sábado, julio 21, 2018

La niñez no es la infancia





“Siempre se dice que la mejor manera de combatir
la pobreza y la violencia es con educación.
Lo que nunca se aclara es si la educación la deben
recibir los pobres para seguir siendo pobres
pero con buenos modales,
o si también a debe recibir los que hacen que
haya mas pobres, para empezar a preocuparse
para que no los haya”
Peter Capusotto

            Creemos entender que cuando decimos infancia todos acordamos de lo que se trata, pero no es seguro pensarlo así ¿acaso los países donde los crímenes cometidos por niños tienen el mismo castigo que los de adultos piensan la infancia de la misma manera que nosotros? ¿Cuando EEUU realiza juicios infantiles de deportación de inmigrantes (lo que nos horroriza) considera la responsabilidad infantil de la misma manera que nosotros? ¿Y en los países donde los niños son soldados y luchan? No vayamos mucho más lejos… ¿Cómo consideran la infancia las tabacaleras que contratan a las familias con sus hijos para trabajar en condiciones de explotación recogiendo el tabaco en las plantaciones de nuestro país, o las empresas agrícolas para la recolección de la fruta y la cebolla? ¿Y los talleres clandestinos donde familias de inmigrantes trabajan al margen de la Ley en plena Ciudad de Buenos Aires? ¿y los niños que piden en la calle para sostener a sus familias que no tienen trabajo, porque las personas caritativas le dan dinero a ellos pero no a los adultos? ¿y los niños en situación de calle, solos en el mundo y la vida?. Ellos ¿tienen infancia o son sólo niños?

            La niñez, la pubertad, la juventud, la vejez son solo estadios Biológicos. La niñez no constituye en sí infancia. Uds. dirán “pero la explotación infantil está mal” “los niños no deben ir a la guerra” “los niños no pueden estar abandonados” “no pueden ser juzgados como adultos” y estaremos de acuerdo, pero esta coincidencia obedece a que adherimos a pactos culturales que se transforman en leyes que nos dicen qué es la infancia y que no lo es… tal es así que los “derechos del niño” no son naturales sino un acuerdo que realizaron los países para dar un sentido común y una significación social y legal a la infancia.

            Estrictamente hablando la niñez se define como el período que un cachorro humano necesita para autoafirmarse personalmente y ser producto y productor de cultura. La infancia en cambio, podemos caracterizarla como una experiencia singular donde el cachorro humano desarrolla su fantasía,  imagina, juega, se recrea, va formando sus valores y construyendo poco a poco su destino ligándose a la Ley social para que, a partir del otro y de los otros dar forma a su propio deseo. Cuando hay infancia los adultos trabajan para alojar a los niños de una buena manera dentro de la sociedad, con la niñez no ocurre eso.

            La infancia “casi generalizada” surge con la escuela… fue un mal necesario para el capitalismo ¿por qué? En la época de la monarquía y posteriormente con la Burguesía económica la escuela (solo para algunos) tenía por objeto convertirse en el lugar donde obtener conocimiento para ejercer el liderazgo sobre quienes no concurrirían a ella, convirtiéndose en una de las formas de construcción y afianzamiento del poder burgués sobre los ciudadanos. La escuela pública surgirá por motivos “civilizatorios”, otra manera de decir que forma parte de los Aparatos Ideológicos de la naciente Sociedad Disciplinaria, en primer lugar para la necesaria calificación de la mano de obra ante las nuevas exigencias surgidas a partir de la revolución industrial (educación primaria); en segundo lugar para constituir un ciudadano obediente y sumiso al Estado en tanto con el advenimiento de la democracias el poder de vida o muerte de la clase privilegiada sobre los más pobres ya no sería ilimitado. Podemos decir que en estos tiempos la niñez generalizada va convirtiéndose en infancia que juega en los recreos y en la casa, entre los intersticios entre escuela y trabajo, y en los más agraciados en ese espacio medial entre la escuela y la vida hogareña.

            Uno de los primeros movimientos que instituyó infancia fue el escultismo. Baden Powell realiza una propuesta esa masa de niños que no están en el sistema productivo y que participan en distintas instituciones (Brigade Boys), los que hoy caracterizaríamos como “Ni – Ni” (ni trabajan, ni estudian) y aquellos que no iban a la escuela pero en la casa realizaban tareas hogareñas como nos muestra la figura emblemática de Roland Phillips quien armó tropas en los barrios pobres de Liverpool que funcionaban en horarios de los más extraños porque los niños mayores cuidaban a sus hermanos mientras los padres trabajaban. La aparición del escultismo permitió que muchos niños tuviesen infancia pero no eximió al movimiento de los intereses políticos en juego, en tanto ser parte de uno de los Aparatos Ideológicos de la “sociedad disciplinaria”, problema que aún persiste. No debemos olvidarnos en ningún momento que fue con el advenimiento de las democracias donde la infancia cobró importancia política en tanto moldear al ciudadano que conviene al país – en el mejor de los casos- o a determinados intereses hegemónicos que inciden directamente en la educación que son aquellos que obturan la construcción de una sociedad más justa, situaciones que tampoco han cambiado en la actualidad.

Niños sin Infancia… Niños del mercado



            Pareciera que una condición para el desarrollo del escultismo es que previamente exista algo de la infancia en juego - condición que persiste en la actualidad - a no ser que expresamente se busque por medio del escultismo instituir infancia ¿cómo sería esto? Recuerdo cuando el párroco nos habló para que ingresara en la Tropa Scout un chico  de 12 años que trabajaba porque su padre había tenido un accidente laboral y la familia no tenía sustento. Era distinto al resto de los chicos, trabajaba y los sábados venía al grupo scout… claramente se instituyó infancia y el niño no la desaprovechó… la situación que cuento se dio en el contexto de un grupo de clase media baja pero en contextos generalizados de pobreza la realidad es distinta, todo el grupo scout se convierte en un espacio donde instituir infancia y comunidad siendo un proceso continuo que no puede realizarse sin el resto de los actores de la comunidad como la entidad patrocinante y las familias. Sea en un barrio muy humilde o en el campo (especialmente en sectores hortícolas y frutícolas) la posibilidad del escultismo instituye espacios de infancia siendo muy importante la tarea que hay que realizar en la comunidad para que esto sea posible.

            El escultismo paradójicamente se convirtió en una actividad de “clase media” con la participación de niños con variantes económicas que van desde la llamada clase media baja hasta la opulencia. Los grupos scouts en sectores de marginalidad son pocos, no así dentro de los barrios pobres donde distintas organizaciones utilizan el escultismo como plataforma muchas veces con el objeto de “civilizar” a los niños, otras como organización que sirve al desarrollo comunitario, esta última más cercana a una perspectiva crítica.  Que en los sectores más humildes el problema esencial sea instituir infancia ¿libera de dificultades a los otros sectores? Para nada… posiblemente los voluntarios se encuentren más cómodos e incluso no se den cuenta de que son “parte del problema”… veamos

            En todo el arco del sector medio la problemática es que las infancias están colonizadas por el mercado en tanto que los niños tienen valor como consumidores de distintos productos diseñados especialmente para ellos. De la misma manera que los “soldaditos” de ser usados por las fuerzas armadas para planificar batallas con el surgimiento de la infancia se convirtieron en juguetes que dejaban mucha renta, la explosión tecnológica de los 80 descubrió en los niños uno de los mercados más lucrativos ya no solo de juguetes sino de tecnología… desde la comodore 64 en adelante la tecnología y el juego se comenzaron a orientar a la población infantil concentrada en las ciudades; El CATV (televisión satelital) cuyo origen fuera proveer medios de comunicación a los sectores alejados de las ciudades torció sus fines para convertirse en grandes servicios de TV por cable con canales exclusivos donde todo el día los niños consumen programas infantiles y lo más importante, propaganda que moldea sus deseos y demandas hacia los padres, de allí las luchas en los medios hegemónicos que viven de moldear la subjetividad contra canales estatales infantiles que no dispongan de propaganda comercial y en especial generen contenidos con una visión de hombre distinta a la del sujeto liberal y consumidor. La infancia está más politizada de lo que al común de las personas les parece, y cuesta darse cuenta porque el mismo adulto que dirige a los niños el sábado no tiene una postura crítica respecto de los usos tecnológicos y huye del encuentro profundo con los otros, con la realidad social, con el sufrimiento, con todo aquello que vela la tecnología para que todo continúe igual.  

            Es necesario estar advertidos de que no alcanzan las definiciones legales y sociales porque de acuerdo a los diferentes contextos sociales serán distintas las significaciones en juego. ¿Acaso no opera sobre ellos el mercado con su propias significaciones constituyéndolos como objetivo para la venta de mercancías? ¿los medios de comunicación no “educan” a los niños en los “valores” que convienen a sus intereses? ¿el tiempo libre de los niños no se encuentra mercantilizado en los shoppings, viajes de turismo, actividades vacacionales? ¿cuál es el escultismo que les proponemos? ¿uno acorde a los valores de mercado o uno que posibilite el encuentro consigo mismo a través del otro distinto de mi?

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