jueves, marzo 09, 2017

¿Quién marca la agenda de los Rovers?



                Vivimos en un mundo que se caracteriza por su complejidad, en especial en estos tiempos donde la tecnología está en el cénit de la civilización. El escultismo debe redoblar su sencillez en el encuentro con lo cotidiano, con su comunidad, con las comunidades.

                Varias veces hemos escuchado en nuestro país que un diario le “marca la agenda al gobierno”, que la Televisión es capaz de generar una enorme campaña de inseguridad como velar la inseguridad real, que a partir de un hecho de corrupción un gobierno pasa a ser todo corrupto, y que otro que rebalsa de actos de corrupción son “errores de carga”.

                Si los medios de comunicación tienen tanto poder sobre cada uno de nosotros ¿qué pensar de los jóvenes que viven conectados consumiendo “información” donde ya no importa si es verdadera o no? A eso se lo denominó Posverdad y quiere decir más o menos que no importa si lo que se dice tiene asidero o no en la realidad, sino que es verdadero en tanto despierta emoción, empatía y como tal lo convierte en certidumbre. Quien maneja los medios o las palabras para provocar esa emoción en el otro, es capaz de producir en el otro esa verdad-mentirosa que se vive como cierta.

                La posverdad es la “verdad de la “opinión pública” y quienes manejan los hilos de ella son quienes orientan qué es lo que debemos pensar, poniendo al sujeto en falsos dilemas éticos, como que si no está de acuerdo con tal cosa entonces se es tal o cual cosa… una supuesta formula antifascista que acusa de “fascista” o discriminador al otro desde una postura “fascista” en tanto no toleran la diferencia de opinión o sencillamente diferencia… y si de marcarle la agenda a los jóvenes se trata, esto es más claro en tanto sus posiciones suelen ser más blanco y negro simplemente porque cuando se tienen algunos kilómetros más también se tiene la posibilidad de lograr entender un poco más al otro donde se puede ir más allá de la “totalidad” fascista para encontrarse con el otro distinto y alojar la diferencia, lo que técnicamente se denomina una posición analéctica.

                La “opinión pública” no solo es generada a partir de los Medios de Comunicación, si me permiten el giro neológico, también existe una “opinión pública scout”  generada desde las organizaciones, o por sectores de intereses de las organizaciones que marcan la agenda a los jóvenes respecto del qué pensar, a partir de una posición que no da lugar a la diferencia, por lo que se construyen fronteras y no vecindades, guerras y no diálogos. En algunos países las cuestiones que en los scouts se deben dirimir en otro lugar hacen uso de la “opinión pública scout” como forma de introducir o definir situaciones como totalidades: “Blanco – negro” muchas veces a nivel de la definición cuando nada de estas cosas tienen  incidencia en la realidad de los jóvenes de los grupos generándose cuestiones tan locas como que alguien que está incluido dentro del movimiento, solicite ser incluido ¿?
               
                Si la “opinión pública” está conformada por quienes manejan la Comunicación, y la “opinión pública scout” se conforma muchas veces desde la cúspide de la pirámide o es manejada por intereses sectoriales, no está demás que los dirigentes del movimiento recordemos el horizonte planteado por el ex Secretario de la OMMS Eduardo Misoni que hace hincapié en “la necesidad de que cambiáramos el mundo antes de que el mundo nos cambie”. Si replicamos las prácticas del poder fáctico más que empoderar a los jóvenes los instrumentalizamos en función de otro tipo de intereses, y esto es peor que con un medio de comunicación, porque con la TV podemos cambiar de canal, pero de los scouts el joven se va, tal como sucedió con mi hijo Rover que cansado de debates estériles inconducentes, eligió participar de una agrupación universitaria que al menos hace algo por los otros y no solo conversar… dejó los scouts para hacer en otro lugar lo que era esperable hacer en los scouts. No deberíamos dejar de tener en cuenta los planteos del Presidente de WFIS Klaus Tegeder cuando afirma la necesidad de un movimiento alter-globalizador, ya que si la globalización es un hecho debemos construir una alternativa que rescate y albergue las diferencias… y estas siempre son locales, la acciones del movimiento responden a realidades locales y de esa forma impactan en lo global, no al revés.

                ¿Cómo construir alternativas sin caer en la tentación de marcarles la agenda a los jóvenes? El escultismo francés tradicional del cual abreva una parte importante del escultismo argentino era muy claro, planteaba la diferencia entre un “parlamentarismo scout” y un “realismo scout”. Repensémoslo en nuestro tiempo ¿Acaso se trata de que los jóvenes realicen en sus reuniones debates interminables sobre la agenda planteada por otros? ¿se trata de que en un lugar donde abunda el agua y la que no se utiliza drena al mar por sus ríos y arroyos, conversen soluciones la crisis mundial del agua y se sientan culpables por la sed en el Africa cuando se duchan? ¿Es necesario llamar expertos para debatir sobre las causas de la anorexia o la bulimia cuando es algo que se hace en la escuela? ¿es necesario debatir sobre temas de interés que fueron elegidos por una mayoría cuando cada grupo es parte de una minoría? ¿y después de discutir qué? ¿en qué cambia nuestro mundo concreto que no es la red virtual sino la comunidad en la que nos encontramos?

                En el realismo scout los jóvenes salen de la sede a la comunidad de la cual son parte, o a veces se dirigen a otras comunidades específicas a establecer lazos con las personas e instituciones del lugar. En algunas oportunidades es la comunidad la que establece el lazo con el grupo scout con algún pedido de ayuda o colaboración que debe ser recibido y trabajado. Ir al encuentro del otro y de los otros es la “exploración” que conviene a un joven y que interesa a los fines del escultismo, es allí donde podrá preguntarse sobre distintas cosas y sobre sí mismo; después de todo el Roverismo surgió como pedido de los jóvenes para prolongar su  actividad scout y  por añadidura el efecto colateral ha sido la postergación del ejercicio de la ciudadanía activa (que no es lo mismo que la ciudadanía responsable).

                Muchos seguramente dirán ¡son jóvenes! ¡están aprendiendo!... Sería bueno recordar que un joven de 18 años Maestro Mayor de Obras puede dirigir la construcción de una vivienda, un electricista la obra eléctrica, un técnico en automotores reparar un vehículo, un egresado secundario orientado a economía ser empleado de un banco o acceder a los estudios universitarios, cada uno de ellos ejerciendo sus derechos. Aquellos menos favorecidos, ya antes de los 18 pueden a veces realizan alguna actividad económica… entonces… ¿el Roverismo se trataría de un club de campismo de alta técnica donde fuera de campamento la conversación es goce en sí mismo que empieza y termina en el grupo de semejantes? Puede ser, a algunas personas les alcanza con eso que denominamos “parlamentarismo” ¿o quizás se trate de acompañar a los jóvenes a hacerse cargo de la “ciudadanía activa” que les corresponde?; esto último implica otra cosa, un escultismo donde los jóvenes son transformadores de la realidad y de esa manera también de si mismos… y la Agenda la definen ellos, nosotros solo brindamos herramientas.

                Pocas cosas me molestan tanto como cuando leo críticas de dirigentes scouts a los jóvenes que participan en partidos políticos haciendo cosas por los otros, estando con sus casacas puestas en las inundaciones, trabajando gratuitamente en talleres en los barrios con los pibes más humildes, organizando huertas comunitarias, ayudando en la gestión de recursos. Es muy triste ver esto en adultos que se han rendido a trabajar por un mundo mejor PARA TODOS y que se dicen “dirigentes scouts” “educadores” o “animadores”. Estos jóvenes de los partidos políticos muestran un compromiso con los otros y el otro que lamentablemente no observamos en el movimiento scout y en las comunidades de quienes los critican; ni siquiera nos tomamos el trabajo de darnos cuenta que no es casual que hagan algunas cuestiones que tranquilamente se podrían hacer desde los scouts, porque ¡parte de ellos mismos fueron scouts que se cansaron de hablar!.

                Podrá decirse que detrás de ello hay un interés partidario ¿ese es motivo para desestimar su compromiso con los otros?  ¡Nosotros tenemos un interés transformador no – partidario  por lo que nuestros jóvenes tienen más libertad para comprometerse con distintas áreas del desarrollo humano porque no se parte de un cálculo previo! ¿Que se les ofrece? Campamentos y largos debates más, campamento y largos debates.

                Si siguen observando encontrarán otro ejemplo pero que es no – partidario: los programas de extensión de las Universidades que incluyen  acciones de voluntariado donde los estudiantes trabajan con distintos sectores de la comunidad.

                Un Roverismo realista aparte de acampar y realizar las actividades típicas scouts sale a la comunidad de la que forma parte u a otra, no para realizar especulaciones teóricas de gente que desconoce  sino para encontrarse con la realidad de su barrio y de otras comunidades como cuando se va de campamento o elije un lugar específico para descubrir; tarea que implica el encuentro con el otro y con la relación que uno mismo establece con los otros...  ¿Para qué se sale a ver la realidad? para despertar la necesidad de servir (Forestier, Escultismo Ruta de Libertad) con la toma de contacto directa con las distintas realidades, lo que permite generar una agenda propia, y si se conversa, es con los actores de la comunidad.


                También se conversa entre sí para realizar análisis pero no para convertir la comunidad en un espacio de reflexión universitaria sino un lugar de vida donde vemos – analizamos- actuamos. Algo tenemos que transformar, por supuesto que no solos sino con otros, realizar pequeñas acciones locales que influyen en lo global y las hay a montones, solo hay que salir de la escafandra… y tengamos cuidado… una Institución Scout puede ser una gran escafandra.

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