domingo, septiembre 04, 2011

Maltrato infantil Institucional x Buho Terco (2003)


¿Existe maltrato institucional en la Asociación a la que pertenecemos? Si fuera así... ¿cómo podríamos evitarlo? Es un poco “fuerte” empezar el artículo de ésta manera, máxime si tenemos en cuenta que nuestra Institución tiene como objeto el colaborar con la educación de niños y jóvenes; el error que podríamos cometer sería pensar que estamos exentos de dicha problemática. Reducir el Maltrato al ámbito familiar  o a la situación socioeconómica hace que supongamos que la infancia se limita al espacio comprendido por la casa en la que el niño vive, y corremos el riesgo de perpetuar situaciones en ámbitos profesionales, políticos y en las instituciones que trabajan con la niñez-  
          Antoni Martínez Roig define el maltrato institucional de la siguiente manera: “cualquier legislación, programa, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación individual del profesional o funcionario de las mismas que comete abuso o negligencia, detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico, la correcta maduración o que viole los derechos básicos del niño/a o de la Infancia”. Posteriormente se definen como “aquellos que mantienen la función institucional por encima de las necesidades del sujeto infantil” y como “el producto que se obtiene cuando no se cuidan ni desarrollan aquellos aspectos de la institución que nos permiten obtener mejores resultados”. 
          Abramos la definición desde la perspectiva del movimiento scout. Podemos tener maltrato institucional en:
-        El diseño y supervisión del Programa Asociativo (Niveles Nacionales)
-        El diseño y supervisión del Programa de Actividades (Niveles distrital y grupal)
-        En el diseño de los Procedimientos Metodológicos (Niveles Nacionales)
-        En la supervisión de la aplicación de los Procedimientos (Niveles Distritales y grupales)
-        Cristalizado en el trato de los dirigentes-educadores hacia niños y jóvenes
Tengamos en cuenta que las instituciones no maltratan, lo hacen las personas que están en las instituciones, por eso siempre es el adulto el responsable de que en una patrulla se repitan esquemas violentos y autoritarios, no se sostenga el funcionamiento democrático, se actúe en función del capricho del guía de patrulla (lo que implica un maltrato para los patrulleros). Esto y mucho más es responsabilidad del adulto porque corresponde a su función de supervisión del funcionamiento del método. En las actividades como juegos, salidas y campamentos tambien se puede evidenciar el maltrato institucional cuando en actividades que exigen una especial atención respecto de los chicos como los pases y ceremonias (no se hacen en cualquier momento y llevan trabajo previo y posterior) se actúa con descuido y negligencia; y si estas van acompañadas por “bienvenidas” a la manera de bizarros ritos iniciáticos violentos que ponen en riesgo la salud de los chicos ¿se podría decir que “son tradiciones” “si los chicos lo deciden esta bien”, “es un juego”, etc?...

En los scouts esto no pasa
     Que las instituciones reconozcan el maltrato institucional es muy difícil.  En las instituciones se suele “anteponer el interés personal, del adulto o de los grupos sociales o políticos que representan, a las necesidades del niño o la infancia”. Cuando un padre, un docente o cualquier miembro de la comunidad llama la atención sobre una situación de maltrato o negligencia, si se lo escucha es posible que se desestime el planteo y que los grupos se abroquelan anteponiéndose los intereses corporativos y las relaciones de amistad por sobre el maltrato realizado o los derechos del niño vulnerados… Esto ocurre con cuestiones menores que generan frases como “no todos pueden ser scout, no se la banco, no le gusto la actividad, no se adapta, no tienen madera para el escultismo”… pero tambien sucede por cuestiones mas graves como pueden ser accidentes en los que niños y jóvenes pierde su vida o que a veces dejan lesiones irreparables determinado la vida y el sufrimiento futuro de un niño o joven.
Una diferencia importante entre el maltrato familiar y el institucional, es que de las instituciones los niños y jóvenes tienen la alternativa de irse… con la familia generalmente no; por eso es muy importante fijarse en los índices de rotación del grupo (cantidad de chicos y abandonos) para detectar posibles situaciones de maltrato.
          Martínez Roig distingue dos tipos de maltrato institucional: 
  1. Maltrato en la institución: Se produce en el contacto directo entre el profesional / Educador y el niño. Es propio de la atención primaria, de las instituciones educativas, en donde puede haber inadecuación del trabajo asistencial que se realiza con el niño en el ámbito físico, emocional o sexual.
  1. Maltrato desde la institución: Es el que se produce sin contacto directo con el niño. Propio del político o profesional en tareas de gestión, que desde un lugar lejano favorece o permite situaciones de maltrato. Se produce en las instituciones donde el niño o la infancia tienen protagonismo: educación escolar, salud, servicios sociales, servicios de protección infantil, medios de comunicación, etc.
Desde el punto de vista profesional, una de las características del maltrato institucional es la inexistencia de manifestaciones clínicas evidentes en corto, mediano y largo plazo, en especial cuando el maltrato se produce desde las instituciones. Cuando existe sintomatología ya la situación suele ser muy grave, porque las manifestaciones clínicas suelen ser las mismas que las del maltrato físico, emocional o sexual en el seno de la familia. Generalmente los buenos estímulos que recibe el niño de la familia son los que neutralizan y frenan la aparición de la sintomatología; y en familias maltratantes no es ni más ni menos que la continuidad de lo que sucede cotidianamente. A su vez, en instituciones educativas como los Scouts, un club, etc. el chico que padece el maltrato institucional simplemente puede dejar de ir, perpetuándose la situación dentro del grupo de los que “se quedan” y el que lo recibe en su casa puede repetir la situación de maltrato con sus compañeros   
Factores que pueden favorecer el maltrato Institucional en Instituciones Educativas: 
  1. Factores personales del Educador: la actitud en relación con el trato, la marginación, la disciplina, la permisividad de conductas arriesgadas, la relación  con la familia, la despersonalización del trato, la competitividad en vez de la cooperación, el exceso de trabajo y el elevado nivel de exigencia, la infrautilización de los recursos existentes
  2. Factores físicos: la infraestructura física inadecuada referida al espacio y material así como a la seguridad
  3. Factores laborales o de compromiso (éste último en una ONG): cambios frecuentes o inestabilidad del grupo de educadores
  4. Factores de Organización: inadecuación del número de chicos por educador
  5. Factores educativos: contenidos y métodos educativos impuestos, desvinculados de la realidad social o cultural, o poco relacionados con el proceso evolutivo
  6. Factores geográficos: La existencia de desigualdades en los recursos según las zonas geográficas
  7. Factores de discriminación hacia el sexo, nacionalidad, etnia, religión.
 
Reviendo lo planteado sobre el maltrato desde la Institución, uno de los primeros temas que se me ocurre importante plantearnos es la falta u omisión de una política clara, acompañada por  PROGRAMAS que apunten a la PREVENCIÓN en distintos aspectos: 
    • Falta de Programas de PREVENCIÓN ACCIDENTES, máxime teniendo en cuenta que las actividades que realizan los Scouts generalmente son de riesgo. No existen fichas generales de análisis de riesgo y medidas de seguridad a tomar ante el amplio espectro de las actividades scouts, quedando las mismas libradas al “sentido común” (que como diría Facundo Cabral no es el más común de los sentidos) de los dirigentes. Los PROGRAMAS DE PREVENCIÓN permiten cumplir dos objetivos básicos: el primero y más importante, disminuir la cantidad de eventos gracias a la prevención; el segundo, mejorar la calificación ante la empresa aseguradora.
    • Falta de Programas de PREVENCIÓN Y PROMOCION DE LA SALUD, en temas como: Enfermedades infectoconagiosas, VIH, alcoholismo, adicciones, etc. Los objetivos de dichos programas son el disminuir la incidencia de casos de enfermedad, y su efecto es multiplicador en la comunidad.
Una cuestión discutible, pero que siempre es necesario poner sobre la mesa es la articulación de “aquellos que mantienen la función institucional por encima de las necesidades del sujeto infantil” – “el producto que se obtiene cuando no se cuidan ni desarrollan aquellos aspectos de la institución que nos permiten obtener mejores resultados” y “anteponer el interés personal, del adulto o de los grupos sociales o políticos que representan, a las necesidades del niño o la infancia”. Muchas preguntas seguramente nos podríamos hacer sobre éste tema, algunas de ellas podrían ser: 
  • En los distintos niveles asociativos: ¿La asociación tiene definida cuál es la política respecto del Programa de niños y jóvenes, como respecto al lugar del adulto en el mismo?
  • La Organización interna de la Asociación: ¿Coincide con la organización requerida para que pueda llevarse adelante la tarea primaria (objeto social de la Institución)?
  • Los adultos de la Organización: ¿utilizan a la misma para impulsar intereses personales o sectoriales escudándose en los supuestos intereses de niños y jóvenes?
  • La Organización ¿Realiza un planteo equitativo  de distribución de los recursos y oportunidades de capacitación para los adultos que realizan tareas en lugares alejados o lugares de alto riesgo social?
Respecto del maltrato en la Institución, podríamos circunscribirlo a aquella tarea que se desarrolla en contacto directo con niños y jóvenes, más allá de la Función que se cumpla dentro de la Organización. Algunas cuestiones a preguntarnos serían las siguientes: 
  • Los dirigentes asociativos ¿son permisivos respecto de la disciplina, permitiendo o favoreciendo en el ámbito de su trabajo distintas conductas de riesgo para la salud (como  el consumo de alcohol y sustancias) y la seguridad física (falta de prevención y promoción de conductas seguras) en las distintas actividades?
  • Los dirigentes asociativos ¿son autoritarios en el cumplimiento de su función, imponiendo sus proyectos por sobre lo que establece el Programa, y decidiendo arbitrariamente sobre distintas cuestiones que hacen a la cotidianeidad?
  • Los dirigentes asociativos: ¿concentran su tarea en el objeto social de la Institución, o utilizan a la misma como lugar de cierto “prestigio” o “plataforma” para utilizar a niños y jóvenes en sus proyectos personales?
  • Los dirigentes asociativos ¿articulan los distintos programas asociativos a las distintas variables sociales o culturales que inciden en los distintos grupos sociales?
Seguramente las preguntas que realizo en éste texto están sesgadas por determinada manera de ver la institución, eso no le quita validez, quizás de lo que se trate es que cada uno de nosotros pueda preguntarse por éste tema e ir intentando construir respuestas que probablemente incidan en el cambio de nuestras prácticas. 
 
Bibliografía: “Maltrato institucional”, Antoni Martínez Roig  - Del libro “Niños maltratados”, Ed. Díaz de Santos, 1997

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