Posiblemente una de las frases más célebres del movimiento
scout es “Más scouts, mejores ciudadanos” lo que supone muchas cosas, entre
ellas la posibilidad de que un sujeto tome buenas decisiones sobre sí mismo,
sobre su vida, sobre la función que ocupará en la sociedad. El ideal de
“capacidad” se encuentra en el centro de una afirmación que no dar lugar a lo
diverso, o que da lugar a lo diverso más parecido a lo “normal… lo otro aunque
no se explicite queda fuera.
Pensemos que
cuando hablamos de discapacidad una de las primeras cosas que se nos viene a la
mente es la idea de dignidad humana, término usado para aislar una serie de características;
a partir de ellas se desarrollan una serie de derechos que sirven como
herramientas para proteger la Dignidad Humana. Es muy poco probable que alguien
esté en desacuerdo con ello.
Al momento
de definir qué es la “dignidad humana” nos encontramos con una construcción basada
en determinados ideales construidos entre el siglo XVII y la revolución
francesa caracterizando lo humano por la creencia de que es digno quien tiene
capacidad para decidir desarrollar un rol social, lo que se traslada a la
teoría del derecho y a la idea de Persona como aquel sujeto con capacidad y que
puede cumplir un rol social útil. La teoría de los Derechos Humanos se ha
basado en un modelo de individuo caracterizado, principalmente, por su “capacidad”
entendiéndose como logro de su potencialidad la posibilidad de construcción de
un proyecto de vida que se equipara a “la felicidad”.
Con
posterioridad al establecimiento de este Ideal que dictaminó que para hablar de
dignidad humana y con ello para poder ser persona (los niños y los llamados
enfermos no son considerados personas plenas) la teoría del derecho que se
ocupa de las poblaciones en general, hablará de “poblaciones y grupos
específicos” donde “amplían” los derechos para quienes no son considerados en
un primer momento por no reunir las características ideales.
Con la medicina utilizará
este mismo ideal para definir qué es lo normal y qué lo patológico, se llamará
“rehabilitación” al desarrollo de las herramientas para que el sujeto se desarrolle
como “útil” para la “sociedad” quedando atada la dignidad humana a estos
modelos que poco lugar dejan a lo diverso, planteándose la “adaptación” como la
estrategia para hacer “más parecidos a la sociedad” a quienes son distintos y
tienen necesidades distintas, entre otras cosas esto pasa a golpear duramente a
las familias de los “no - iguales”.
En nuestra
época ha quedado más que claro que la cuestión de los derechos respecto de la
discapacidad no parte de que una población específica se adapte a un
determinado Ideal de Persona, sino que se trata de cómo la sociedad se adecúa a
las diferentes modalidades subjetivas con que los humanos estamos en el mundo,
porque el valor base del que parten todos los derechos es el de la vida, y la
dignidad humana se tratará no de la idea del hombre liberal cuyo paradigma es
el ciudadano, sino de las distintas
formas que cada uno de los sujetos utilizará para desarrollar sus propias
potencialidades y a su manera ser feliz, desarticulándose el fin útil de la
felicidad. La primer pregunta obligada sería si el Movimiento Scout a partir de
sus asociaciones nacionales sigue atado a la idea del hombre liberal… ¿qué les
parece? ¿Sólo puede ser scout quien puede convertirse en ciudadano? ¿Sólo puede
ser scout quien puede establecer un proyecto de vida?
Un más allá de la
clasificación médica que apunta a lo singular
Al retomar cuál es el sentido y la base de los Derechos el Comité de
Discapacidad de la ONU deja más que claro ya en sus primeros artículos que cuando hablamos de Discapacidad no hacemos
referencia al modelo médico y que éste deja de ser el principal referente
para ocupar el lugar que corresponde, el de auxiliar, dándole un rol principal
a la sociedad en tanto es ésta la que discrimina a quienes son distinto. Se
trata pues de la noción de barreras que impiden interactuar socialmente sobre
las que hay que trabajar en las dos direcciones, partiendo de la base del respeto
del modo en que cada uno de los sujetos está en el mundo y apuntando al
desarrollo de las potencialidades de ese sujeto singular… de allí la aparición
del término INCLUSIÓN, pero para ello debemos tener claro el cómo se produce la
EXCLUSIÓN.
“Ama a tu
prójimo como a ti mismo” dice el mandato Evangélico y la sociedad moderna lo ha
interpretado literalmente… El Psicoanalista Jacques Lacan afirma que el “como a
ti mismo” y “a tu imagen y semejanza” nos lleva en definitiva a un amor
narcisista, desarticulado a la verdad, singularidad y diferencia del otro: amo
lo semejante, lo demás o me es indiferente, o lo excluyo y rechazo siendo esta
es la base de cualquier tipo de discriminación; de allí que el acento que pone
la ONU respecto de la discapacidad
sea en la sociedad que discrimina negativamente en función de un Ideal, que
aplasta pretendiendo homogeneidad. Un filósofo actual llamado Gianni Vattimo
afirma que en nuestra época el Amor no puede ser entendido sin la Caridad que
no va en un solo sentido, ya que se trata
de reconocer y alojar lo que el otro no es para mí y lo que yo no
soy para el otro… esto es ir más allá de ese amor a lo semejante, amor
verdadero en tanto es capaz de cobijar aquello que el otro no es, lo que no
entiendo, lo que rechazo, lo distinto a mí.
Es
interesante pensar en las barreras dentro del movimiento, la primera que viene
a mi mente como he mencionado en otras ocasiones, en el caso de América es la grilla de
objetivos del MACPRO sobre las que se construyeron las guías de Programa… sólo
chicos promedio y un poco más del promedio (por debajo no). La segunda es la
imposibilidad que en las asociaciones se permita la práctica del “escultismo en
extensión” bajo excusas que ni siquiera la Iglesia Católica utiliza al momento
de permitir la comunión a un discapacitado… algunos fundamentos son (como dice
un político argentino) “livianitos como boleadoras de merengue”, ejemplo de
ello es que muchas discapacidades nunca podrían hacer “la partida”
(finalización de su ciclo dentro del movimiento, cuando un Rover “egresa”)
Debemos reflexionar firmemente que es necesario partir de la vida para poder construir un lugar donde
estar juntos. Es necesario suponer un sujeto y una subjetividad aunque no
la entienda, esto es verdaderamente reconocer al otro en su dignidad humana.
Siendo el proceso de subjetivación diferente en cada uno y en
el caso de algunas discapacidades dificultoso, la nueva concepción que se
desprende de la Convención de los Derechos de las personas con Discapacidad (ONU)
apunta justamente a rescatar lo singular, aquello que es propio, no para
aplastarlo y homogeneizarlo sino para darle lugar y desde allí construir un
mundo donde la diferencia sea incluida, donde se parta de ella para establecer
las estrategias para que un sujeto pueda ser feliz en la medida de sus
posibilidades desarticulando la idea de
felicidad con la de utilidad social basado en la idea del trabajador feliz
¿o acaso las personas son felices a partir de su rol?. Muy pocos podrían
afirmar algo así! ya que la felicidad tiene que ver con otras cosas…
Un más allá de la
sociedad que apunte a la comunidad que aloja la diferencia
No es lo
mismo sociedad que comunidad. Cuando nos referimos a la sociedad hablamos del
conjunto de reglas y normas que rigen nuestras interacciones humanas,
compartidas por una cultura particular. Para referirnos a la Comunidad es
interesante hacer referencia al origen del término. En primer lugar tenemos el cum que define lo común, aquello que de por sí no es propio porque es de
todos, y el munus la deuda
simbólica, el don; que permite los intercambios superponiéndose el don y el deber. La comunidad definirá
tanto lo común como el deber que se tiene con el otro en tanto miembro de la
misma, esto implica el poder alojar justamente aquello que no es común, lo
propio, lo distinto, lo diverso. En la comunidad no se renuncia a la diferencia
sino que se la aporta, siendo la relación amistosa aquello que permite superar
la rivalidad.
La Comunidad
tiene el don y el deber de alojar a aquellos que por su singularidad no pueden
entrar dentro de lo común pero aun así son miembros de la misma en tanto surgen
de ella. El don y el deber de alojar al otro en su diferencia es indelegable
porque sólo se forma parte de una comunidad cuando se es incluido y no solo
tratado por determinada enfermedad o discapacidad. Habría que pensar si en el
movimiento scout estamos trabajando seriamente en esa dirección.
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