“El servicio más hermoso y más grande,
es brindar alegría a los que no la tienen.
La única
alegría, es el mismo Cristo.
Aquel que logra formar una Patrulla,
verdadera
pequeña comunidad, ardiente de Caridad,
es el que les brinda a los jóvenes,
sus hermanos,
la oportunidad de conocer a Cristo”.
Michel Menú
Hacer una nota sobre el Escultismo Católico antes que nada
es hablar de mi vivencia como niño, joven y dirigente. Merece la pena aclararlo
porque más allá de las palabras que pueda usar que no apuntan a la precisión
teológica, las mismas expresan antes que nada experiencias vividas hasta lo que
fuera la fusión que diera origen a Scouts de Argentina. Hoy participo en una
Asociación Laica pero las marcas con las cuales vamos construyendo nuestras
historias siempre son profundas en tanto signan una forma de ver el mundo, más
allá de si seguimos participando o no de la religión.
Es
importante tener puntos de partida que se reflejen en hechos históricos
comprobables, sino podemos sacar conclusiones por lo que nos han contado y lo
escrito desde la mirada de una Organización, como que el escultismo es laico y
nada tiene que hacer la religión allí. La religiosidad no es ajena al objeto
inicial del escultismo en tanto Baden Powell la creara pensando en un
programa de apoyo y sostén para los
Brigade Boys, organización inglesa cristiana de niños muy extendida en la
época de BP ya que que contaba con 54000 miembros siendo su objetivo "El avance del reino de Cristo entre los muchachos y la
promoción de los hábitos de Obediencia, Reverencia, Disciplina, Autoestima y
todo lo que tiende hacia una verdadera virilidad cristiana”.
El
proceso de institucionalización del escultismo vendrá después y como sabemos
forma parte de un grupo de decisiones tomadas en una pulseada ideológica que
solo el revisionismo histórico nos permite señalarlas. Lo cierto es que en
virtud de las decisiones políticas que se fueron tomando, en Francia y Bélgica
el escultismo nace católico y en argentina los exploradores de Don Bosco surgirán
como respuesta al laicismo obligado
que la Ley Irigoyen impone al escultismo y con posterioridad surgira la Unión Scouts Católicos Argentinos. La tensión
laico – religiosa estuvo presente desde el inicio de los procesos organizacionales,
aunque es claro que el Programa Scout surge como sostén a otras instituciones,
básicamente religiosas que trabajaban con la niñez, y laicas con el mismo
objetivo.
Desde mi punto de vista el Escultismo
Católico tiene entidad propia, por supuesto derivada de una Identidad
común marcada bajo el nombre de “Escultismo”, señalando en el atributo
“católico” una operación sobre el sustantivo, veamos los que serían sus rasgos
distintivos.
1)
A Dios se llega por dos vías, que no son una sin la otra: Por la
participación en la vida sacramental y por
el amor activo al prójimo. No es sin el prójimo, no es sin la comunidad y esta
es una diferencia superlativa respecto de otras religiones cristianas. No
alcanza con leer las escrituras y portarse bien desde el punto de vista de lo
socialmente instituido; el compromiso debe ser activo en la comunidad en
dirección a la promoción de una sociedad más justa, con especial dirección a
los desposeídos, a los que hoy el Papa Francisco ubica hoy como “periferias
existenciales”.
2)
La narrativa ocupa un lugar central. Es de corte épico hilvanando conceptos
y valores en lo cotidiano, invitando a niños y jóvenes a la aventura cuyo
destino es el otro, el prójimo, necesitando por ello acciones concretas. Es
importante señalar que el Escultismo Católico no es de “citas Bíblicas” sino marca
una posición concreta en la vida. Los textos del Escultismo Católico Francés
como los clásicos de Forestier y de Menú son claros… no es catecismo, tampoco
paralamentarismo de foros, es acción
con relación al otro y surge de Ver
la realidad, Juzgarla en función de los valores y Actuar para el cambio…
si se quiere desde un punto de vista no creyente, ciudadanía activa a full.
3)
Si bien existen un número de sacramentos donde Dios se hace presente, lo
sacramental implica la presencia real
que se sirve de lo simbólico.
La propia vida es entendida como sacramento donde el sujeto esta autoimplicado.
Leonardo Boff lo dirá de esta manera “Volví a contemplar el paisaje que había tenido siempre ante mis ojos.
Lo cotidiano está lleno de sacramentos. En la arqueología de lo cotidiano
crecen los sacramentos vivos, vividos y verdaderos. Es el vaso de mi familia;
la polenta que hacía mi madre; la última colilla del cigarrillo de picadura
dejado por mi padre con todo cariño; la vieja mesa de trabajo; una gruesa vela
de Navidad; el jarrón con las flores encima de la mesa; aquel sector de la
montaña; el viejo camino pedregoso; la antigua casa paterna, etc. Esas cosas
dejaron de ser cosas. Se convirtieron en gente. Hablan. Podemos oír su voz y su
mensaje. Poseen un interior y un corazón. Se han convertido en sacramentos. En
otras palabras: son señales que contienen, exhiben, rememoran, visualizan y
comunican otra realidad diversa de ellas, pero presente en ellas”[1].
Esta posición particular del escultismo católico, que siempre es comunitaria,
es incomprensible, reducida a “Pensamiento mágico” y desestimada para otras
versiones religiosas judeo-cristianas occidentales, estas últimas basadas en la
“doctrina de la experiencia” donde se apunta a un éxtasis del Yo y la Divinidad
puramente individual; desde allí se entiende a la mística del Escultismo
Católico como Idolatría, aunque dicha critica obvie su punto de partida órfico
y autoidólatra caracterizado por la infatuación del Yo y la Conciencia
4)
Lo simbólico para el Escultismo Católico se relaciona
con la apertura a la experiencia
mística. De esta manera cobran especial interés ceremonias y
actividades orientadas a que
sus miembros tengan la posibilidad de acercarse a dicha vivencia - si se quiere
nombrar de otra manera, experiencias de “alto voltaje” donde se vivencia la
unión personal y comunitaria con la totalidad, los ideales, lo divino - . El
sacerdote y viejo amigo Daniel Yanny decía que los seres humanos necesitamos
del rito para acercarnos a la experiencia de Dios por la imposibilidad de su
producción de forma directa, lo que equivaldría a mirar el sol de frente. En el
Escultismo católico la promesa, un logro de progresión, un pase a otra rama, una
actividad en la naturaleza son ocasiones en las que cada uno de los miembros
puede encontrarse consigo mismo y
con la totalidad, siendo una diferencia fundamental con otras religiones no se trata
de la “doctrina de la experiencia” en tanto busca crear las condiciones de orientación desde lo simbólico, para que
la experiencia mística sea posible en un contexto comunitario.
5)
Paradójicamente
el Catolicismo no es una religión Bíblica en el sentido de que el sujeto está
atrapado en un sinnúmero de preceptos morales. Amar a Dios sobre todas las
cosas y al prójimo como a si mismo son los mandatos centrales de la Fe. Esto
posibilita que teniendo en cuenta dichos Mandamientos y la Ley Scout los Scouts
Católicos no persigan “objetivos yoicos” de conducta en tanto la doctrina no
está ligada a una infatuación o inflación del Ego como en otras corrientes
religiosas (especialmente las americanas). La Caritas (caridad) y la Pietas
(piedad) son esenciales y NO se ejercen como relación de poder, sino como un
relación de amor entre personas que se encuentran por medio de Cristo las unas con las otras, ambas
carentes.
Estas son
algunas de las características que pude aislar del Escultismo Católico, que no
apuntan a verdades teológicas, sino a expresar de forma ordenada un modo
particular de práctica. Es un error pensar que al funcionar en una parroquia un
grupo scout realiza una práctica de Escultismo Católico… aunque todos los
miembros del grupo sean católicos. El Escultismo Católico no necesita de una
Pastoral porque el Concejo de grupo es una comunidad de Fe, Baden Powell dice
que la religión esta dentro de la propia práctica del escultismo y esto en lo esencial
es la vida de la comunidad. Cuando hablamos de “Pastoral” es porque no
practicamos Escultismo Católico sino otro formato del Escultismo que hace
necesario ingresar desde fuera del programa rasgos de la concepción católica,
con el riesgo de que se convierta en una especie de “catecismo” alejado de esta
práctica que surge desde y con los inicios del escultismo.
2 comentarios:
Amigo: en el último párrafo de tu nota abrís una interesante oportunidad para reflexionar sobre el trabajo y la influencia de las Comisiones de Pastoral Católica, y por extensión, las de otras religiones. Me gustaría leer tu opinión sobre este asunto, porque se infiere una crítica sobre el empeño en la acción catequística que requiere pensar... Gracias desde ya.
Roberto.
Como decía en el texto, el concejo de grupo del escultismo católico es una comunidad de Fe ¿esto que implica? Que es una comunidad eclesial de base que no lleva adelante un Programa Religioso determinado, catequístico, sino que mira la realidad, la analiza con los criterios del Evangelio y la Ley Scout, y actúa. Como comunidad de Fe participa de la vida de su comunidad en general, en este caso la parroquia. La existencia de “Programas” o “Pastorales” actúan reintroduciendo algo que se expulsó previamente, y generalmente deviene en forma “catequística” o de imperativo moral. ¿Cuándo ocurre esto? Cuando se confunde vivencia con formación, cuando el grupo esta en la parroquia pero no participa de ella, cuando el grupo hace escultismo apuntando al “Yo” y no al “nosotros” y por introduce lo religioso desde fuera.
Una vez acampamndo con mi familia en Pehuen Co, había un grupo scout, en un momento una patrulla que hacía un juego se me acercó y me dijo que por favor le reciba el libro del mormón asi podían ganar el juego, en otros grupos católicos los chicos estudiaban documentos de la iglesia como progresión. Bien, lo que digo, no tienen nada que ver con esos dos ejemplos.
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