pintura de Oswaldo Guayasamín
Nuestro tiempo exige más que otros de un esfuerzo en el pensar.
Vivimos la época del “espejo negro” donde los dispositivos tecnológicos son
prolongaciones del “Yo” convirtiéndonos en terminales de un sistema de
algoritmos complejos que toma nuestros datos y búsquedas para orientar no solo
las compras sino los supuestos orígenes de nuestro malestar; todo ello a través
del control googleano de búsquedas –visibilidad de la información-, los datos
continuos que intercambiamos en las redes sociales y la existencia de empresas
como Cambridge Analytica que se dedican a operar sobre nosotros con fines
políticos, los “ejércitos” de trolls y finalmente los Medios de Comunicación hegemónicos
como “productores de la realidad” se ocuparan de lo que resta.
La manipulación o mejor dicho, la alienación de la opinión pública puede
corroborarse no solo por denuncias y aceptaciones públicas de responsabilidad
en el diseño de “campañas sucias”, sino con la suba al poder presidencial de
figuras como Mauricio Macri en Argentina, Donald Trump en EEUU, Jair Bolsonaro
en Brasil y otros… todos ellos apoyados por fuertes cybercampañas políticas y
mediáticas donde señalaron a los destinatarios del odio y socavaron la
credibilidad de los opositores de la peor manera, lo que ponen entre paréntesis
no solo el concepto de “libertad de elección” sino el de democracia misma.
En su
libro “Fenomenología del fin. Sensibilidad y mutación conectiva”[1] el filósofo
Franco Berardi utiliza el término “neohumano” para hacer referencia al proceso de “reformateo cultural, lingüístico y emocional que se entreteje con uno
tecnológico, lo cual permite la integración funcional de los individuos en
un universo conectivo… las
expectativas y los deseos se reconfiguran a través de un proceso de conformidad
operacional”. Son los tiempos de
mutación hacia lo que se denominaba Semiocapitalismo aunque dicho autor
prefiera utilizar el nombre de “Absolutismo Capitalista”. La
referencia obligada es el Puritanismo Americano que, si bien
en su momento liberal se apoyará en las religiones americanas, no se trataba de
producir una nueva identidad sino un proceso de cancelación de identidades
anteriores que obstaculizaban el proceso productivo. En su variación
neoliberal ocurre lo mismo, apoyándose en las religiones americanas –fenómeno
Bolsonaro-, el laicismo o el progresismo que ha abandonado la potencia del
análisis de Marx, aunque lo nombren y mutilen con el objeto de ubicarse en
algún tipo de linaje que avale sus posiciones actuales.
Según Berardi a partir de la posguerra somos testigos y partícipes de un
mundo que deviene “americano” de la mano de la mitología de Hollywood y
la industria
publicitaria que ofrecen modelos identificatorios junto a la
maquinaria política de los Derechos Humanos en su faceta liberal - individual
que parten de la premisa de que cada uno puede y debe hacer lo que quiera con
su cuerpo sustentada en que antes que nada hay un Yo, una
conciencia autónoma que es idéntica al cuerpo, y esto vale para
todo… para negociar libremente las condiciones salariales y/o de explotación, o
para gozar.
“Devenir americanos significa, en
primer lugar, ser parte de la circulación
de bienes e imágenes. En segundo lugar, la posibilidad de librarse del peso de la tradición, del pertenecer, de la sujeción y de las reglas tribales de opresión de las mujeres.
Pero simultáneamente, implica la pérdida
de contacto con la experiencia concreta de la singularidad afectiva y la depuración de la existencia social de todo
aquello que pueda obstruir la integración perfecta en el ciclo productivo.”
Nos encontramos con una experiencia doble donde por un lado “está el eufórico sentimiento de libertad que
cualquiera puede experimentar al caminar por las calles de una ciudad donde
nadie te mira o te molesta, la eufórica percepción de una especie de vacío que
abre la puerta a la aventura, al autodescubrimiento, a la iniciativa y al
éxito. Pero, por otro lado, está este sentido de soledad y empobrecimiento de la sensibilidad compartida.”
El mundo deviene americano porque la tecnología lleva al literal alcance
de la mano los “valores” americanos, de allí que a partir de la creación de la infoesfera
el concepto de “conectividad” hará referencia a la producción de significados
que no implican encuentro de los cuerpos, sino reconocimiento de signos y patrones
y la operación sobre los mismos, provocando un giro de 180 grados en la percepción
del otro constituyendo dentro del enjambre de la nube comunidades
basadas en relaciones por contigüidad –identificaciones isomorfas-
que
se deshacen por diferencia en tanto
a lo distinto de mí YO lo bloqueo, lo elimino, lo saco de mi vista, deja de
existir.
La “conjunción” históricamente ha sido la única posibilidad de
encuentro con el cuerpo del otro distinto de mí. En la actualidad se halla en
terapia intensiva objetivándose en la indiferencia ante el sufrimiento con quien
no me identifico –trabajo infantil, pobreza, miseria, exclusión social,
desempleo, etc.- o el rechazo
directo
hacia lo que vivimos como un “otro peligroso” que se encuentra en
un arco que va desde el inmigrante –derecha extrema- y el
hombre – sectores del feminismos - como encarnaciones de lo siniestro
convirtiendo a cada operador de la red en un multiplicador de memes, consignas
y teorías que apuntan a la destrucción del otro.
Malestares juveniles – y no tanto-
Que en Argentina en los últimos 3 años cientos de miles de personas hayan
perdido su empleo ante el cierre masivo de pymes y fábricas y quienes tienen
trabajo vean hecho trizas sus salarios, que la salud y la educación se desplomen
y de la mano vuelve la legalización del trabajo infantil, con presos políticos
y persecución política, con aumento de servicios de agua-luz-gas del orden del
1300 %, etc - es mucho lo que se puede escribir- nos invitaría a pensar que nos
encontramos en un país en condiciones de estallar ¡hasta el Ministro de Economía afirmó que nunca se
había hecho semejante desastre económico sin que caiga el gobierno!
Desde la lógica básica sería lícito suponer que grandes sectores de la
juventud y de la población se encontrarían movilizados llenando las calles para
solicitar el cambio de las condiciones injustas de la economía neoliberal, o en
el caso del movimiento scout las asociaciones realizarían planes específicos para
abordar las realidades de los niños y jóvenes caídos del sistema que integran
sus grupos, o promoviendo el servicio ciudadano de las ramas mayores para
colaborar de alguna manera con aquellos que no pueden esperar a mañana… pero
esto no sucede… pareciera que en denominada batalla cultural el “gen Argentino”
está mutando para devenir “americano”… cómo es esto?
En la infoesfera comunicacional nos encontramos cotidianamente
que los jóvenes –y no tanto- discuten sobre lo que podríamos denominar el
ámbito de los “Malestares del YO” que por definición nunca se encuentra del
todo cómodo consigo mismo, y lo hacen atravesados por colectivos transversales a las
clases sociales conformados a partir de un interés lo que genera una
masa
conectiva y emocional que funciona por contagio afectivo caracterizado
como especie de empatía con quien señala un objeto que supuestamente –o
realmente- es causa su padecimiento.
La novedad de esta época es que la infoesfera ha generado que modos de
agrupamiento generalmente efímero o breves en el tiempo, se prolonguen a partir
de la iteración de los memes y posteos lo que no ha sido sin
consecuencias en la estrategia del poder real… de hecho en las elecciones
legislativas de 2017 el partido gobernante que avasalló prácticamente con todos
los derechos sociales obtuvo un 50, 93 % en la CABA, un 42,18 % en Buenos
Aires, un 48,47 % en Córdoba, un 45,67 % en Mendoza… lo que habla de la
efectividad de insertar en la agenda política y mediática temas que si bien son
importantes, eluden las urgentes discusiones económicas y sociales incidiendo
en la fragmentación del campo popular en tanto siempre frágil y diverso…
el resto queda en manos de la conectividad con la que el poder ha
demostrado llevarse de maravilla.
Con anterioridad al boom que convierte al hombre y a los jóvenes en una cuasi-aplicación
de su Smartphone la conectividad y la conjunción se ubicaban en una
relación variable tendiente a equilibrarse de distinta manera integrando al Yo
narcisista con la posibilidad encuentro con el otro distinto-de-mí.
Berardi nos señala que en la actualidad la conjunción -único lugar posible
donde ubicar el don y el amor- se encuentra en terapia intensiva… el
mundo deviene conectivo y americano y todo aquello que lo cuestione
será “arcaico”. Si en el movimiento Guía – Scout los niños, jóvenes y
dirigentes se encuentran en una posición acrítica seducidos por la infoesfera, es
probable que el movimiento se convierta en otro de los espacios multiplicadores
de los ideales del absolutismo capitalista… de hecho en algunas organizaciones
desde hace décadas sus programas y objetivos apuntan al “formateo cultural, lingüístico y emocional”
MALESTARES COLECTIVOS
Es interesante recorrer viejos textos donde podemos encontrar
referencias sobre la psicología colectiva para poder releerlas en el contexto
actual y de esa manera hacer inteligibles algunos procesos sociales… recurro a
los clásicos Freudianos “El malestar en la cultura” y “Psicología de las masas
y análisis del yo” con relecturas que a mi criterio son importantes como la de
grandes psicoanalistas argentinos de la talla de Osvaldo Delgado y Jorge Alemán.
En el texto de “Psicología de las masas y análisis del yo” Freud expresa
claramente lo que opera disgregando la masa: el enamoramiento, los
tóxicos –drogas- y el síntoma neurótico - este último aparece ligado a
la sexualidad pudiendo ubicar en este espacio las llamadas cuestiones de género
- Delgado dice que “puede haber un club
de sadomasoquistas, pero el modo sintomático en que cada uno arma su lazo es disgregativo del club de
sadomasoquistas” … no se trata de un Ideal sino del goce sexual
que
siempre es singular, y cuando ese goce sexual particular se lo
quiere colocar en lugar del Ideal comienzan los problemas… quizás por
eso observamos la producción de la reacción contraria que es el rechazo de ese goce
vivido como ajenidad… ahora lo importante es que ni en la afirmación ni el rechazo
se pone en tela de juicio al neoliberalismo o “devenir americano”… se
puede ser neoliberal desde el fascismo persiguiendo homosexuales –cuestión más
que demostrada por la historia latinoamericana- o desde un “progresismo
democrático” enseñando diversidad sexual en las escuelas o participando en la
marcha del orgullo LGTBIQ.
La feminista Nancy Frazer ubica claramente el
problema de la alianza existente desde
hace 25 años entre los feminismos –género y el neoliberalismo donde ya no se
trata de la infraestructura económica y la distribución de la riqueza sino de
la distribución
narcisista del reconocimiento sin tocar por ello los intereses del poder
que
son los determinantes de las estructuras injustas. Alcanzaría con que
nos realizáramos algunas preguntas para poder tener una posición crítica a
riesgo de ser políticamente incorrectos… ¿acaso en Argentina no fue desde el
poder económico y político neoliberal de Cambiemos que se impulsó el debate sobre
el aborto y el cambio de la Ley de Educación Sexual Integral promulgada en 2006
hacia una versión realizada desde la perspectiva de género? ¿Acaso miembros de
la comunidad LGTBIQ no apoyaron y apoyan a la Alianza Cambiemos incluso siendo
algunos de ellos parte del gobierno? ¿acaso organizaciones con claros intereses
económicos no fueron sponsor de algunos colectivos? ... el isomorfismo de la conectividad
logró poner en sintonía muchas mujeres y al colectivo LGTBIQ no sólo pertenecientes
a distintas clases sociales sino también de distintas ideas políticas, pero la
conectividad
en un punto, desconecta y disgrega de los demás en tanto no
forma parte de un proyecto político general… lo claro y evidente es que
en
la infoesfera se redujeron drásticamente los intercambios y llamados a la
resistencia sobre la situación social del país para orientar los
posteos en función de la agenda marcada desde otros lugares que llevó incluso a
debate a un Poder Legislativo incómodo que nada quería saber del tema en ese
momento. Mientras tanto los continuos expulsados
del sistema no solo fueron abandonados por el Estado neoliberal sino también por
los actores sociales de las clases casi-medias y medias encarnizados en el
debate, que llenaron las calles, inundaron las redes sociales.
Es importante tener en cuenta que para Freud en la masa efectiva “la diferencia entre los sexos no desempeña
papel alguno. Apenas si tiene sentido preguntar si la libido que cohesiona a
las masas es de naturaleza homosexual o heterosexual, pues no se encuentra
diferenciada según los sexos y prescinde, en particular, de las metas de la
organización genital de la libido” lo que se demuestra en lo movimientos
políticos constituidos por conjunción, por ejemplo aquellos en
lucha por los derechos de la tierra, la mejora de las condiciones de trabajo, el
acceso a la salud y educación… en síntesis en la integración de distintas
luchas emancipatorias dentro de un modelo social al que se aspira.
EL ESCULTISMO ANTE LA CONSTRUCCION VIRTUAL DE LA REALIDAD
El escultismo como práctica social se constituye como
uno de los pocos espacios existentes donde los niños y jóvenes pueden desacoplarse
de las demandas del capitalismo, siempre y cuando la organización institucional
no responda a lo que hemos denominado “escultismo comercial”[2] que en su estructura contiene
como programa oculto –o no tanto- la producción del sujeto neoliberal
Las ideologías también tienen sus fetiches[4]
y el actual fenómeno de conectividad se ha convertido en una
verdadera fábrica de ellos saturando de sentido las
relaciones humanas y obstaculizando la producción
de la experiencia que socialmente siempre es conjuntiva. Cuando se
producen verdaderos encuentros entre sujetos gran parte de los fetiches
ideológicos caen y nos encontramos con el otro y lo otro distinto de nosotros
mismos, experiencia de intimidad que refleja el sentido de la palabra communitas[5]…
claro que quienes están a cargo del juego siempre están en condiciones de usar
su autoridad para obstaculizar la experiencia al ser ellos quienes aportan los fetiches
ideológicos, ya que si por un lado se afirma que los niños y jóvenes
son los dueños del juego, por el otro se pretende formatearlos a partir de la
introducción de lecturas y temáticas que corresponden a las instituciones del
Estado como la Escuela, Acción Social o salud. ¿Esto quiere decir que de eso no
se habla?... para nada… simplemente quiere decir que el movimiento no debe ser
Aparato Ideológico de nadie, llámese Estado, Iglesia, Partido Político, Logia o
Colectivos Sociales… de allí el criterio de independencia que no
significa desacople del mundo… la pregunta lógica es ¿cómo sería un escultismo
que no se constituya como Aparato Ideológico?
Es en la vida concreta de la patrulla, de la comunidad… de su
exploración del barrio y del mundo que los scouts construimos un saber
de la alteridad y de la interculturalidad que no viene pre formateado
desde algún lugar que nos dicen cómo pensar, sino que se produce a partir del
encuentro con aquello que nos habita y que es conmovido a partir del encuentro
con los otros, de allí que no se trata de un saber teórico sino experiencial. Es
en la vivencia de nuestros propios conflictos producto de relaciones de poder,
prejuicios y desacuerdos que construimos un saber de la diferencia y finalmente
es a partir de lo que conversamos respecto de nuestro encuentro con la realidad
que nos interpela –que no es virtual- que construimos un saber aprender para transformar
el mundo convirtiéndonos de esa manera en actores políticos de la
comunidad lo que diferencia claramente a un escultismo parlamentario de uno
realista inserto en su comunidad y por ende, en el mundo.
[1] Franco Berardi. Fenomenolgía
del fin. Sensibilidad y mutación conectiva. Ed Caja Negra 2017
[2] Gerardo Martínes Hernandez.
“Escultismo Critico Popular. Bases teóricas para un proyecto pedagógico
experimental”
[3] Horacio Wild. “Fictionis. El sujeto
en los dispositivos artísticos artesanales”.
[4] Slavov Zizek. “El sublime
objeto de la ideología”. Ed. Siglo XXI
[5] Roberto Esposito.
“Communitas. Origen y destino de la comunidad”
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