lunes, julio 23, 2007

Sobre los ritos de iniciación, los raids, y los ritos de paso en la adolescencia

“... se produce aquí el hecho asombroso de que los procesos
anímicos correspondientes nos resultan más familiares
y accesibles a la conciencia, vistos del lado de la masa
que del lado del individuo. En éste último, solo las agresiones
del superyó en caso de tensión se vuelven audibles como
reproches, mientras que las exigencias mismas a menudo
permanecen inconcientes en el trasfondo.”
Sigmund Freud

Para una mejor comprensión del presente texto, se sugiere releer los artículos anteriores publicados en “Apuntad Alto!” titulados: “Volver a BP” – “El vuelo de la paloma” – “Hacia una pedagogía Scout de los valores”

LA HISTORIA DE XA' ALCHEN
Xa’Alchen era un adolescente Selk'nam que hacia el año 1795 habitaba en la costa Este de la ahora llamada Tierra del Fuego.
Ese año fue muy importante para él, porque los mayores de su Haruwen (territorio) habían decidido que el muchacho realice las pruebas correspondientes para que deje de ser niño y pase a ser considerado un miembro con todos los derechos en su Haruwen.
Una mañana Xa'Alchen (cuyo nombre significa artesano) fue citado junto a Haa (fabricante de arcos) para dar comienzo a las pruebas. Uno de los mayores les dio un conjunto de indicaciones que debían cumplir estrictamente. Ellos no lo sabían pero uno de los hombres jóvenes del Haruwen los seguiría para comprobar el cumplimiento de las órdenes.
Xa'Alchen y Haa en esos días, tuvieron que demostrar que habían adquirido las habilidades necesarias para dejar de ser niños. Dentro de las pruebas indicadas, tuvieron que dirigirse solos al bosque, allí armar su refugio en el cual cocinarían y dormirían, demostrando su habilidad en la caza, pesca, además de cocinar sus propios alimentos.
Luego de pasadas estas pruebas, los muchachos fueron aceptados para realizar la ceremonia ritual, llamada Hain, en la que al comienzo se los considera Klo'Katen (novicios) para luego transformarse con el correr de la ceremonia en Maars (jóvenes adultos); para ello debían conocer los secretos que lo conducirían al mundo masculino.
Cada Klo'Keten tenía un Consejero llamado K'pin, quien lo ayudaba, dirigía y disciplinaba. El K'pin tenía un amplio conocimiento de la tradición Hoowin, siendo un narrador muy dotado, quien con sus historias iniciaba a los klo'keten en el conocimiento y reflexión de lo que debían asumir. El K'pin se ocupaba de que cada elemento estuviera relacionado con la mística de sus antepasados y el código moral del Haruwen.
Cada Klo'keten debió reflexionar sobre el código moral y confesar sus faltas: admitir si había robado, si había sido irrespetuoso con los ancianos, si no había sido generosos con sus amigos, si no había trabajado lo suficiente, si no había respetado a las mujeres...
Luego de todo lo anterior, escucharon historias que explicaban el origen del mundo, los misterios de la naturaleza, del viento, del mar, de las estrellas y del sol...
Demás está decir de que Xa'Alchen había logrado su objetivo, ser considerado un Maars para poder ejercer sus derechos...

El papel de los Iniciadores en la adolescencia
Hay cosas que a cualquiera que se interese un poco en cuestiones de la historia y la cultura no dejan de hacer que uno se plantee ciertas reflexiones; una de ella son los Ritos de Iniciación en la adolescencia. Desde África con los zulúes, pasando por los Pieles Rojas de América del Norte, llegando hacia los yaganes de Tierra del Fuego (por nombrar solo algunos de los que nombra Baden Powel) uno observa que las distintas culturas produjeron una serie de pruebas seguidas por un ceremonial en el que los niños perdían su condición de tales para pasar a ser considerados hombres. No era un día ni sólo una ceremonia, era antes que nada un tiempo...
Si uno analizara antropológicamente este hecho cultural, podría concluir entre otras cosas, que algunas de sus objetivos serían las siguientes:
· Evitar el desvanecimiento de los límites de edad.
· Permitir a la persona identificarse con roles distintos, en un marco jerárquico
· Permitir la asunción de un cuerpo social que de por sí, los sobrepasaba.

Siguiendo a Joseph Campbell, podríamos hablar a su vez de la Funciones del Ritual de Pasaje; siendo éstas básicamente cuatro:
Mística: Si bien una de las formas de entender la Mística es la de una relación con lo trascendente, sabemos que la experiencia mística a su vez puede ser pensada como un éxtasis amoroso, una experiencia indecible relatable a posteriori, una regresión con el amparo de los Ideales en los que se formula la pregunta por el Ser. Es interesante poder plantearse en el ritual de Pasaje aquello que tiene que ver con el proceso de Identificación y desidentificación.
Cosmológica: La función cosmológica es la que tiene que ver la apropiación de un orden del universo, una determinada cosmovisión.
Sociológica: Por la que se conoce el fundamento de determinado orden social, división del trabajo, castas y clases, leyes éticas de dicho orden
Pedagógica: Referente a determinadas indicaciones de cómo vivir la vida, en función de lo anterior.

Podría pensarse que los ritos de paso han perdido actualidad, pero observemos en nuestra realidad que si ellos no existen para los adolescentes, los chicos y chicas inventan su propia mística y sus propios ritos; si no lo creemos así, observemos a las patotas y distintos tipos de grupos en que se mueven los adolescentes y descubriremos aquellos "primitivos" ritos de iniciación que terminan incluso con “tatuajes” y aros, marcas en lo Real del cuerpo. Una de las diferencias es que dichos rituales no cumplen con su función social.
Ahondar algunos aspectos de los ritos de pasaje, nos pueden ayudar a entender algunas cuestiones de la adolescencia, pues mas allá de toda la proliferación de fenómenos imaginarios que podemos notar en los ceremoniales, no son sino el telón de fondo para la puesta en acto del orden simbólico.

El rito iniciático de los Selk’nam:

El Hain
Anne Chapman en su libro “Los selk’nam” realiza un detallado relato de los “ritos iniciáticos” de los aborígenes fueguinos; ello nos permitirá ingresar en el mundo de la “iniciación” y a partir de allí re-construir su papel en la estructuración del sujeto. Los selk’nam eran un grupo aborigen, conocido vulgarmente con el nombre de Onas, que habitaron la Isla Grande de Tierra del fuego. Algunos antropólogos estudiaron particularmente su cultura y entre otras cosas describieron el rito iniciático por el que los niños pasaban a ser adultos. Existía rito tanto para los hombres como para las mujeres.
Para el hombre joven la ceremonia del hain era una prolongada experiencia educativa. Los kl´oketen (novicios) eran elegidos no sólo dentro de un rango de edad (entre 17 y 20 años) sino que a su vez se tenía muy en cuenta la resistencia física, su poder de concentración y cierto grado de madurez; para los mayores no era un tema banal, y el pasaje a la vida adulta de los jóvenes no era un tema menor, sino que era ampliamente discutido el caso por caso.
Una vez elegidos los candidatos eran enviados al bosque, solos o en pequeños grupos. A cada candidato se lo prevenía contra el espíritu shoort, el que era invulnerable a cualquier ataque. Debían vivir por semanas en el bosque viviendo como mejor pudieran, durmiendo, encendiendo fuego y cazando siempre solos... entretanto alguno de los mayores se disfrazaba de Shoort para vigilar el cumplimiento de las órdenes y también para amenazarlo y a veces agredirlo.
Cuando el muchacho volvía al campamento y contaba lo que había pasado, los viejos fingían horrorizarse e intensificaban el miedo del muchacho. Cuando ingresaba al hain el joven se desligaba del mundo de las mujeres y de los niños hasta el fin de la ceremonia. A la madre no la volvería a ver por muchos meses, inclusive hasta mas de un año, excepto en algunas ocasiones... al terminar la ceremonia ya había dejado de ser niño y era portador del “secreto” que lo introducía al mundo masculino
Las madres de los novicios desempeñaban un papel muy particular. Durante ese tiempo eran las únicas mujeres que podían llevar una prenda masculina signo de hombría, que era atada a la cabeza del novicio al terminar la ceremonia. En ese tiempo ella debía consagrar sus energías a trabajar con otras familias del campamento sin que le fuera pedido. Se suponía que estaba triste por la pérdida de su hijo y se esperaba que lo demuestre públicamente, que tramite su dolor a la vista de todos. Tenían obligaciones respecto de Xalpén (esposa de shoort), el más temido de los espíritus. Cuando Xalpen mostraba violencia ultrajante con los hombres, al transcurrir la ceremonia, ellas eran culpadas de haber causado su furia.
Cada Klo’keten tenía un supervisor llamado k’pin, un pariente patrilineal que era escogido por los consejeros del hain para ocupar esa función. El Consejero era un padre de la palabra” ; tenía un profundo conocimiento de la tradición, también era un narrador bien dotado dominando los múltiples detalles de los espíritus del hain. Era el principal instructor respecto de la tradición y la moral.
Dentro de las normas en las que era instruido figuraban las siguientes:
· No comportarse de manera frívola con las mujeres de su propio Haruwen para evitar crear celos entre los demás hombres y para que nadie lo pueda acusar de querer casarse con su hermana (imputación muy injuriosa). Para evitar ambos peligros, buscará esposa en un haruwen distinto del suyo, lo cual a su vez le conviene en el caso de una disputa con ella, pues sus parientes estarán lejos sin poder defenderla y así ella le será más sumisa.
· Respetar a todas las mujeres porque todas son madres, inclusive las ancianas pues ellas, igual a cualquier otra, son las madres de todos nosotros.
· Ser cariñoso con su mujer pero teniendo cuidado de no dejarles conocer sus pensamientos íntimos, porque, si lo hace, se corre riesgo de que ellas recuperen el poder que tuvieron en antaño.
· No ser glotón, porque, si lo es, será obeso y perezoso y no tendrá éxito en cacerías y entonces su esposa tendrá que alimentarlo con los peces que atrape. Pero su esposa debe ser gorda para mostrar que usted es diestro cazador.
· No desperdiciar la comida porque puede tener hambre más tarde.
· Cuando carnee un animal, corte un gran trozo de carne, repártalo en unos veinte pedazos para dar uno a todo el mundo, dejando el último para usted; así lo tratarán a usted cuando sea viejo.
· No se burle de los ancianos, sea bondadoso con ellos y también con los inválidos, así cuando sea viejo o si le ocurre alguna desgracia y se hace inválido, lo más jóvenes lo tratarán de la misma manera
· No se enfade antes de comer porque tendrá indigestión.
· No perdone ofensas. Debe vengarse siempre, y no solo con sus enemigos sino aún con los miembros de su propia familia y de su haruwen.
· Sea valiente y no de importancia a la comida y a las comodidades
· Sea generoso con sus amigos.
· Manténgase en buenas condiciones físicas para poder competir y cazar.
· Trabaje sin que se le solicite.
· Llegue a ser un hombre útil y bueno.
El “Gran secreto”
¿Cuál era ese “gran secreto” que se encontraba como sustrato del rito y de la organización social de los selk’nam?. Anne Chapman lo describe de la siguiente manera:
“En la época de los hoowin (el tiempo mítico), las mujeres gobernaron sin piedad a los hombres. No sólo los obligaban a cazar y a proveer lo necesario para la vida, sino que también tuvieron que ocuparse de los niños y desempeñar las tareas domésticas.
Los hombres vivían en un abyecto temor y sometimiento. Ciertamente tenían arcos y flechas con los que proveían de carne a los campamentos, pero ¿cómo podían ellos usar esas armas contra la brujería y las enfermedades?
Si había algo que discutir, se reunían exclusivamente las mujeres, los hombres se quedaban en sus chozas. A ellos no les era permitido sentarse en rueda con las mujeres cuando ellas deliberaban acerca de alguna cosa o la comentaban. Sólo las mujeres tomaban decisiones e impartían órdenes, y los hombres debían dar cumplimiento a lo que ellas les imponían. De ésta forma, los hombres dependían totalmente de las mujeres.”
Sol un día que pasaba cerca del hain de las mujeres se entera de que las mujeres engañaban a los hombres y se burlaban de ellos al disfrazarse con máscaras de espíritus con lo que lograban asustar y mantener la sumisión de los hombres. Sol se revela y el resto de los hombres con él.; tomaron el hain y ultimaron a las mujeres, sus esposas e inclusive sus hijas. Sol ataca a su poderosa esposa, Luna la que era el cerebro rector golpeándola y arrojándola al fuego. Posteriormente los hombres organizaron su primer hain en el que representaron su historia por medio de máscaras y personajes, siendo ellos los portadores del “secreto”... secreto que de ser conocido por las mujeres podría hacer que ellas retomen nuevamente su poder.
Una primera aproximación
No podemos dejar de señalar que hablar de “rituales de iniciación” implica hablar de cultura, de contexto en el cual nace, crece y se desarrolla un adolescente. Freud (1935) nos va a decir que “la humanidad nunca vive por completo en el presente; en las ideologías del superyó perviven en el pasado, la tradición de la raza y el pueblo, que sólo poco a poco ceden a los influjos del presente, a los nuevos cambios; y en tanto ese pasado opera a través del superyó, desempeña en la vida humana un papel poderoso, independiente de las relaciones económicas “. Lamentablemente el discurso de la “globalización” no solo borra las diferencias sino que a su vez crea un Imaginario en el que todos los grupos sociales están influenciados por las mismas cosas, excepto los aborígenes; como si sólo en ellos se diera la experiencia de lo singular de determinado orden. No hay que ser un intelectual para darse cuenta que aún en una misma ciudad los códigos de distintos grupos son diversos.
La distancia existente entre una determinada cultura aborigen y nuestra “supuesta” cultura uniforme nos permite quizás, analizar de manera particular el contexto en el que se producen determinadas situaciones grupales y sociales.
Obviamente en el caso de los selk’nam, llegado el momento de realizar su iniciación, cada novicio traía una historia previa. Las normas a las que iba a adherir las había vivido de sus mayores; había crecido conociendo tanto a la elite religiosa (chamanes), la de los sabios , las del padre y madre de la tradición oral. Conocía a los chamanes, sabios, profetas, guerreros, luchadores, corredores y de hecho ya había jugado a ser como ellos; a su vez era conciente de las distintas instituciones sociales que sostenían su sociedad: Las divisiones (territorios), los linajes, la parentela y las familias.
Distintas figuras a lo largo de su niñez lo habían invitado a establecer un vínculo de ser, lo que Freud nomina como identificación, que permite tanto al hombre como a la mujer ubicar determinadas insignias que servirán de guía para responder a las preguntas básicas: ¿Quién soy? ¿Qué hace un hombre? ¿Qué hace una mujer? . Así como entendemos al desarrollo del sujeto con la “metáfora de la cebolla” que hace alusión a distintas capas una sobre la otra; de la misma manera entendemos a las identificaciones, una sobreimpresa sobre la otra (de una manera particular) en un proceso que no solo es reactualizado sino que concluye con el final de la adolescencia. De hecho es a partir de las mismas que el adolescente podrá dar forma a lo que denominaremos “su proyecto” con la pequeña chance que nos brinda éste momento como para poder trabajar con dichas “marcas”.
Hablar de identificaciones es hablar de un cierto tipo alienación a los significantes del Otro, de vestirse con determinadas ropas que cubren al sujeto; pero dicha alienación en sí no es un término negativo, sino que por el contrario uno podría pensarlo como positivo, ya que gracias a ello el sujeto accede a la exogamia y a su constitución como sujeto deseante orientado por sus ideales.
Una de las cuestiones que podemos observar en el estudio de Anne Chapman, es que la ceremonia ritual por la que un niño pasa a ser adulto, es que la misma existen dos dimensiones que considero muy importantes al momento de trabajar con un grupo: la temporalidad y la escenificación.
Respecto de la temporalidad, marca la idea de proceso. El tipo de sociedad estratificada en la que vivían los selk’nam marcaba un período de tiempo que llegaba al año, tiempo necesario para poder identificarse a roles distintos. En nuestra sociedad no ocurre lo mismo prolongándose el tiempo por diversos motivos: Pérdida de rituales que marquen el pasaje de un “estado” a otro (en algún momento la conscripción y el cumpleaños de quince cumplían algo de ésta función); prolongación del tiempo o dificultades para el ingreso al mundo laboral; pérdida de eficacia simbólica: el nacimiento, el matrimonio y la muerte no significan socialmente otra cosa que un papel o certificado.
Respecto de la escenificación: Los Selk’nam enviaban al bosque a los novicios para que pongan en juego las cosas que habían aprendido en su vínculo con los otros, previniéndolos sobre la posibilidad de aparición de algunos “espíritus” malignos (shoort); controlaban el cumplimiento de sus órdenes por medio de adultos disfrazados con máscaras, los que a su vez interpretaban a shoort; por otra parte, durante el tiempo que duraba la ceremonia del hain, eran escenificados por medio de distintos actores con máscaras y narradores que provenían de la línea paterna (llamados“padres de la palabra”), los mitos e historias que actuaban sustentaban la exogamia y el afianzamiento en el orden simbólico. En nuestra sociedad eso no ocurre, la familia en general engulle o expulsa, la escuela (para los que tienen acceso) no brinda espacios ni posibilidades; convirtiéndose muchas veces la calle, en un escenario ritual salvajemente desdibujado en donde grupos adolescentes crean su propia mística y ceremonias, muchas veces sostenida en actos de transgresión y consumo de tóxicos.

Los Iniciadores como Primer Organizador grupal en la adolescencia:
Partiendo de los ritos de Iniciación en éste proceso de construcción, hasta ahora hemos señalado dos elementos: el proceso y la escenificación. Pasaremos al tercero que nombraremos como “Iniciadores”.
David Maldavsky en algunos de sus textos rescata de la obra de Freud el concepto de Iniciadores, los mismos serían operadores lógicos que conducirían al Yo de un tipo de configuración social más simple a otra más elaborada, dirá qué “el valor psíquico de un iniciador se muestra particularmente relevante en relación con la constitución de una representación-grupo más genérica, en la cual el yo del joven tiene como destino insertarse para desarrollar vínculos de amor y trabajo” (1988)... “El concepto de los iniciadores que Freud mencionó fragmentariamente en varios trabajos, ha sido desconsiderado de las investigaciones posteriores, pese a que parece ser un punto central de encuentro entre diferentes corrientes psíquicas... y entre diferentes lógicas. Sólo podemos atribuir ese descuido a la falta de trabajos que aborden de un modo refinado los problemas metapsicológicos referidos a los procesos psíquicos en la adolescencia”.
Hablar de los Iniciadores como Operadores Lógicos implica a su vez considerar a la adolescencia como un Tiempo Lógico (no cronológico) en la estructuración del sujeto. El Iniciador no debe confundirse con una figura particular que lo encarne, algo así como “aquel que inicia a alguien en la sexualidad o el trabajo”; de última dichas figuras importan lo mismo que aquellos “restos diurnos” que constituyen un sueño, no son más que “telón de fondo” o soporte de un proceso lógico por advenir.
Referirnos a los Iniciadores implica tener en cuenta diferentes rasgos de la historia de un sujeto que son puestos en juego en un determinado momento con el objeto de lograr dar forma a determinadas representaciones que van a signar de una manera particular, el tipo de salida exogámica que efectuará. La historia libidinal, su ubicación ante la Ley y las distintas marcas identificatorias son el “material bruto” que va a utilizarse.
En los grupos adolescentes dichas representaciones están continuamente en juego, de hecho son ordenadoras de la tarea a efectuar. Existiría una relación directa entre:
· La Sexualidad y los Iniciadores que permiten constituir la posibilidad de Insignias masculinas o femeninas, relacionadas al amor / odio.
· Los Iniciadores que permiten constituir Insignias en el orden del tener, los proyectos, un ejemplo sería el Iniciador laboral .
· La muerte y los Iniciadores que permiten constituir caminos para la elaboración de las pérdidas de objeto, los diversos duelos.
En el caso de los Selk’nam podemos observar que desde que el niño es sacado de su casa hasta que termina la ceremonia, todos los operadores lógicos están en juego siendo el proceso y la escenificación el telón de fondo que permiten el desarrollo de los mismos. Tal como decía Didier Anzieu: “Los mitos y leyendas orientan la vida fantasmática. El fantasma a su vez sostiene al mito. El mito es una tentativa social por lo que ejerce un control indirecto de los individuos a la vez que su efecto es tranquilizador. Para el niño el mito y el cuento, especies de fantasías diurnas colectivas, sirven de modelo para elaborar su vida fantasmática, de la misma manera que la palabra, cuando ha sido adquirida, le sirve para organizar sus fantasmas individuales inconcientes”.
El mito funciona en el grupo adolescente más allá de lo individual; si sostenemos que en el vínculo interhumano opera la circulación fantasmática y si hablamos de un Tiempo Lógico compartido, nos es mas fácil dimensionar otro fenómeno conocido como “Resonancia Fantasmática”. ¿En dónde resuenan los distintos fantasmas? : la respuesta sería en los Iniciadores que ocuparían el lugar de Primer Organizador Grupal: La muerte, el proyecto/trabajo y la sexualidad. En los distintos momentos grupales, dichos Iniciadores estarán en juego dentro de una lógica particular; el poder ubicarlos nos brinda la posibilidad de intervención.
Algunas conclusiones:
En la etapa de los Caminantes podemos observar una lógica propia del tiempo lógico que es el transcurrir de la adolescencia. Dos momentos esenciales de la misma son la incorporación al grupo y a los ideales del grupo, que es sostenido por el Raid de Búsqueda; un segundo momento donde la diferenciación se hace necesaria a los fines de comenzar a trabajar en el propio Proyecto de Vida, sostenido por el Raid de Desafío.
Desde una concepción un poco más amplia, podríamos considerar que el ritual de pasaje comienza temporalmente con el primer raid y culmina con el segundo, dado que en ese período de fuerte trabajo personal el adolescente irá delineando cuestiones básicas de su personalidad. Demás está decir que si entendemos la lógica de los Raids en los términos de un proceso no debemos olvidarnos en lo más mínimo que el mismo debe ser sostenido por la escenificación que no es ni más ni menos que la puesta en juego de los distintos elementos educativos que dispone la rama sumados a los aportes de la cultura en la que se encuentra asentada; todos éstos ordenados de manera de que cada una de las experiencias pueda ser realmente fructífera
Si uno de las herramientas educativas que dispone la rama caminantes son los Raids; la otra herramienta sumamente importante es la de el sistema de Proyectos que al ir de la mano del “Iniciador laboral” debe ser trabajada de manera que no resulte algo frustrante ni burocrático; acorde a las necesidades de los mismos adolescentes. En algunos casos dichos proyectos tendrán relación con la aventura y/o el servicio, pero ojo, no descuidar aquellos proyectos que en determinados grupos sociales puedan llegar a relacionarse con experimentación de salidas laborales o desarrollo de habilidades, dado que en general no existen en la comunidad otras instituciones que puedan dar lugar a las necesidades de los adolescentes de crear su propio Proyecto.
Respecto de los Iniciadores: Sexualidad, Trabajo y Muerte (pérdidas); podríamos decir que de fondo son las cuestiones que estarán siempre en juego en el debate entre los adolescentes:
· Qué es ser hombre y ser mujer, cuáles son las insignias que cada uno trae desde el lugar que proviene, cómo se ponen en juego en la relación con los demás, qué posibilidades existen de que al entrar en debate puedan cuestionarse.
· Cómo se ubica cada uno respecto del Tener, cuáles son sus identificaciones familiares y sociales en ése área. qué es lo que orienta sus deseos laborales o profesionales, cuál es el impacto de la cultura de la desesperanza en la constitución del propio Proyecto de vida
· Cómo vive la pérdida del cuerpo de niño y los cambios que esto le provoca, la ambivalencia que le provoca la pérdida de niño y el nuevo rol social que debe asumir, la pérdida de su propia imagen Ideal por una imagen más real.

Conocer sobre la necesariedad del proceso adolescente, la escenificación desde distintos elementos imaginarios, y el modo de funcionamiento de los Iniciadores; permitirá que el dirigente se ubique de mejor manera respecto de su rol en el trabajo con los caminantes.

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