En el escrito anterior comenzamos a hablar de la práctica del escultismo en los bordes de la ciudad, nombrando algunos de ellos: (1) el borde existente entre los que tienen empleo y no lo tienen (2) entre los que tienen las necesidades básicas satisfechas y quienes no la tienen (3) entre los que pueden escolarizarse, y los que no pueden (4) entre quienes viven en la legalidad y quienes no (5) entre quienes disponen de algún tipo de familia con posibilidad de contener y quienes no disponen (6) entre quienes disponen recursos simbólicos para enfrentar la vida, y quienes no.
Los
bordes, el margen, son lugares donde trastabillan los discursos pedagógicos de
la Academia. En ellos observamos la contradicción entre el niño que en la
escuela no aprende y los desarrollos de distintos aprendizajes en el movimiento
scout que sugieren un problema metodológico en la escolarización, que cada vez
más avanza hacia metodologías sin el Otro renunciando a convertirse en ese Otro
en el cual se apoyan los procesos de aprendizaje.
Escrituras del universo simbólico
Estamos
acostumbrados a que desde la Academia se produzca la denostación de cualquier
“dispositivo” en tanto Foucault califica a los mismos como sistemas de poder,
como si fuera posible que el sujeto se instituya sin la presencia de ellos. El
propio autor del concepto afirmará que de un “dispositivo” se sale por medio de
otro “dispositivo”, lo que nos permite pensar que es mejor discutir sobre qué
dispositivos apuntan a la vida (y no son de muerte) y no caer en el idealismo
del niño-solo que aprehende y descubre reglas como si las mismas fueran
naturales y no producto de la civilización.
Generalmente
en los bordes podemos observar la carencia o fragilidad de los distintos
dispositivos comenzando por la familia, siguiendo por los espacios fuera del
hogar donde los excesos muchas veces se encuentran al orden del día observando
cómo Organismos del Estado como la escuela muchas veces se encuentran
impotentes para intervenir. Los excesos que expresan las ausencias del Otro se
traducen en excesos en el cuerpo, desatención, heteroagresividad,
autogresividad, consumo de tóxicos a temprana edad.
Para
hablar de emancipación del sujeto primero debemos contar con dispositivos en
los cuales pueda subjetivarse. De allí que la emancipación se trata de un buen
uso de la “libertad condicional” (ya que no existe libertad sin un Otro) en el
marco de cierta legalidad, emanciparse es servirse del Universo Simbólico e ir
más alla, ahora … ¿es posible pensar la emancipación si con anterioridad el
sujeto no ha estado inserto en dispositivos simbólicos o si ingresa a los
mismos desde el lugar de “resto” en lo social?
Lo que observamos
en los bordes es la dificultad para la escritura del orden simbólico
que opera como iniciador del proceso regulador de las relaciones con el
propio cuerpo, con el cuerpo del Otro, con el Ser.
Este Orden que se escribe y se inscribe en el cuerpo a través del Nombrar(se) instituye
la temporalidad y espacialidad, inaugurando el proceso de subjetivación que no
es sin el Otro que puede aparecer como Nombrante de un Orden de Hierro (serás
eso o nada) o de un Orden Simbólico que puede instituir esa “libertad
condicional” que hicimos referencia y que llamamos civilización.
Escrituras al margen
Las
dificultades de inscripción del Universo Simbólico no son exclusivas de las clases
mas humildes, pero es donde más impactan en tanto quienes viven al margen parten
de un contexto con las Necesidades Básicas Insatisfechas donde el primer
movimiento hacia la civilización los ubica con las necesidades biológicas aplastando
la posibilidad de desear; a esto se le agregan otro tipo de dificultades que
pueden ser comunes a todas las clases sociales (en lo familiar), un contexto
(la villa) que no es común a todas las clases sociales y el tratamiento del
niño-cuerpo por la salud pública viéndose dificultada la posibilidad de acceso
a distintos acompañamientos y tratamientos por parte del sistema de salud y el
sistema educativo, que son posibles en otras clases sociales.
Las
dificultades de inscripción del mundo simbólico las encontramos en los siguientes
aspectos que a su vez se combinan unos con otros dado que la descripción
simplemente es a los fines de la comprensión. Cabe aclarar que no son
generalizadas (no se trate de una clasificación de “clase social”) pero que
suelen observarse con mayor incidencia en determinados contextos.
Con relación al Otro
- Dificultad en la constitución del Otro como
terceridad. De allí que dicho lugar (ocupado generalmente por padres, docentes,
dirigentes, adultos en general) puede ser instituido de dos maneras que a su
vez pueden virar de una a otra según el contexto (1) reduciéndolo al lugar del
“otro semejante”, por lo que se establecen relaciones de tensión agresiva -“o
yo, o el otro”- (2) Como Otro que impone
un “orden de hierro” donde el lugar que queda ocupar es de la sumisión (una
variación de “o yo o el otro” donde prima la relación imaginaria de “prestigio”)
- Dificultades en la constitución de la
temporalidad (las teorías pedagógicas parten de pensar junto a Kant que la
temporalidad es un apriorismo y no una construcción simbólica que depende del
Orden Simbólico, de allí la imposibilidad de respuestas “pedagógicas) lo que
incide directamente en problemas atencionales, distraibilidad, problemas de
concentración cuando el cuerpo se detiene y el tiempo de trabajo se alarga.
- Dificultades relacionadas a la constitución
de la espacialidad (las teorías pedagógicas parten de pensar junto a Kant que
la espacialidad es un apriorismo y no una construcción simbólica que depende
del Orden Simbólico, de allí la imposibilidad de respuestas “pedagógicas”) y al
uso de los espacios
- Los puntos anteriores son la base de las dificultades
en la escolarización que se traducen en: (1) dificultades para el aprendizaje
de la escritura (2) Dificultades para el aprendizaje de las relaciones entre
los objetos del espacio (por ejemplo matemáticas)
Con relación al cuerpo:
- “exceso de cuerpo”
expresado como necesidad de actividad corporal continúa a la manera de “descarga”.
- Consumo de tóxicos
para anestesiar el “exceso de cuerpo.”
- Autolesiones como “descarga”
del dolor psíquico.
- Heteroagresividad en
relaciones sociales no reguladas que implica enfrentamientos del tipo “o yo, o
el otro”
- En el juego
reglado el “exceso de cuerpo” se hace presente en fenómenos de agresividad en
el juego, o luego de un tiempo con lo que podríamos denominar “fuera de juego”
donde las reglas del juego no son sostenibles.
Con relación al Ser
- La dificultad en
el anclaje de lo que denominamos Identificación Simbólica (que se hace necesaria
para la constitución del deseo) se traduce en una serie de identificaciones imaginarias
frágiles y fragmentarias.
- Las dificultad de identificación
en un Orden Simbólico que opere como terceridad provoca dos tipos de amarres
del tipo “Orden de Hierro” (1) La participación desde la sumisión en una
práctica religiosa donde Dios es un Otro castigador) o la Sumisión a un grupo /
pandilla que ofrece una Identidad a cambio de la sumisión (2) Identificarse
como “resto social” constituyéndose como parte del Lumpen (grupo social
marginado con dificultades respecto al lazo social, con una relación extractiva
y de supervivencia respecto de quienes ocupen el lugar del Otro).
Un horizonte posible en la práctica del
escultismo en los Bordes
Este
pequeño escrito sienta las bases para la práctica del escultismo en los bordes,
cercana al planteo original de BP, a mayor distancia de los cambios que se
produjeron en el escultismo a partir del MACPRO y la práctica actual del
Escultismo Hegemónico.
A partir de la pequeña
base teórica que compartí con Uds (con pedido de disculpas a quienes lean el
texto esperando un desarrollo teórico purista desde lo profesional, que haría
imposible la lectura a cualquier dirigente de base) en los próximos escritos
compartiré con Uds cuestiones prácticas que se basan en lo expuesto.
Les propongo
abordar desde la perspectiva del Dirigente / Educador que practica escultismo
en los bordes, cómo trabajamos en el sentido de instituir un Otro que opere como
terceridad con todo lo que ello implica
- Características de
los juegos
- Características de
las actividades de patrulla o rama
- El lugar de las
ceremonias mínimas y los pequeños rituales
- El valor de los distintos
modos de escritura (en el sentido de textos) del juego scout
- El lugar de la Ley
y las normas en el juego scout
- El lugar de los
indicios de deseo como indicadores de posibilidades de constitución de anclajes
a partir de las especialidades
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