domingo, febrero 14, 2021

Escultismo en el siglo XXI: La pérdida de sentido y la Ley Scout

 


            La asociación de Neoliberalismo y Escultismo lleva inexorablemente a la anulación de las fórmulas conocidas de la Promesa y de la Ley Scout como Principio de Unicidad del Movimiento Scout. Un escultismo sin Otro nos remite a las formas culturales neoliberales que surgen como sustituto del Otro, que son las Bandas basadas en modalidades de goce y no en Ideales Sociales que orientan el deseo. Si se lo quiere decir desde una lógica “progresista”: El escultismo en su mutación neoliberal apunta a la conformación de un colectivo autoreferenciado sostenido en un modo particular de gozar.

            Una afirmación semejante asombrará a muchos a decir rápidamente ¡“esto no es así”!, pero basta observar la inmixión en el movimiento de los discursos colectivos fragmentarios para darse cuenta del derrotero, en tanto cada punto que apunta a un Ideal deja por fuera a los que no lo comparten  y cuando lo que ha sostenido el movimiento queda relativizado, se produce la pérdida misma del SENTIDO del método creado.

            Dany Robert Dufour[1] es uno de los filósofos dedicados al análisis de los problemas del sujeto posmoderno, utilizaremos algunos de sus desarrollos para poder dar cuenta y entender el momento de mutación en el que nos hallamos, invitando al lector a pensar cuál es la posición que conviene al movimiento scout.

La caída de los Grandes Relatos

            En un artículo titulado “el nacimiento del neoliberalismo”, Pierre Bourdieu afirma que el neoliberalismo es “un programa de destrucción de las estructuras colectivas y de promoción de un nuevo orden fundado en el individuo solo pero libre”. Es necesario destruir la familia, la escuela, las iglesias, los sindicatos y los Estados – Nación porque ellos hacen obstáculo a la circulación mundial de mercancías.

            A lo largo de la historia el sujeto ha estado sometido a distintos Otros: la Naturaleza y sus espíritus, los dioses del monoteísmo, el Rey, la Republica, la Raza, el Proletariado; todas figuras de un Gran Otro donde se articulan los sistemas políticos-simbólicos, la vida en general, los deseos, la economía, la producción de saber (conocimiento), el arte, la técnica, las obligaciones, las relaciones sociales. El “estar juntos” en el mundo cambia acorde al Gran Otro en el que una cultura se articula.

            Si la modernidad se caracterizó por ser multireferencial respecto al Otro, el neoliberalismo opera por la anulación de cualquier Otro en tanto todos los aspectos de la vida deben estar relacionados exclusivamente por la circulación y producción de mercancías, siendo la vida misma es una de ellas. Dostoyevski acuña la frase “Si Dios no existe todo está permitido” … si la posmodernizamos podemos decir “Si no hay Un Gran Otro (en cualquiera de sus figuras) todo está permitido” por lo que el horizonte que se avecina tiene solo dos posibilidades: (1) La vuelta a una animalidad previa al contrato social donde todo es válido por lo que si el otro muere o es esclavizado, poco importa (2) La vuelta de un Gran Otro Feroz por lo insoportable de la vida sin sentido ni valor.

            ¿Cuáles son los Grandes Relatos que hacen obstáculo al neoliberalismo y por ello por todos los medios se apunta contra ellos y se introducen antagonismos dentro de los mismos?

-          El relato religioso monoteísta

-          El relato de los Estados – Nación

-          El relato de la emancipación del pueblo trabajador 

¿Cuáles son los Relatos que se ofrecen en el “mercado” desarticulados de un Gran Otro? 

-          El relato ecologista no crítico (que se desentiende del análisis de las condiciones de producción)

-          El relato Neopagano o la fluctuación generalizada de los Valores

-          El relato democrático desvinculado de la tierra y el trabajo, basado en un supuesto “individuo libre”

-    Los relatos de “colectivos sociales liberales” atomizando y licuando cualquier principio universal, dividiendo el conjunto en una multiplicidad de conjuntos (no en subjconjuntos) donde el mundo se conforma mediante una yuxtaposición de colectivos cada uno orientados por su modo de gozar y con sus propias regulaciones, lo que provoca una vuelta a la tribalización de la humanidad generando por un lado la producción de mercancías para cada tribu y un continuo estado de conflicto inter – tribus que no toca la distribución de los bienes ni las condiciones de trabajo.

¿El mercado como relato?

            El relato que glorifica la mercancía es dominante. Esto implica

-         Relativización de los relatos de soberanía de los Estados Nación, sin fronteras para la circulación de mercancías, con fronteras para la circulación de las personas

-          Ascenso de la nueva variante del discurso democrático del “individuo libre” sosteniendo como eje el goce sin límites, no el deseo que se articula a una Ley

-          El ascenso de las nuevas tribus neopaganas y orientalistas compatibles con el relato neoliberal

-          El hundimiento del relato del pueblo trabajador emancipándose, de la mano de un proceso de tecnificación y automatización que produce acumulación de tierras (en los países de Latinoamérica) y posibilidad de ampliar la cantidad de productos producidos (industria) sumado al continuo descenso de la cantidad de empleos ofrecidos por el mercado apuntando a un panorama siniestro dentro de 10 o 15 años.

-          La permutación de la Iglesia hacia el Shopping como lugar de culto, acompañado por el sacerdocio de encuestadores y la operación de algoritmos en las redes sociales que en función de los perfiles personales ofrecen productos para el goce, sea de consumo o para agigantar conflictos (fake news)

-          Sin preguntas por el origen o el final, solo el ¡pleno goce ya! aunque en la realidad no sea más que ilusión en tanto cada vez mas personas quedan por fuera

-          La autoreferenciación y no referenciación en función de algún Otro en una especie de delirio de autoengendramiento que reniega de todo tipo de deuda simbólica.

Promesa y Ley

            El Movimiento Scout si bien nace en el imperio británico, acompaña el surgimiento de los Estados Nación y la obtención de distintos derechos por parte de la población, de los que se destacan los laborales, elección de autoridades y educación. Dentro de la caracterización que realiza Dufour es considerado como parte de las organizaciones Multireferenciales respecto al Otro, conformándose en el entrecruzamiento de los Estados Nación, la Religión y la Razón (ciencia).

            Lo que opera como Unidad y a su vez da sentido al movimiento es la formulación la Promesa que expresa la adhesión y el compromiso con lo que se expresa, donde lo Universal toma la forma de: Cumplimiento de los deberes para con Dios, con el país o la patria, la ayuda a los demás y el cumplimiento de la Ley Scout.

            Estos Universales son cuatro (1) Dios -religión- (2) El País -Estado Nación- (3) Ayuda a los demás – ciudadanía- (4) Ley Scout – estilo de conducta-  La afectación de cada uno de ellos implica el desgranamiento de la Unicidad ¿esto quiero decir que no hay lugar para la excepción?... para nada, no se trata de un universal que aplasta la diferencia, sino que las aloja. No corresponde que la excepcionalidad se convierta en Universal, de allí el viejo dicho de que “la excepción confirma la regla” que es la expresión en forma sencilla de la fórmula lógica de los Universales desde Aristóteles a la fecha.

            Debemos diferenciar dos términos: la Unicidad que conduce a lo Unitario (unidad) que ubica al sujeto con relación al Referente y lo Unario que es lo más singular de la persona, tanto que no hay otro humano que lo comparta, por eso básicamente es autoreferencial tendiendo a la ruptura del lazo bajo las formas de un autismo de goce o enfrentamiento social con quien considera obstaculiza su goce.

            Desde hace tres décadas asistimos al ataque continuo de las instituciones modernas por parte de los medios de comunicación que forman parte de la maquinaria de la producción del sujeto neoliberal. Ninguna institución ha quedado en pie por el bombardeo continuo de aquello que no funciona en ellas universalizando cuestiones que no son generales y que forman parte de la condición humana: Los partidos políticos y la corrupción, Las ONGs antisistema y sus manejos económicos, La Iglesia católica y la conducta de algunos sacerdotes, los líderes sociales y de pueblos originarios con excesos o conductas “reprochables”, la familia y la violencia familiar… no hay Institución generadora de lazo social que se haya salvado de los continuos ataques, con excepción de las financiadas por el establishment que entre otras cuestiones minan las democracias del continente apuntando a su disolución si los Estados quieren ejercer soberanía. El sentido de dichos ataques justamente es que las instituciones dejen de producir sentidos para no obstaculizar al Dios Mercado. El primer efecto que se observa recae sobre la individualidad que corta lazo: “para militar no es necesario participar de partido político ni una organización social”, “para ser católico no es necesario ir a la Iglesia”, “para cambiar el mundo no es necesario reclamar leyes para el medio ambiente sino guardar los papelitos en el bolsillo y tirarlos en el tacho de basura de tu casa”, “para defender tus derechos laborales no es necesario el gremio y el sindicato” y el colmo del paroxismo marcado por Slavov Zizek… “para recuperar los bosques de Namibia tenés que tomar un café en determinada cadena internacional que te cobra el café mas caro porque una parte es utilizada para la reforestación”.

            Desgastadas las posibilidades de Identificación con el Otro, el sujeto queda abandonado a lo Unario constitutivo porque siempre se está sometido a un Otro (de hecho eso significa “sujeto”), que puede producir lazo social (Otro Simbólico) o que lo rompe desde lo autoreferencial (el cuerpo vivido como Otro), de allí el pasaje de los movimientos de derechos civiles a los movimientos de derechos de goce que buscan su reconocimiento en tensión narcicista con los otros, acompañados de la agresividad que caracteriza las pauta de intercambio social. Robert Dufour dirá que “Cuando se le pide a cada uno que sea él -ya saben que esa es la gran exhortación de la posmodernidad- partir del momento que se le solicita eso a cada cual, se choca precisamente con la mayor dificultad y hasta con la imposibilidad de ´ser sí ´. Esto se explica que muy a menudo en las sociedades posmodernas se encuentre una especie de cultura sostenida por las industrias culturales, que promueve técnicas de acción sobre sí, ya sea por vías de programas de televisión que ponen en escena la vida ordinaria, la vida de todos los días, o bien a través del uso de psicotrópicos destinados a estimular el humor y a multiplicar, se dice, las capacidades individuales. Es decir que con la posmodernidad, la distancia que se elimina respecto del Otro se ha vuelto una distancia de sí a sí. Por eso todo sujeto se encuentra luchando con su autofundación (…) en un estado límite entre neurosis y psicosis, atrapado cada vez más en una melancolía latente[2]

            No es difícil darse cuenta de la deriva de la Promesa y Ley en nuestro tiempo, en tanto ambas implican la relación con el Otro del escultismo, con aquello que la educación scout busca que el sujeto se Identifique. Toda Identificación por definición es Unitaria, no Unaria. Ya hemos vistos los deslizamientos respecto de la Promesa y algunos de los conceptos Universales (Dios, la Patria) y también los distintos movimientos que se producen con relación a la Ley Scout donde comienza a cuestionarse el por qué habría que ser de determinada manera, ya que cada uno se autoconstruye y no es necesario el Otro. En la práctica actual pareciera que Promesa y Ley son solo apariencias de Unidad en tanto que cada uno de los conceptos que fundan la Unidad Unificante del movimiento están cuestionados o simplemente obviados; los tres primeros fueron (1) el Religioso (se puede ser religioso sin participar de la religión, o su otra forma que es nombrar el concepto vacío de espiritualidad, o directamente se es indiferente respecto del tema aunque se lo nombre)  (2) La ayuda y servicio a los demas no es importante en tanto que como movimiento de jovenes lo que importa es qué les pasa a los jóvenes y el debate sobre este tipo de temas -en sintonía con los temas que surgen desde el pode real que dicen qué es lo que le pasa a los jóvenes- (3) El Estado Nación y por ende la ciudadanía activa se ven atravesados por un discurso antipolítico y de no participación social, excepto en los temas que “involucran a los jóvenes” cercanos al poder real y alejado de las condiciones de vida de gran parte de los jóvenes. La Ley ya no tiene el mismo lugar, y es una cuestión de tiempo que ademas de figurar en un cuadrito que recuerde “lo que era el movimiento scout” directamente se la evapore o que cada uno construya su propia Ley a la cual se comprometa cumplir, una Ley autogenerada que parta desde cada Ego como sujeto ¿ “individuo libre”?



[1] Dufour Dani Robert. “el arte de reducir cabezas”. Ed. Paidós

[2] Dufour Dany -Robert “El inconciente es la política” Universidad Paris VIII


No hay comentarios.:

Relatos Scouts Distópicos. T3 C2: la paradoja de Wildowl

  Paradoja de Wildowl: "Todo sistema corporocrático anula los sistemas democráticos que imponen regulaciones a la producción buscando r...