A
veces merece la pena detenerse y pensar qué sucede a lo largo de las
actividades scouts durante un lapso de tiempo. Luego de hacerlo y si contamos
con las herramientas de análisis adecuadas, podremos darnos cuenta de que en
general, el escultismo como marco educativo cuenta con una diversidad de formas
de aprendizaje a través de prácticas, espacios y materiales específicos, que se
adaptan de forma flexible a los distintos estilos de aprendizaje de los niños y
adolescentes.
¿Por
qué hablar de aprendizaje cuando lo común es referirse a “educación en valores?
Sencillamente porque en el siglo XXI con la caída de los Universales y con ello
de las Referencias, la “Educación en Valores” se ha convertido en un concepto
vacío. El acto simbólico que pone fin a una larga agonía para los únicos
“valores comunes” (DDHH) que funcionaban como acuerdo humanitario y referencia,
fue realizado en mayo de 2023 por el embajador de Israel Gilad Erdan en la
Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la ruptura pública de la
“Carta de las Naciones Unidas”
Referirnos
al aprendizaje en lugar de la “educación en valores” es dirigirnos hacia los
procesos mediante los cuales un niño o adulto adquieren conocimientos,
habilidades, destrezas, conductas y también valores diferenciales respecto de
otros, los que marcan la orientación inherente a las decisiones éticas que
rigen la vida cotidiana y los posibles conflictos que se desprenden de ella.
Cada uno de
estos elementos que conforman el aprendizaje scout deben explicitarse con
claridad. El escultismo propone una serie de conocimientos que consideramos
típicos y pueden explicitarse sin grandes inconvenientes, complementado a su
vez con una serie de conocimientos que se orientan en la “Buena Acción” que, de
forma progresiva, se va transformado en Acción Social y Participación Ciudadana
para la construcción de mejores mundos posibles para todos.
La inclusión social y su
relación con los modos de aprender.
“Escultismo para muchachos” fue escrito
pensando en una base social inclusiva proponiendo un abordaje que privilegia la
diversidad de modos de aprender, considerando el DUA (Diseño
Universal de Aprendizaje) promovido por UNICEF y otras organizaciones
podemos decir que en la práctica del Escultismo encontramos los modos de
aprendizaje kinéstésicos (aquellos que se basan en la utilización del cuerpo a
través del juego y la técnica), visuales
(aquellos que se pone en juego las distintas formas de representación, a través
del juego y la técnica) y los auditivos (a partir de la escucha de otros que
convertidos en instrucciones o decisiones, utilizando como medio el juego, el
relato y la participación en la toma de decisiones). El punto de anudamiento
ético, serán los Valores específicos que se desprenden de los Principios
rectores, los Deberes y la formulación de forma libre y responsable de la
Promesa Scout, que a partir de ese momento se convierte en la brújula que
orienta las distintas acciones.
El
diseño de la actividad scout (desde una lectura realizada desde el DUA) consiste
en el desarrollo de un conjunto de acciones que, si bien son comunes al grupo
de edad, ponen en juego conocimientos, habilidades, destrezas y conductas que
se articulan en diversos trayectos de progresión para cada uno de los
participantes, lo que podríamos señalar como uno de los aspectos históricos y centrales
del “Sistema de Patrullas”
¿Cómo
se llega a las actividades? No de cualquier manera. Las Patrullas trabajan
sobre los trayectos personales de progresión, los deseos y las necesidades, utilizando
múltiples formatos para el abordaje de contenidos y diferentes tipos de
registro de las experiencias. El método scout en sí prevé dos modalidades de
trabajo: el que sabe (quien ya ha adquirido el conocimiento y la experiencia) le
transmite al que no sabe; alguien que sabe (sinodal) enseña a la patrulla.
Si bien la experiencia
de aprendizaje siempre es personal los modos de lograrla son cooperativos en
tanto incluye a los otros. Los dirigentes a través de los distintos organismos
se constituyen como Equipo de Apoyo tanto para los Guías de Patrulla como para
cada uno de los participantes favoreciendo la construcción de escenarios
personalizados e inclusivos, trabajando en la evaluación, diseñando y proponiendo
apoyos específicos que requieren los participantes, lo que implica orientar las adecuaciones en la progresión y
la programación de las distintas experiencias de aprendizaje que se proyecten
en la Patrulla y la Rama o Sección. El equipo de dirigentes no es un espectador
del juego como muchas veces se pretende desde cierta idealización de la
infancia y juventud, los contenidos mínimos de progresión definen el juego
común, su adaptabilidad y flexibilidad la inclusión social, la actitud ética
orientará la forma en que cada uno adhiere a la Ley Scout.
Si en sus
orígenes el Escultismo era inclusivo de las distintas clases sociales por la
diversidad de modos de aprendizaje y por contenidos sumamente útiles para la
vida real, por los procesos de cambio social y cambio de programa realizados en
la Organización Scout mayoritaria, ya no es seguro afirmar que esto ocurra con
la niñez y la infancia considerando su distribución social - como afirmaba
en el artículo
anterior-
Si el
Escultismo se ha transformado en un juego de clase media urbana, los jóvenes dirigentes
de esta época poco conocen del valor que tiene para la niñez y juventud
mayoritaria de nuestro país los aprendizajes mal llamados “tradicionales”,
sencillamente porque poco tienen que ver con su construcción de la realidad que
parte de ese 30 % de la población para erigirse como paradigma de la niñez y
juventud.
Para el 70% de
los niños y jóvenes tiene significación el uso del fuego, en tanto se vive en
viviendas calefaccionadas a leña o de forma mixta porque no se tiene o no se puede
pagar el gas; los primeros auxilios son importantes ya que sirven para una
primera atención en casa -lugar donde ocurren la mayoría de los accidentes en
la niñez- o simplemente sin para cambiarle el vendaje de las piernas a la
abuela utilizando no cualquier trapo sino vendas o telas previamente
desinfectadas; también importa el saber cocinar utilizando adecuadamente los
alimentos, porque en las villas los hermanos mayores les cocinan a los menores
mientras sus padres trabaja; es fundamental el conocimiento básicos de técnicas
de rescate urbano en los lugares donde las ambulancias y los bomberos – si
entran – tardan una hora o más en llegar; importa el conocimiento seguro del
manejo de las herramientas donde la autoconstrucción es la única posibilidad de
tener un hogar o mantenerlo constituyéndose dicho conocimiento muchas veces en
una posibilidad de oficio o trabajo real para los jóvenes, de igual manera los
conocimientos de huerta urbana en tanto constituyen un aporte importante y real
en la dieta familiar. La lista de los conocimientos característicos del Escultismo
e incluyen los distintos modos de aprenderlos de forma progresiva es importante
y produce una diferencia concreta en la vida diaria de los niños y jóvenes que
practican Escultismo. Abandonarlos excluye de hecho, una enorme porción de la
niñez y juventud de nuestro país.
¿Por qué ha sucedido
esto? Los cambios de Programa llevados adelante en las últimas décadas por la
organización scout mayoritaria produjeron un desequilibrio en los modos de
aprendizaje implícitos en el escultismo al privilegiar el decir
(parlamentarismo) sobre los otros modos de aprender. En lo concreto dichos
cambios funcionan como un sistema de segregación / autosegregación que a su vez
impulsa a ocupar lugares de decisión a jóvenes que disponen de moratoria social
y vital en tanto pertenecen al 30 % de la población, los que incidirán con el
tiempo en la oferta de programa que volverá a actuar segregando –
autosegregando al impulsar hacia “adentro” de la Organización el ideario, la
construcción de la realidad y las problemáticas percibidas por ese grupo social
específico, considerando como no significativo aquello que para la gran mayoría
de los niños y jóvenes sí lo es. Desde los discursos institucionales con un
falso igualitarismo podrá decirse que “todos pueden ser parte y decidir”, pero
esto podría ser sí sólo sí las condiciones sociales, el acceso a la educación, las
moratorias sociales y vitales de niños y jóvenes fuesen igualitarias y el
Programa que se ofrece inclusivo.