurre no solo en la
sociedad sino en sus organizaciones como el caso del movimiento scout. La
singularidad de la raza, la modalidad sexual, la clase social, el gusto
alimentario, etc. son complemento de la falsa Universalidad vacía del
neoliberalismo, a la que solo puede oponerse una singularidad
universal como la planteada por Pablo de Tarso en su epístola a los
Gálatas: “No hay distinción entre judío y no judío, entre esclavo y
hombre libre, entre varón o mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús”.
Pablo era judío entre judíos, griego entre los griegos, romano entre los
romanos… si los no cristianos reemplazan a Cristo por una Verdad o Bien
(palabra que usaba BP) logran despejar una afirmación donde se construye la
Unidad de lo humano que prima sobre cualquier singularidad sin que implique su
anulación.
En el Roverismo
se busca el encuentro del otro en el respeto de lo propio para dirigirnos más
allá de ello, a lo que constituye el carozo del ser, sin utilizar nuestras
identificaciones como “defensa” ante lo distinto-de-mí, apuntando a ser uno más
con el otro, encontrándonos en sus formas culturales, normas, costumbres para
desde allí tender puentes; por eso en el Roverismo la travesía no solo permitirá
el encuentro, sino que luego de finalizado, al reunirse el Clan para trabajar
sobre lo realizado, se produce un crecimiento en humanidad que resquebraja los
pre-juicios.
Alain Badiou
es muy claro cuando señala que al poner en suspenso las identificaciones
de cada sujeto dejan de funcionar como enfrentamiento ubicando en la
epístola de Pablo algo que opera más allá de su época, señalando desde el texto
los problemas actuales respecto a la epidemia de identidades y
autopercepciones que son complementarias de la subjetividad neoliberal que no
hace lazo social y que al permear la sociedad en su conjunto su
resultado es la disgregación de lazos sociales, enfrentando grupos que se
conforman en función del narcisismo de las particularidades conformando un “Yo”
identitario siempre incompleto, por ello en continua tensión agresiva; al estar
ensimismados en su goce se ignora poner en cuestión la característica imperial
del poder de nuestro tiempo y sus efectos sobre la distribución de la pobreza y
la destrucción del medio ambiente humano… en síntesis el poder de dar vida o
muerte, el verdadero “patriarcado” lejano a la coincidencia con un sexo en particular.
“Cada
identificación (creación o bricolage de identidad) crea una figura que produce
materia para el mercado inversor. No hay nada más cautivo, para la
inversión del negociante, de más ofrecido a la invención de nuevas
figuras de la homogeneidad monetaria que una comunidad y su o sus territorios.
Es necesario la apariencia de una no equivalencia para que la equivalencia
sea, ella misma, un proceso ¡Qué devenir inagotable para las inversiones
mercantiles el surgimiento, en forma de comunidad reivindicativa y, de
pretendida singularidad cultural, de las mujeres árabes, de los
homosexuales, de los minusválidos, de los árabes! Y las combinaciones infinitas
de rasgos predicativos, ¡qué ganga! ¡Los homosexuales negros, los servios
minusválidos, los católicos pedófilos, los islamitas moderados, los sacerdotes
casados, los jóvenes ejecutivos ecologistas, los parados sumisos, los jóvenes
ya viejos! En cada momento una nueva imagen social autoriza nuevos productos,
revistas especializadas, centros comerciales adecuados, radios “libres”, redes
publicitarias dirigidas, y por último ‘atractivos debates sociales’ en las
horas de gran audiencia. Deleuze lo decía exactamente: la
desterritorialización capitalista necesita una constante reterritorialización.
El capital exige para que su principio de movimiento homogenice su espacio de
ejercicio, la permanente surrección de identidades subjetivas y
territoriales las cuales, por otra parte, sólo reclaman el derecho de estar
expuestas, al mismo título que las otras, a las prerrogativas uniformes del
mercado. La lógica capitalista del equivalente general y la lógica
identitaria y cultural de las comunidades y de las minorías forman un conjunto
articulado (…) esta articulación es constriñente con relación a todo el proceso
de verdad. Orgánicamente es sin verdad”
Destacar
la “marca” y la “identidad Scout” sin orientarse por valores universales
que se desprenden de la práctica, tiene como único objeto promover una subjetividad ya no laica, sino neoliberal y
nihilista, dado que el discurso político sobre los Valores ha perdido la referencia (el relativismo valoral anula la
posibilidad de Universales) en primer lugar porque su deriva se convierte siempre
en liberal o neoliberal (el valor es singular, por lo tanto no universal) y en
segundo lugar por se termina confundiendo Valores con Normatividad de las
identidades, con excepción de las religiosas ya que cualquier
referencia a las mismas no tiene el mismo tratamiento social y organizacional
que el pack “pret a porter” de identificaciones…
como dice certeramente Jorge Alemán: “Actualmente la
deconstrucción generalizada se desliza hacia una ‘critica de las costumbres’,
una suerte de hipercostumbrismo obsesionado con criticar la vida de los
otros ,como si la deconstrucción fuese un nuevo capítulo de la
conciencia crítica progresista .No hay otro remedio que lidiar con esto
,solo recuerdo que el gesto emancipador de la deconstrucción no era esta restauración de la crítica como un juego circular de imputaciones al infinito” … y el escultismo también se “deconstruye” ¿Acaso
podría negarse que esta maniobra no es el eje de la desterritorialización
de los principios y valores del movimiento scout para una posterior
reterritorialización en dirección hacia los valores complementarios al
sujeto neoliberal impulsado en nuestra época?.
Orientaciones para el Rover en Travesía: recorriendo
territorios
Si la
travesía es la actividad Rover por excelencia, en nuestro tiempo dos son los
desafíos para enfrentar:
(1)
La
tensión entre los territorios reales de las comunidades con los territorios
virtuales de las comunidades conectivas de internet “reterritorializadas”
desde hace tiempo. No quedan dudas que una parte de la humanidad por medio del uso
de los smarthphones en cada uno de los espacios sociales se encuentra desconectada
de los territorios reales del barrio y los lugares por los que transita,
sin “Ver” lo que sucede, por lo tanto, imposibilitada de preguntarse para poder
“Juzgar” y finalmente “Actuar” en consecuencia al desarrollo de los juicios.
(2)
El
tránsito por los territorios reales sin la apertura necesaria para el encuentro
con el otro, nos puede convertir en agentes ingenuos de desterritorialización
y/o reterritorialización al ignorar los particularismos de cada lugar a
partir de falsos universalismos neoliberales que a su vez llevan a la emisión
de juicios (o mas bien pre-juicios) respecto del otro y su cultura o modo de
estar en el mundo; un ejemplo de ello es la postura que se genera respecto de
los Wichis que en este momento mueren de hambre al ser desforestados los
bosques (su medio de vida) o los mapuches con su costumbre histórica de la
“veranada[2]”
para preservar su ganado.
De cómo se
sorteen dichos desafíos dependerá el éxito respecto de los objetivos, de allí
que las orientaciones básicas para el Rover Scout serían: Fidelidad al
encuentro, Esperanza en el proceso que comienza a producirse a partir de ello,
Amor como aquello que dirige su convicción.
No es casual
que la travesía se constituya como una actividad donde los Rovers definen un
camino, cargan su mochila y marchan hacia el encuentro. ¿Sería lo mismo si los
Rovers no marcharan y un micro alquilado los dejara en la puerta de la
comunidad a la cual visitarían? No, sin duda los efectos para los jóvenes
serían distintos porque la marcha, antes que nada, no solo es aventura sino
preparación para el encuentro con el otro, opera ayudando a que los Rovers se
despojen de lo cotidiano, prepara lo que en otros textos hemos denominado “experiencia
de ruptura”, necesaria para que algo del encuentro se produzca.
Es en la marcha,
con el equipo básico que podemos transportar, donde no solo nos despojamos de
la cotidianeidad sino también de los espejos negros de las pantallas que
continuamente nos brindan interpretaciones del mundo que muchas veces asumimos
como propias constituyéndose en prejuicios hacia los otros, lo que obstaculiza
la posibilidad de dirigirnos hacia el corazón del ser.
Una vez en
el destino pueden suceder dos cuestiones, la primera de ellas es que no se
produzca un encuentro, lo que no debe desesperar ya que es muy probable que
ocurra y de hecho lamentablemente es parte de un estilo de escultismo donde no
hay mucha diferencia entre la travesía Rover y una experiencia de turismo
aventura, de allí que nos permitirá quizás ampliar nuestros conocimientos sobre
determinado lugar y su gente. La segunda posibilidad es que el encuentro,
siempre singular, se produzca… esto implica que los Rovers Scouts
logren entrar en sintonía con la comunidad a la que visitan en su travesía, si
esto ocurre lo que se espera es una posición ética de fidelidad a ese
encuentro singular, que no se caracteriza por una verdad específica o iluminación,
sino como un comienzo de algo nuevo, realizando un salto categorial entre la noción
filosófica de no-pueblo-mio hacia pueblo-mio, lo
que implica la aceptación de la particularidad del otro (su cultura, normas,
modo de estar en el mundo) sin que por ello se quiera imponer el modo de estar
en el mundo que tienen los Rovers Scouts, entonces no hablamos de “desterritorialización”
cultural y “reterritorialización” en base a los valores de la globalización,
sino de la construcción de un territorio común, novedoso, producido
por dicho encuentro, el que potencia la posibilidad de acciones necesarias
realizadas de forma conjunta en apoyo a la comunidad o con el apoyo de la
comunidad.
Si somos fieles
al encuentro el resultado inmediato es la posibilidad de proyección lo
que implica directamente esperanza constituida a partir de la
tensión entre el estado actual y la certidumbre del estado al que queremos llegar.
La esperanza convierte la impotencia en potencia creadora y el amor
se convierte en garantía de que nuestras acciones no serán producidas por un subjetivismo
vacío que solo tiene por objetivo inflar nuestro Ego… como dice Pablo
de Tarso, si no hay amor la fidelidad al encuentro y la esperanza, pierden su
sentido en tanto nos convertimos en sujetos vacíos.
Excursus. Las cartas de Pablo y su impronta filosófico – política han sido
abordadas por Hegel, Jacques Lacan, Alain Badiou, Ernesto Laclau, Slavov Zizek,
Enrique Dussel y una serie incontable de filósofos y psicoanalistas no relacionados
con la religión.
[1]
Alain Badiou. San Pablo.1999, Ed. Antrhopos
[2]
La veranada y la invernada son los traslados de animales en búsqueda de buenos
pastos naturales acorde a la época del año. Se realiza históricamente en verano
o invierno entre la zona de la meseta / tundra y la cordillera boscosa, dentro
de los territorios históricos de los mapuches. Parte de la persecución de estos
pueblos se debe a la intención de cortar con el tránsito animal a partir de la
privatización de los territorios nacionales a manos de empresas multinacionales
(la más importante y que más conflictos han sido públicos es Benetton) o
multimillonarios extranjeros que han “comprado tierras” en territorios
comunales consagrados por la Constitución Nacional no solo a los mapuches sino
a los distintos pueblos originarios, presionando para expulsarlos a partir del mayor corrimiento de
la barrera agrícola lo que destruye el medio de vida de pueblos como los
Wichis.
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