(La insignia utilizada en el post, es solo a fines ilustrativos, un hermoso diseño de la Agrupación Nacional de Boy Scous de Chile)
Lautaro y sus compañeros llegaron a Sierra de la Ventana lugar donde se
realizaría el I Congreso Nacional Rover luego de muchos años. La experiencia
de encuentro sería distinta, al menos para los dirigentes viejos que lo largo
de las décadas habían perdido la referencia de para qué se hace un Congreso. Lo
sucedido no era casual ya que por distintas circunstancias socio-políticas como
la Dictadura Cívico-militar que había tomado el poder y había diezmado una
generación de jóvenes de los cuales muchos habían sido scouts, no había sido
sin consecuencias para los Programas Asociativos que buscaron disminuir el
compromiso social de sus miembros.
Luego de
llegar al lugar, un hermoso camping que se encuentra justo frente a la Iglesia
de Villa La Arcadia, después de anotarse se dirigieron hasta el salón donde se realizarían
dos de las tres grandes actividades: La muestra y el Congreso. La organización
del evento les habían solicitado preparar un póster con alguna acción realizada
por el Clan que consideraran sería bueno compartir con los demás Rovers. Ellos
habían decidido mostrar el “Banco de Medicamentos del barrio Tierras
Argentinas”, asentamiento que había surgido a partir de la nueva “conurbanización”
de la ciudad de Bahía Blanca.
En el salón
los póster se ubicarían según distintas categorías: acciones ecológicas,
acciones de promoción social, acciones de salud, acciones por los derechos de
la niñez, acciones educativas, acciones
interinstitucionales. Como algunas de las tareas involucraban distintas áreas,
se les solicitaba a los Clanes que encuadren el póster donde ellos consideraban
se representara mejor su trabajo.
Luego del
almuerzo se iniciaba la actividad en “mesas simultáneas” ordenadas de acuerdo a
los ejes de trabajo. Cada Clan disponía de 10 minutos para explicar brevemente:
(1)
A
partir de qué habían decidido realizar el Servicio u acción
(2)
Por
qué con los Rovers
(3)
Cómo
notaban que este servicio / acción había transformado la realidad
Luego de las
exposiciones se invitaba a recorrer los póster donde un Rover del Clan
respondería preguntas a los interesados. La idea de los organizadores era que
los proyectos particulares sean motivadores para los clanes en general, como
una especie de banco de ideas que permitiría abordar las realidades locales con
algún punto de partida válido y probado por otros.
Si bien al
llegar el momento Lautaro estaba un poco nervioso porque era quien presentaba
el proyecto, la situación no fue tan difícil como suponía. Contó que cerca del
grupo había un nuevo asentamiento y cuando fueron a hablar con la Unión Vecinal
les comentaron que la Sala Médica no estaba proveyendo determinados
medicamentos a los niños y a los viejos porque el Plan Remediar ya no disponía
de los mismos fármacos que antes. Luego de conversar se fueron con un listado
de medicamentos de uso común que iban desde cremas para las dermatitis del
pañal, antibióticos distintos a la amoxicilina y la cefalexina que eran
necesarios para algunas infecciones más graves. Conversando con el Clan primero
hacen una recolección de fármacos en el grupo sin saber bien qué hacer y a
quién entregárselo. Luego organizaron un proyecto que llamaron “Banco
de Medicamentos”. Se dirigieron a la Universidad donde se estudia
Farmacia y les explicaron cómo podían hacer para almacenar y repartir medicamentos
sobrantes de los hogares (reciclado farmacológico). De esa manera comienza una
campaña de recolección en la Parroquia, luego en el barrio, con posterioridad
hicieron contacto con visitadores médicos y algunas farmacias. Cuando se dieron
cuenta comenzaron a manejar volúmenes de fármacos que no habían pensado, máxime
teniendo en cuenta que algunas personas les solicitaban les avisaran qué
fármaco precisaban y se los compraban ya que confiaban que los Scouts
garantizarían que llegue a quienes los necesitaban. Esto los llevó a elaborar
una estrategia conjunta con la Sala Medica la que virtualmente conocía qué fármacos
había en el Banco de Medicamentos (por un dropbox compartido) y realizaba la
receta indicando a la persona que no podía comprarlo que se comunique con el “Banco
de Medicamentos de los Scouts”. A lo largo del año el proyecto creció y
se sienten felices porque saben que la acción que están realizando permite un
menor sufrimiento en los niños y ancianos; que el disponer de fármacos permite vivir… o no
disponer de ellos, morir. Sienten en carne propia lo que es la “ciudadanía activa” ya
que esto no queda allí y algunos de las pedidos que reciben les permiten
orientar a las familias a la defensoría pública donde poder reclamar legalmente
al Estado mediante recursos de amparo, ante determinadas situaciones de enfermedad.
En las otras
mesas se presentaron diversidad de servicios / acciones… apoyo escolar,
construcción de un merendero, forestación y armado de juegos infantiles en una
plaza de un asentamiento, actividades scouts con instituciones con discapacidad
grave, talleres en los barrios sobre distintas temáticas, huertas urbanas, etc.
Fue un día realmente increíble no solo por mostrar lo que hacían, sino para
aprender de las acciones de los demás.
Al día siguiente la actividad Rover fue una excursión y escalada del Cerro Tres Picos. Lautaro y
su clan estaban acostumbrados por la cercanía del lugar y por eso ayudaron
durante el camino a la organización del evento. La gran mayoría de los
participantes llegar hasta el “techo de la provincia” era una aventura que
nunca habían vivido
El Congreso
Rover sería la novedad… no sabían bien qué iba a pasar.
La actividad
arrancaría por la mañana en un trabajo por comisiones para abordar distintos ejes.
Cada Rover elegía en qué comisión tenía ganas de trabajar. La idea inicial era realizar
un diagnóstico de cada lugar y establecer puntos en común que se expondrían en
el Congreso.
Al mediodía
se realizó el tradicional “Asado de la ruta”
En la
segunda parte del Congreso, por la tarde, las comisiones fueron exponiendo sus conclusiones
y debatieron un tiempo sobre ellas. El eje orientador era establecer un Lema
de trabajo para todo el año, que fuera inclusivo de las distintas
realidades para que cada Clan se comprometa a realizar durante el año alguna
acción en la dirección planteada. Los organizadores explicaron que era
importante trabajar en una misma dirección teniendo en cuenta que cada
experiencia de trabajo siempre será local y obedecerá a contextos locales.
Luego de un tiempo de trabajo y de distintas propuestas, el Congreso decide
poner como lema “LOS ROVERS TRABAJAMOS POR MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA DE
NUESTROS BARRIOS” que incluía los distintos ejes de salud, ecología, promoción
comunitaria, etc. Una comisión se encargaría de elaborar los Banners para las
páginas y los afiches, teniendo especial atención que se encuentren presentes
los distintos ejes, para de esta manera lanzar la campaña nacional del
Roverismo.
La emoción
fue tal que Lautaro despertó… estaba en su cama, era domingo y posiblemente el
haberse encontrado con sus viejos amigos Rovers tuvo que ver con el motivo del sueño,
ya que siempre había deseado poder hacer algo así. El sueño también le recordó
por qué había dejado el Clan; se había
cansado de charlas especulativas estériles, salir de campamento porque si,
participar de campañas de facebook y enrosques
institucionales que no le interesaban, sumando al ser parte de un orgullo grupal de sentirse mejor que
los demás jóvenes sin hacer nada por el otro.
Su decisión
fue dolorosa porque había crecido con ellos pero decidió trabajar en un barrio
ante la convocatoria de voluntarios por parte del departamento de extensión de
la Universidad a la que concurría, aunque le gustaba encontrarse con sus amigos
más allá de que no compartía la pasividad que les ofrecía el movimiento scout.
Nunca quiso decirle a su padre -viejo scout- que fue un libro de su biblioteca
el que finalmente lo ayudó a tomar la decisión de dejar el grupo. El libro se
llamaba “Escultismo ruta de Libertad” y en él encontró que en otros tiempos los
Rovers trabajaban para transformar el mundo de verdad… cree que nunca va a
olvidar el efecto de “iluminación” que tuvieron en él las palabras de
Forestier:
“No es que a los jóvenes les falte
generosidad. Les falta tal vez razones para vivir. Estarían dispuestos a verter
su sangre, pero quisieran estar ciertos de que su sacrificio servirá para algo.(…) Ellos querrían un mundo fraternal, querrían la
supresión de la injusticia social. Ven que en otros países donde el objetivo
era el mismo no lo han conseguido de una manera absoluta, a pesar de dictaduras
y guerras civiles.(…) Muchos, en
consecuencia, se apartan de las tareas políticas y sociales, y se encierran en
su porvenir persona, gozan de prisa, en un universo amenazado, las humildes
alegrías de la vida o los placeres inocentes.(…) Sería preciso devolverles la confianza
y persuadirlos, de que, a pesar de todo, de sus esfuerzos puede salir un mundo
mejor”
Lautaro a
veces piensa que él sigue siendo Rover porque realmente creyó que con el
esfuerzo es posible colaborar en la construcción de un mundo mejor…
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