“Se ha dicho que un
sacerdote shao – lin puede atravesar las paredes;
si le buscan, nadie le
encuentra; si le escuchan, nadie le oye;
si le tocan, nadie le palpa. Tu pisada
debe ser corta,
como si estuvieras pisando papel de arroz.
Este papel de arroz
es la prueba, frágil como las alas de la libélula.
Cuando puedas recorrer su
longitud sin dejar rastro,
habrás aprendido”
De la serie de TV, Kung Fu
explorando hojas
Llama la atención observar el cómo actúa un niño de la ciudad cuando en el campamente tiene la posibilidad
de atrapar una mariposa. Sus movimientos son torpes, no es sigiloso y por ello
hace ruido, no tiene en cuenta aquellas cosas importantes para atraparla.
Inundados
por el bullicio de la ciudad en una continua atención a la multiciplicidad de
ruidos y estímulos de celulares, televisión, computadoras, consolas de
videojuegos y todo aquello que la posmodernidad ha traído; los niños,
adolescentes y jóvenes se encuentran con una enorme dificultad para salir de la
hiperestimulación que los anestesia de la posibilidad del encuentro consigo
mismo, en silencio, con su singularidad.
De la misma manera que el caminar sobre el papel de arroz era un medio para que Kwai Chan Caine llegara a la armonía, algunas actividades scouts son medios privilegiados para propiciar el encuentro consigo mismo y la apropiación de la experiencia. Para favorecer este encuentro, en niños, adolescentes y jóvenes es necesario la utilización de distintos recursos… no se trata de decir que de las 14 hrs a las 16 hrs duerman la siesta o hagan lo que quieran sino de valernos de las herramientas que nos dio el escultismo para comenzar enseñarles a escuchar. Lo primero que sucede en la naturaleza cuando hacemos silencio es que poco a poco comenzamos a escuchar ¿ nunca - aprovechando un momento de descanso en una caminata - se tiraron en el piso panza arriba con los chicos, les pidieron que hagan silencio y comenzaron a identificar sonidos?: El canto de los pájaros, el sonido de los insectos, el ruido del viento, el chirrido del grillo o de las cigarras, el agua del arroyo atravesando las piedras, las pisadas sobre el colchón de hojas…
De la misma manera que el caminar sobre el papel de arroz era un medio para que Kwai Chan Caine llegara a la armonía, algunas actividades scouts son medios privilegiados para propiciar el encuentro consigo mismo y la apropiación de la experiencia. Para favorecer este encuentro, en niños, adolescentes y jóvenes es necesario la utilización de distintos recursos… no se trata de decir que de las 14 hrs a las 16 hrs duerman la siesta o hagan lo que quieran sino de valernos de las herramientas que nos dio el escultismo para comenzar enseñarles a escuchar. Lo primero que sucede en la naturaleza cuando hacemos silencio es que poco a poco comenzamos a escuchar ¿ nunca - aprovechando un momento de descanso en una caminata - se tiraron en el piso panza arriba con los chicos, les pidieron que hagan silencio y comenzaron a identificar sonidos?: El canto de los pájaros, el sonido de los insectos, el ruido del viento, el chirrido del grillo o de las cigarras, el agua del arroyo atravesando las piedras, las pisadas sobre el colchón de hojas…
Nuestros niños y jóvenes no están acostumbrados a escuchar los sonidos que surgen al hacer silencio, modo privilegiado de conexión de nuestra interioridad con lo exterior. Los monjes de distintas religiones (en la definición de San Benito, “buscadores de Dios”) se retiran a lugares apartados no por fobia a las personas, sino porque en ellos la experiencia de este silencio y sus sonidos son el correlato para el desarrollo de su espiritualidad.
La
posibilidad de estar en silencio es condición de muchas actividades scouts. No
hay observación sin silencio. El
silencio es condición para atrapar una mariposa.
Mariposas tucumanas
Un diario para la aventura:
escribiendo sobre el recorrido del viaje
Por deformación escolar solemos pensar a la escritura del lado de la “palabra
escrita” olvidando que en sus inicios los primeros escritos del hombre en las cuevas fueron: marca
de sus manos , dibujos de cacerías, animales…
y éstos son imágenes !.La
escritura además de su indiscutida función de comunicación también es un medio
privilegiado para subjetivar la experiencia… de hecho cabría preguntarse: ¿es
posible hablar de experiencia sin escritura?
En cualquiera
de sus formas (dibujo, ideograma, caracter, alfabeto, fotografía, etc) se circunscribe
el espacio marcando el tiempo, posibilitando la significación y
resignificación, convirtiéndose en una herramienta importantísima al momento de
poner tope a la catarata sensorial con la que cotidianamente son bombardeados
niños y jóvenes. La utilización que un lobato o scout puede hacer de un “diario
de aventura” personal de su campamento, se convierte en buen camino para apropiarse
de la experiencia interiorizando actividades que pueden realizarse en campamento… aquellas en
las que el silencio nos permite escuchar nuestro alrededor o a nosotros
mismos… porque si hay algo cierto es que
lo interior y lo exterior no se construyen como mundos paralelos sino uno imbricado
en el otro; por ello si de espiritualidad se trata el silencio y la escritura
son fundamentales.
El “diario
de aventura” no es una cartilla que pertenezca al merchandaising de la
Organización Mundial, es simplemente una invitación a tomar un cuaderno y
asumir la posición del naturalista que escribe día a día sobre su recorrido y
descubrimientos, dibuja cosas que ve, junta hojas, insectos, folletines, toma
muestras o simplemente notas de aquello que le interesa (como en una especialidad).
Los que han leído “escultismo para muchachos” se habrán percatado que el mismo
fue escrito e ilustrado por Baden Powell, de igual manera que John Ruskin – amigo de la
familia y maestro de BP – hizo con su obra.
El “diario
de aventura” es un modo de subjetivar la experiencia desde la
perspectiva del que la va realizando, ya que marca un recorrido que es propio… por eso si se utiliza
esta herramienta en un campamento o actividad habrá tantos diarios de aventura
como participantes, ya que la experiencia es singular (y el diario permite su
fijación siendo a su vez una posibilidad de transmitir lo transmisible); para
muchos el boleto del tren será marca del primer viaje que realizan en tren y
por ello obtendrá la dignidad de ser parte del diario, para otros un folleto de
la montaña que se escala, una hoja, un pedazo de tela… no nos encontramos en la
escuela donde se tiende a homogeneizar saberes sin tener en cuenta la
experiencia. La planificación de lo que se hará en el propio “diario de aventura” servirá para
adquirir los conocimientos necesarios para poder realizarlo: cómo conservar hojas, tomar
sus huellas a un color o a varios colores, conservar mariposas, tomar fotos –
que luego de ser impresas serán incluidas en el cuaderno – y tantas cosas como
se les ocurra.
El año scout
está por comenzar… las experiencias de silencio y los diarios de aventura son
una posibilidad más para el programa en cada una de las ramas… porque salvando
diferencias y teniendo en cuenta las distintas edades, estas herramientas y
medios propuestos pueden ser utilizados en cada una de las ramas… ¡hasta el
mítico Che Guevara escribió el diario de
su aventura! en mas, los invito a animarse a hacer aportes para cada una de las
ramas en los comentarios del artículo, y si alguno ha realizado este tipo de
experiencia que también se anime a compartirla.
atrapando un pez con la mano
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