lunes, octubre 02, 2017

Del "aprender haciendo" al "aprender hablando"

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Imagen: de la web. Grupo Scout Andresito Guacurari

Behind-the-scenes

            Llevo muchos años trabajando en instituciones (no me refiero a las Scouts solamente) y siempre se repite la misma escena. Se le presta mayor atención a quienes menos necesitan de ella, y muchas veces se los promueve y expone socialmente como forma de mostrar los logros de la Organización (lo que es dudoso). Esto no es gratis para los “no promovidos” que viven en carne propia la diferencia de la preferencia.

            Y ahí vemos al “Scout Estrella” preso en una escena que inicialmente no elige, pero lo entusiasma por el reconocimiento que implica…¿qué encontramos detrás de la escena? Las sutilezas de los mecanismos reproductores del poder que en el “realismo scout” del cual nos hablaba Forestier en "Escultismo ruta de Libertad", encuentran alguna limitación  en tanto lo que importa es lo que se hace, mientras que en el escultismo parlamentario se potencia en tanto lo que importa es lo que se dice

            Detrás de la escena en la que aparece el “Scout Estrella” como representante o candidato a algo, nos encontramos años de trabajo donde el concepto de liderazgo ha sido reducido a los Guías de Patrulla sostenidos por los dirigentes, especialmente a aquellos que les provocan menos problemas para el trabajo por estar más “adaptados” socialmente gracias al acceso a la educación y la cultura. Aquellos para los que sí existen cursos, no como para los distintos cargos de Patrulla.

            Detrás de la escena del “Scout Estrella” encontramos años de aval de violencia Simbólica (aquella que se ejerce de manera indirecta por quien ocupa un lugar de dominación, siendo uno de sus instrumentos principales el uso del lenguaje) que los dirigentes han permitido a quienes “mejor hablan”, haciéndolos sentir a ellos –los dirigentes y los oradores - mejores líderes en tanto repiten un discurso donde no importa que se haga carne. Los primero son los responsables de las grandes conversaciones sobre los cerros de Úbeda, los valores, y el cambio, con escasa participación de los que “menos hablan” en tanto no cuentan con las mismas herramientas del lenguaje (por diferencia educativa, cultural, por ser concretos en su trabajo), alentando la reproducción del esquema social de poder y de clases, algo que cuando se trabaja sobre lo que se hace ocurre con menor frecuencia.

            Detrás de la escena del “Scout Estrella” el programa oculto de la organización enseña a niños y jóvenes que es mejor ser “representados” por alguien que “hable bien” aunque “no haga”, a ser representados por alguien que “haga, pero no hable bien”, esto se amplía especialmente en los sistemas de Foros que a diferencia de los Congresos y/o exposiciones de emprendimientos comunitarios, no tratan de acciones concretas sino de palabras. Es en el aprender – haciendo, en el hacer concreto, donde la potencia del Ideal se convierte en acto.

            Detrás de la escena del “Scout Estrella” se encuentra un escultismo vaciado de contenidos, de técnica, de experticia, de acción concreta en la transformación de la realidad social y comunitaria.

Representar por lo que se hace, o representar por lo que se dice

            Toda una tradición nos habla del escultismo como “escuela de liderazgo” pero ¿qué tipo de liderazgo ha prevalecido? ¿el basado en el acto o en la potencia? ¿El que produce cambios en la realidad o el produce eventos y medios de comunicación orientados a la “fraternidad”? ¿el de líderes burgueses de la clase “acomodada” o el de líderes en sus comunidades barriales, trabajos, iglesias, sindicatos, partidos políticos?

            Si nos fijamos en la época del esplendor de los gremios artesanales (Emile Durheim[1]) la representatividad articulaba el hacer y la palabra (no del todo imposible). En la modernidad y con el nacimiento del capitalismo se destruye el sistema artesanal, encontrando el germen de la dicotomía entre palabra y acto.

            En el acto encontramos la base de los futuros gremios de trabajadores –proletarios- generándose una hermandad entre personas por lo que hacen (aunque no piensen lo mismo). A partir del hablar surgirán los partidos políticos generando hermandad entre las personas por lo que piensan y no por lo que hacen, de allí que el Escultismo Parlamentarista siempre ha sido burgués y hoy es  parte de la política neoliberal en tanto  en su teoría y práctica se produce el choque ideológico que pretende hegemonía, quizás por eso a lo largo de la historia (al menos en argentina) los grupos de niños pobres que se iban empoderando pertenecían generalmente a la USCA y no la INSA, como en la actualidad sucede con una parte importante del escultismo independiente que funciona en zonas humildes. Un Escultismo Realista al basarse en las acciones concretas, distintas en cada comunidad permite construir lo que se denomina “equivalenciales”[2] atravesando (sin negarlas) cuestiones ideológicas generales y de clase. Importa lo que hagan, pero también lo que digan… Importa qué impacto concreto genere la articulación entre hacer y el decir.

            Como he señalado hace mucho tiempo Baden Powell crece y respira en el ambiente familiar la hermandad prerrafaelita y el  art & craft que pretendía –entre otras cosas- volver a unir el hacer y palabra, lo que podemos ver reflejado en la definición de “artes scouts” y  la construcción de la base del método conocido con el nombre de “Sistema de Patrullas”, influencias a veces poco estimadas por los lectores de escultismo que prefieren el relato de Brownsea o la aventuras militares de BP, a las bases de su pensamiento político – educativo. En el Sistema de Patrulla se trata de liderazgo compartido donde vale tanto un buen Guía como un buen Cocinero. Las relaciones son cara a cara y las decisiones son tomadas por la patrulla. La representatividad es “corta” en tanto el Guía representa la opinión de su Patrulla (un grupo de hasta 8 personas) en el Concejo de Guías… y no más. Lo mismo sucederá en todo el esquema grupal porque finalmente como siempre se ha dicho, el Consejo de grupo funciona como un Concejo de Patrulla. A medida que crece la representatividad – se hace mas “larga” o son más los representados- también lo hace la no – representatividad, en tanto existe menor posibilidad de consenso. Tomemos el ejemplo de un Distrito bajo la lógica de un representante de los jóvenes… ¿alguien puede afirmar realmente que represente la opinión de todos los jóvenes? ¿o representará la opinión de unos y de otros no? Si la elección se basa en el hablar ¿a qué jóvenes representará y a cuáles no?. De allí deviene que las lógicas institucionales para que puedan funcionar con la menor segregación posible, deben ser lo más cortas posibles.

            Una Gran Institución tiene como consecuencia una gran segregación en un mecanismo que repite esquemas de poder y que proyecta hacia el vértice del mismo a los que “mejor hablan” especialmente cuando se parlamenteriza el sistema. Las instituciones más “cortas” con grupos y distritos federados son más potentes para alojar la diferencia y hacer obstáculo a los mecanismos de reproducción de poder de las distintas hegemonías. Pueden producir consignas y encuentros más ligados al hacer y las realidades regionales, culturales y sociales, con menor posibilidad de segregación y mayor posibilidad de ayuda mutua.

            Recuerdo que cuando estaba en SdeA, posterior a mi paso por el ENP (Equipo Nacional de Programa) en el ENDI (Equipo Nacional de Desarrollo Institucional) propusimos y diseñamos junto a Alejandro Fosatti (quien era el Director) un encuentro donde los Rovers mostraran los proyectos que habían realizado, una gran feria que a su vez pasaría a conformar el armado de una biblioteca de proyectos para que otros Rovers pudiesen consultar. Habíamos diseñado en función de nuestras propias experiencias de trabajo con comunidades (no solo eran los títulos de psicólogo y sociólogo) los indicadores que medirían el impacto de las experiencias en distintas áreas. Este Proyecto fue desechado porque atentaba contra los Foros (que se trata de hablar y de elevar consideraciones a la Asamblea Nacional), luego algo de ello fue realizado en otra gestión pero con variaciones significativas… restando potencia. También  su momento había propuesto que el Foro terminase con un lema anual amplio al cual cada grupo, distrito y zona se abocaría a trabajar durante el siguiente año realizando al menos alguna actividad o proyecto dentro del “paraguas” del lema (lo que permitía reinventarlo en función de cada realidad) y luego, en la jornada previa al foro, se realizaría una feria donde cada participante mostraría en concreto en qué había trabajado durante el año sobre lo decidido en el Foro anterior… una clara articulación con el escultismo franco – belga (realista) donde si Ves la realidad, la Juzgas… tenes que actuar porque si no es puro “chamuyo” ( Definición: dícese en argentina de quien profiere palabras bonitas que el otro quiere escuchar ) . Demás está decir que esto no fue compatible con los Foros que estaban para cosas más importantes. No es casualidad el viraje de un escultismo juvenil que transforma el espacio de las comunidades, hacia un escultismo juvenil que mira su propio ombligo institucional, que se ocupa de los intríngulis de la Organización de soporte ¡para que el escultismo no sea ombliguista!

            Dos formas de entender el escultismo y la ciudadanía, dos proyectos institucionales… presentes en todas las instituciones scouts… por eso es bueno preguntarse no solo para qué educamos, sino para quienes…




[1] Emile Durkheim. “La división del trabajo social”
[2] Ernesto Laclau “La razón populista”

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