Al despuntar
el sol los huemules despiertan. Manuel había preparado un desayuno “a la
antigua”: Pan horneado en una cocina a leña, miel, café con leche.
-
Maximiliam.
¿y qué hacemos con nuestras pastillas de alimento?
-
Manuel.
Guárdenlas por si en algún momento las necesitan. No hay como la comida que
obtenemos de la naturaleza… el pan está hecho con la harina que muele un
vecino, la miel proviene de las colmenas de Iris y la leña de las ramas muertas
de los árboles.
-
Kemal.
Pero todo eso está contaminado, nuestros alimentos tienen garantía de no poseer
bacterias y están equilibrado con la necesidad de oligoelementos que cada uno
necesita en el día.
-
Manuel.¡Veo
que en Ciudad Centro han avanzado mucho con la publicidad!. Las pastillas que
Uds. consumen son extractos de las mismas cosas pero con sabores sintéticos
universales, además todos los productos son transgénicos y eso implica que se
desarrolla una característica del alimento y se eliminan otras. No es seguro
suponer que es ventajoso para el cuerpo humano o para el disfrute del alimento,
porque muchas veces se eliminan propiedades curativas con la que luego se hacen
medicamentos. ¡Un solo gusto para una pastilla que se disuelve en la boca con sabor
artificial!
-
Kemal.
Pero ¿para qué sirve el gusto?
-
Manuel.
El sabor brinda placer, también es una forma de conocimiento de las cosas. En
mi época de scout el mejor cocinero de las patrullas recibía un premio. Les
cuento una pequeña historia: En el valle del Rhin existían 30 variedades de
manzanas, cada una distinta en color, tamaño y sabor. Los alemanes solían hacer
distintas comidas usándolas, desde el famoso strudel hasta mezclar algunas
variedades agridulces en ensaladas. En los inicios de la Corporocracia Sonmanto
elaboró tres tipos de manzanas transgénicas, cada una con propiedades
distintas, y poco a poco en el valle del Rhin se fueron perdiendo las distintas
variedades, perdiéndose los distintos sabores y propiedades… Se buscó un mejor
tamaño y una mejor cantidad de frutos por planta, y se perdió el sabor, y la
naturaleza se estancó dentro de las corporaciones, porque la diversidad es la
Ley natural más importante de la evolución, solo a partir de ella es posible.
Hoy en el valle del Rhin la producción es de una empresa subsidiaria de
Sonmanto y si los productores están obligados a usar sus plantas pagandole a la corporación un
porcentaje de la producción por la patente genética, usar variedades está
prohibido porque según los científicos de la Corporocracia sus características
“no reúnen los requisitos científicos adecuados”. Sonmanto es la Corporacion
del Gobierno encargada de decir qué alimentos sí, y cuáles no.
-
Ruben.
Si los científicos lo dicen debe ser así, las manzanas “naturales” no son
seguras.
-
Manuel.
Muchachos… La ciencia está al servicio de la Corporocracia ¿no se pusieron a
pensar por qué existe el “mercado negro”? ¿Será cierto lo que dicen los
Organismos corporocráticos cuando sus mandos medios y superiores no consumen transgénicos
por eso tanto la policía como las autoridades dejaron habilitado el túnel permitiendo
el comercio “ilegal”, cuyo destinos son los que se encuentran en el nivel más
elevado del sistema de castas? Para la gente común de la ciudad los
transgénicos son la comida obligatoria, y con los años y las nuevas
generaciones pueden provocar cambios genéticos en los humanos que si son
detectadas en el embarazo se produce la eliminación de los fetos; y si ocurre cuando nace un niño con alguna
disfunción le dicen a sus padres que no tienen alma, enviándolos fuera de la
ciudad a supuestos lugares donde la
Corporación los cuidaría por ellos. La realidad es que eso no ocurre, Iris la
productora de miel es una de las personas maravillosas que recoge esos niños
abandonados para que mueran, los recibe y luego ubica en familias que se
ofrecen a cuidarlos, sino ella y algunos colaboradores lo hacen.
Los huemules
hicieron un profundo silencio, se miraban entre ellos, no podían creer lo que
escuchaban en boca de Manuel, ellos mismos habían comprado con la tarjeta scout
productos que destinaban una parte de su ganancia para el cuidado de los niños
con lesiones graves, entre otras cosas porque ofrecían mucho puntaje de Buena
Acción.
-
Sacha.
¿y podemos verlos?
-
Manuel.
Iris vive cerca, pero los niños no están en exposición, lo que sí podrían hacer
es una buena acción ayudándola
-
Kemal.
–se resistía a creer lo que el viejo pescador le decía - Pero aquí los créditos para ayudar a Iris no
sirven! Las instituciones para colaborar con buenas acciones son provistas por
la Organización Scout y entonces comprando productos los intercambiamos por créditos
de BA… por ejemplo si compramos agua “Melipal” por cada botella la corporación
planta un árbol, por cada compra de calzado “Keni” la corporación envía medicamentos
para los “desenlazados”
-
Manuel.
Jaja… ¡Nunca vimos medicamentos de Ciudad Centro por aquí!. Para los verdaderos
scouts los créditos se obtienen cuando se pone el cuerpo a trabajar en ayuda a
los demás, eso del dinero es para tranquilizar la conciencia creando la ilusión
- planificada por la Corporación- de que esquivando el contacto con los otros y
poniendo dinero para que alguien haga algo por ello nos hace personas cabales y
verdaderos scouts. Les digo que eso no es una Buena Acción o servicio… En mi
época de niño gran parte de las grandes ONGs gastaban casi todo su dinero en propaganda,
mantenimiento y empleados de la Organización a los que llamaban “voluntarios” siendo que percibían un
salario, más allá de que sus gestas nunca eran políticamente neutrales porque
defendían a algunas corporaciones por sobre otras. Lo que sucede en la
Organización Scout y los créditos de BA parte del mismo supuesto, que se basa
en creer una mentira ¿Quieren saber lo que es una Buena Acción? ¡leánlo el libro
que les di de Baden Powell!
Los huemules
deliberan y deciden entre todos ir a realizar una Buena Acción de patrulla en
“vivo y en directo”… no sabían bien de qué se trataba pero probarían. Dado que
el GPS solo señalaba rutas y no la geografía, Manuel les dio un mapa y les
explicó como orientarse… el aparato electrónico sólo les serviría de brújula
por lo que deberían estar atentos a por dónde iban. También les dio papel y
lápiz y les sugirió que vayan escribiendo o dibujando qué es lo que veían a
cada lado del camino para poder orientarse al volver.
Al llegar al
lugar se encontraron con Iris, una mujer de unos 40 años que junto con unos
colaboradores llevaba adelante una producción de miel con mas de 1000 colmenas
cerca del río, y alojaba en su casa que era una vieja escuela del siglo pasado,
unos 30 niños adultos que no había
podido ubicar en familias sustitutas.
Sacha. Hola!
Nos envía Manuel… el pescador
Iris. Si… me
aviso por el telégrafo, dijeron que querían ayudarme un poco con los niños y
adultos que cobijamos en la casa… tenemos todo el día, lo único que puedo
ofrecerles es comida y el establo donde dormir.
Huemules
¡Aceptamos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario