martes, junio 05, 2018

Radiografía de un Programa para la VIDA






            En el año 2007 la Dirección de Capacitación del Ministerio de Desarrollo Social me invita como expositor a participar en un encuentro Nacional de Capacitación que se realizaba en la UTN Buenos Aires. La idea era que presente el trabajo realizado en el Área de inclusión y salud mental en el Hospital de Día del HIGA Dr J. Penna de Bahía Blanca, el cual había diseñado y presentado al MDS quien decidió financiarlo. En el encuentro se iban a presentar una serie de trabajos hechos por ONGS y financiados por el MDS en distintas partes del país.

            De cientos de Proyectos financiados eligieron unos 20 de distintas áreas y posiblemente el que había diseñado fue elegido por haber trabajado sobre inclusión y producciones alternativas en un momento donde la desmanicomialización se presentaba como nuevo paradigma nacional en salud mental. El calibre de los otros proyectos no dejaba de asombrarme por su impacto social en comunidades a lo largo y ancho del país… uno de ellos desempolvó una mirada sobre el movimiento scout que siempre había tenido y que quizás con tanta “propaganda” de eliminación de las “recetas” y las “progresiones con contenidos fijos” (SIC) ya no le prestaba tanta importancia. Podría decirse que esa exposición de una ONG de Chubut fue la que me afianzó en la necesidad de un programa “tradicional” que es el único realmente equitativo y acorde a las necesidades básicas de los niños ya que el programa OSI partía de una concepción de la niñez con las Necesidades Básicas Satisfechas sosteniendo como paradigma el niño/joven de clase media para arriba.

            ¿En qué consistió este Proyecto chubutense?. En la capacitación para la prevención de accidentes infantiles a lo largo de la provincia, una de las principales causas de muerte y la principal de daños irreparables para el resto de la vida. La capacitación apuntaba a las poblaciones pobres y/o rurales donde se observaban las mayores muertes por intoxicación con monóxido de carbono, quemaduras, envenenamientos, amputaciones o lesiones graves de los miembros (uso de hacha)… imposible que en mi mente no pasara como si fuera una película todos aquellos conocimientos que había aprendido de pibe en los scouts y que seguramente a muchos había salvado de algún accidente de ese tipo... lo que pasa es que la estadística de los hechos que no ocurren es imposible. Por otra parte recordaba las conversaciones con mi esposa, enfermera de terapia intensiva de pediatría, donde muchas veces me contaba de accidentes domésticos que se llevaban la vida de los pibes o que les provocaba lesiones de las cuales no había retorno.

Las Infancias (en plural)

            La Sociedad Argentina de Pediatría afirma que los accidentes infantiles son la primer causa de muerte en los niños entre 1 a 14 años: Quemaduras, caídas, intoxicación por monóxido de carbono, cortes con objetos punzantes, envenenamientos y ahogamientos son el combo mortal que produce el 30% del total de las muertes infantiles, sin contar la enorme cantidad de secuelas físicas que van en un arco de la paraplejía a la desfiguración estética que no figuran en estadísticas pero son un porcentaje importante entre los que lograron salvar sus vidas en los accidentes.

            Si los datos anteriores son aterradores, al análisis agreguen que en Argentina el 62,8% de los niños son pobres y es una tendencia creciente… un número que impacta en un país como el nuestro al que se le suman las condiciones de vivienda y accesibilidad a los servicios de salud y educación. Si se considera el precio actual de las tarifas de gas (aumento 1800% cuando los salarios aumentaron 30 %) es altamente probable que las cifras de muertes por intoxicación de monóxido de carbono al utilizar leña se disparen, en un país que puede tener una población cálida pero no un clima cálido sino mas bien con inviernos fríos y en la mitad del territorio del país extremadamente fríos (bajo cero).

            Si bien vivimos en otro tiempo, algunas de las características de la época de surgimiento del escultismo se continúan, aunque de otra manera. Cada vez más los hermanos mayores se hacen cargo de sus hermanos menores cuando los padres van al trabajo (máxime si viven con uno solo de ellos) lo que implica una cantidad de horas en las que el cuidado y la alimentación quedan bajo su responsabilidad, lo que de hecho por la falta de experticia y el desconocimiento los ponen en una situación donde no solo deben evitar accidentes (por ejemplo al cocinar) sino contar con los conocimientos básicos de practicar un primer auxilio en caso de un accidente hogareño. Cuidado… no es algo que ocurre solo en los sectores pobres… mis hijos que van a un colegio de gestión privada me cuentan que es una realidad de muchos compañeros de ellos.

Escultismo: una propuesta con contenidos

            La progresión de los scouts puede entenderse también como un gran programa preventivo para las infancias, de allí la necesidad de contenidos y prácticas de los mismos (esquema de Escultismo para Muchachos) que se brindan a través del juego bajo la mirada del adulto.

            Con relación a los adultos la Organización Scout realiza una tarea por demás importante a través de los cursos de formación ¿Por qué? El primer dato que debemos tener en cuenta es que los adultos son parte de la comunidad y no necesariamente tienen los conocimientos necesarios en estas áreas (no los brinda la escolaridad) de allí que el sistema de formación se transforma en el primer agente de prevención dándole a los adultos no solo los conocimientos teóricos sino la práctica. ¿Cómo se transmite lo que no se conoce? ¿con un manual de seguridad?.Imposible.

            Respecto de los niños las actividades scouts clásicas o típicas y la mirada sobre estos aspectos permite que el adulto vaya orientando el saber-hacer e incorporando en juegos  y competencias las habilidades que son necesarias para la prevención. Muchos grupos scouts eligen no cocinar en campamento porque creen que es un obstáculo para realizar las mejores actividades scouts pero si no se cocina ¿Cómo aprendemos a manejar los fuegos, la conservación de alimentos, el uso de los materiales de limpieza, las formas seguras para evitar accidentes, el manejo de fuegos y brasas? Paradójicamente dentro de algunos de los argumentos está que los chicos se pueden quemar y ¡es cierto!... la mayor causa de consultas hospitalarias sobre accidentes hogareños es porque los chicos al quedar a cargo de los hermanos, sin supervisión del adulto, cocinan y por no saber se queman con el agua hirviendo de ollas y pavas… pero en los scouts no solo está la supervisión del adulto sino que los dirigentes enseñan a la Patrulla de Guías que son los hermanos mayores en la tropa, o padres y sinodales realizan cursos de cocina para los cocineros brindando los conocimientos y prácticas en condiciones de seguridad. Habría que preguntase entonces ¿acaso la cocina no es una actividad importantísima en el escultismo?

            Recuerdo un juego que realizaba con mis scouts que se llamaba “la carrera del herido”. Cada patrulla designaba un “herido” que se iban lejos del lugar de acampe con un dirigente, cada uno de ellos tenía una ficha con lo que le pasaba. Desde el campamento y por medio de mapas la patrulla debía localizar al herido, practicarle los primeros auxilios y transportarlo al campamento… los premios eran por orden de llegada. En el lugar donde estaban los heridos se aplicaban los primeros auxilios a la vista del dirigente y solo podían volver cuando el herido estaba atendido correctamente y la camilla para transporte era segura… los chicos se divertían mucho y aplicaban conocimientos que generalmente eran abstractos. Podrá cuestionarse que las heridas eran imaginarias… pero no los procedimientos para su tratamiento los que se constituyen en practica para la atención de accidentes hogareños y en la calle ¿acaso un chico que cuida a sus hermanos menores en la casa no debería conocer mínimamente el tratamiento de una herida simple? … también de eso se trata la progresión.

            Un buen ejercicio para los dirigentes y las organizaciones sería analizar su propuesta de contenidos de progresión y ver si se les da importancia, si se juega con ellos… mirarlos desde la prevención de la salud no como materia de la escuela (saber) sino como practica del escultismo (saber hacer). Si las Organizaciones se informaran sobre las causas de muerte de la población y sobre muertes y lesiones por accidentes quizás se darían cuenta de la importancia REAL que tiene para la vida que esos conocimientos no sean amputados del programa en función de otras supuestas “mejores actividades” que deben estar, pero sin eliminar aquellas  que a su vez colaboran con la vida y la construcción de ciudadanía.

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