lunes, diciembre 25, 2023

Relatos Scouts Distópicos. Temporada III. El despertar

 


            Huemules y Timbúes se encontraban en pleno campamento. Era noche de fogón y Ruben afinaba su guitarra pensando que quizás, con el correr de las horas y las brasas más alguna que otra canción romántica, podría declararle su amor a Eleonor. Sacha, Kemal y Maximiliam preparan un sketch donde mostrar sus dotes actorales con un pequeño espectáculo circense. Mariah, Natalia, Alina, Verónica y Eleonor ensayan distintas versiones del clásico sketch “mamá, me muero” que realizarán con diferentes estilos musicales que van desde la música clásica hasta el tecnorap. Este sería un fogón inolvidable, y no se equivocaban.

            Al son del Umpa Sacha se dirige hacia los leños. Mientras el fuego comienza a encenderse y el “Gin Gan Guli” rompe el silencio nocturno. Un poco de magnesio en polvo en las mágicas manos del Guardián de Leyendas, convertirá las llamas de fuego en color verdoso. Las chispas se dirigen hacia el cielo para mezclarse con las estrellas nocturnas, cuando de repente el universo parece resquebrajarse. Ante la mirada atónica de los scouts, el campamento se torna difuso y uno a uno van desapareciendo para despertarse en un lugar que desconocen ¿qué está pasando?

Una singularidad es un acontecimiento único que tiene implicaciones importantes en un área determinada. Por esos días la actividad solar venía en aumento. Pocas veces se había visto una lluvia de partículas cargadas y alteraciones electromagnéticas de tamaña intensidad, que si bien no duraría mucho tiempo, podía provocar alteraciones en todos los sistemas basados en la tecnología. La tormenta solar a su paso barrería con una importante cantidad de microsatélites produciendo un evento climático que arrasaría con Ciudad-Puerto, destruyendo las estructuras de un Centro Clandestino de detención perteneciente a una importante Corporación, donde mantenían detenidos a quienes la Corporocracia consideraba peligrosos para sus intereses, pero que no habían cometido delitos que pudiesen ser juzgados dentro del sistema penal. En esa estructura se encontraban Huemules y Timbúes inmersos en un sueño producido a partir de un implante en las manos, cuya función era proveer contenidos de sueño y cuando el despertar se acercaba, inyectar un mililitro de Morpheus para que el sueño continúe. El sistema automatizado había comenzado a fallar y con el Huracán era imposible enviar personas para operarlo manualmente. Todo tipo de comunicación se encontraba cortada y las redes de internet satelital estaban fuera de servicio.

            Sonidos de sirenas se escuchan cada vez más fuerte, mientras el campamento literalmente se resquebraja dando lugar a una oscura habitación donde el agua gotea por los techos mientras un poderoso viento conmueve la estructura. Las luces de emergencia están encendidas, Sacha intenta levantarse pero se siente amarrado y de alguna manera lo está. Quita de su mano un aparato implantando, para luego extraer el microtubo de alimentación parenteral por goteo que ingresaba por su nariz. Casi sin fuerzas se levanta y se dirige a una puerta que se encontraba abierta, probablemente por algún automatismo para casos de emergencia.

            Una vez en el angosto pasillo se da cuenta que el  lugar es pequeño, una especie de habitáculo donde, de cada una de sus doce pequeñas celdas, comienzan a asomarse personas enflaquecidas, con dificultades para mantenerse en pie, con cabellos largos. Teniendo en cuenta el contexto de la tormenta, el encuentro en ese pasillo era digno de una película de terror.

Sacha- ¿Quiénes son Uds?

Para su sorpresa, empieza a escuchar uno a uno el nombre de sus amigos.

Sacha- ¿qué nos ha pasado? ¿por qué se ven distintos?

Alina- No sé, pero me pregunto ¿cuánto tiempo ha pasado? ¿estamos en una pesadilla o salimos de una que se disfrazaba de sueño? ¿por qué nos vemos mas viejos?

La tormenta seguía golpeando a Ciudad – Puerto. Huemules y Timbués formarían un nuevo circulo, no para cantar canciones como en su sueño eterno, simplemente lo harían para abrazarse y llorar, porque aún sin saber qué les ha ocurrido, saben que lo más importante es seguir juntos.

Joaho- La tormenta terminó, veamos si podemos salir de este lugar.

Ruben- Los controles electrónicos no funcionan, si liberaron las puertas de dónde estábamos encerrados, posiblemente se haya liberado la puerta principal del lugar, pudiendo abrirse manualmente.

Maximilian abre un portón de dos hojas esperando encontrarse con el corredor de un edificio, pero la puerta conducía directamente al exterior, donde cientos de contenedores con la marca “Tomonsan” se encontraban apilados. La noche era oscura pero los rayos y algunas luces de emergencia permitían ver desde la altura en la que se encontraban un puerto marítimo de cargas. Las olas habían dado vuelta algunas lanchas de pescadores y los eucaliptos que rodeaban el complejo de Tomonsan habían roto construcciones y cercas electrificadas. Algunos robots de carga giraban sobre sí mismos mientras otros se golpeaban una y otra vez con puertas que se abrían y cerraban automáticamente. Hacia la costa, llamaradas inmensas provenientes de empresas petroquímicas y refinerías de petróleo permitían ver, gracias a su reflejo, el puerto devastado y en el fondo una ciudad oscura, supuestamente en idénticas condiciones.

Alina – Es nuestra oportunidad… no tenemos idea dónde estamos pero marchémonos ya, con semejante desastre no creo que se ocupen de nosotros.

Sacha.- Bajemos de estos contenedores y busquemos un vehículo.

Con sus cuerpos debilitados pudieron bajar por las escaleras y encontrar un camión con cúpula utilizado normalmente para tareas de transporte. Maximiliam iría volante junto con Alina y Sacha, el resto en la caja del camión. Comenzaron a avanzar no tanto hacia dónde querían sino por dónde podían. Torres de electricidad y árboles derribados cortaban los caminos hacia la oscura ciudad, sólo una ruta de ingreso al puerto por un sector sin forestación permite alejarse del lugar. 

Con la llamas de las empresas como gran antorcha que iluminaba tenuemente el camino dejando la ciudad a un costado, llegan al barrio más alejado que evidentemente estaba incomunicado, excepto por este camino que daba un largo rodeo. La gente se encontraba guarnecida en sus casas. Encontraron unos viejos vagones de ferrocarril oxidados, con un añoso cartel tirado por la tormenta en el que se leía la palabra “scout”. Era una estructura firme que soportaría en caso de que la tormenta regresase, por eso rompieron un viejo candado para ingresar -nadie los iba a buscar allí- y decidieron pasar la noche. Una vez dentro surge la pregunta ¿qué nos pasó?

Sacha - Recuerdo que el Abad nos hablaba del poder de vida y muerte de la Corporocracia ¿recuerdan cuando nos decía? “Uds lo han visto. Controlan sus comunicaciones, los sueños, les dicen qué es lo que hay que desear, castigan a quienes tienen material prohibido como libros, cambiaron las verdades de la historia, definen los programas de educación donde lo que es contaminante no existe, demonizan las colonias que somos los que finalmente recuperamos la tierra que ellos destruyen ¿Cómo aprender que no están destruyendo el mundo ni matando personas si no es en una escuela controlada en sus contenidos, con los medios de comunicación orientados a ocultar la verdad? La mayoría de los que viven en las ciudades son casi autómatas manejados por una gran central computarizada. Uds gracias a los scouts han podido comunicarse por fuera de los sistemas controlados y pudieron conocer el mundo gracias a nuestros Hackers… y ahora nos han traído una fórmula que suponíamos pero que no podíamos dilucidar con nuestros equipos”

Verónica – Sí! Comencé a recordar! Le habíamos acercado la fórmula del GEN 34F que la Corporocracia ingresaba en los alimentos determinando que los sectores más pobres mueran antes, mientras que los más ricos viviesen más.

Kemal – Si, habíamos huido en un camión desde el monasterio y nos subimos a un tren porque nos perseguían. Yo estaba despierto mientras viajábamos, ustedes dormían, en ese momento ingresaron cuatro hombres por un pasillo y tiraron un gas, allí me dormí, luego desperté con Uds. hace un rato… soñaba que estábamos de campamento e iba a comenzar un fogón.

Piero – Por eso no nos metieron presos legalmente y nos llevaron a ese lugar… conocemos su secreto y no saben qué hemos hecho con su fórmula que manipula la vida y la muerte de la población; si se hacía público toda la Corporocracia estaría en riesgo.

Sacha – Según el almanaque a baterías de este lugar, han pasado cinco años. Estamos todos muy doloridos, descansemos y veamos que ocurre por la mañana; con la ciudad en estas condiciones y sabiendo que no es la Justicia quien nos tuvo detenidos, no habrá una búsqueda policíaca detrás de nosotros.

Huemules y Timbúes se recostaron en el piso del vagón para dormir y esperar el día, implementaron el viejo sistema de guardias para cuidarse, Joaho sería el primero.




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